Nicolás Romero.- Para Esperanza Mejía, la temporada de estiaje en Nicolás Romero, municipio del Estado de México, representa levantarse a las cuatro de la mañana los domingos y jueves para lavar la ropa de la semana, limpiar las áreas comunes y almacenar el agua potable para subsanar las necesidades de limpieza de los cinco días restantes.
Todo eso, porque el municipio solamente le da a su comunidad el vital líquido dos veces por semana por ocho horas; a veces, solamente durante cuatro horas, y cuando no hay presión suficiente tal horario es limitado, por lo que se tiene que organizar con sus vecinos para gestionar, ante el Ayuntamiento, el suministro por medio de camiones cisterna.
Doña Pera, como le dicen sus vecinos, cuenta que este es uno de los graves problemas que afectan a la mayoría de los habitantes de Nicolás Romero, ya que las pasadas administraciones, al sustentar el suministro del agua potable sobre el sistema Cutzamala, hicieron a un lado la inversión en la perforación y construcción de pozos, edificación de tanques elevados y el mantenimiento adecuado de la red hídrica.
Hoy, que el sistema Cutzamala no puede abastecer al 100 por ciento tanto las 12 delegaciones de la Ciudad de México, como los 13 municipios conurbados del Estado de México, más de dos millones de mexiquenses padecen el desbasto.
Las autoridades de Nicolás Romero, históricamente, han distribuido el agua potable por medio del sistema de tandeo, sistema que mediante el cierre de válvulas condicionan el vital líquido a las comunidades populares.
Pero esta técnica, denunció doña Pera, ha sido rebasada por el crecimiento poblacional del municipio: para este 2023 se calcula que llegue a los 500 mil habitantes, de acuerdo con proyecciones del Gobierno local, problema que genera desabasto y puede conllevar a problemas de insalubridad y con ello a múltiples enfermedades.
De las más de 107 comunidades que componen oficialmente el municipio de Nicolás Romero -indicó- solamente 10 localidades operan a través de sistemas independientes para el abastecimiento del servicio, las cuales son: Granjas Guadalupe, Progreso Industrial, Magú, Tráfico, San Juan de las Tablas, Cahuacán, Transfiguración, barrio de Guadalupe, Francisco I. Madero, la Colmena, Puentecillas y Barrio Miranda; y las otras 97 subrayó, “están igual de amoladas que nosotros”.
En este contexto, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (Inegi), en 2020 los habitantes de Nicolás Romero utilizaron individualmente 150 litros de agua potable al día, cantidad que si se multiplica por 60 días da como resultado nueve mil litros, que multiplicados por una familia de cuatro integrantes darían 36 mil litros o 36 metros cúbicos. Esto sería lo ideal, pero por el método de tandeo doña Pera solamente puede consumir 12 metros cúbicos en dos meses, que se distribuyen para las necesidades de seis personas, situación que los hace y obliga a cuidar extremadamente el vital líquido.
Las mismas autoridades de Nicolás Romero, en el Plan de Desarrollo Municipal 2019-2021, reconocieron que el suministro de agua potable proviene particularmente de dos fuentes: del agua en Bloque abastecida por la Comisión del Agua del Estado de México (CAEM) y de 29 pozos profundos, que benefician al 80.90 por ciento de la población. Asimismo, falta por cubrir con infraestructura un 19.10 por ciento de la población distribuida en las comunidades de: La Libertad, Ampliación Libertad, Independencia, los Ailes, Lomas de Guadalupe, Ejido Azotlán. Morelos, Ampliación Morelos, Loma Larga, la Concepción, Loma de San José, Joya del Tejocote, Caja de Agua, Granjas Guadalupe, Campestre Liberación, Francisco Sarabia, San Isidro La Paz, Loma de la Cruz, San José el Vidrio, Vicente Guerrero, Fraccionamiento Loma del Rio, Llano Grande, Vista Hermosa, el Tráfico, Lomas de Barrón, Francisco I. Madero, La UVVAC y San Juan Tlihuaca.
Doña Pera tiene a una de sus hijas viviendo en la colonia Espartaco, ahí la falta de agua potable hace que los colonos están a merced de los piperos, quienes se dan el lujo de elevar el costo al grado de cobrar el llenado de un tambo de 200 litros en la cantidad de 55 pesos, lo que es un robo a todas luces, pero que ante la necesidad tienen que pagar, denunció.
Ante estos hechos, la solución es la edificación de pozos y tanques elevados y una mayor inversión en la introducción de redes de agua potable, demandas por las que lucharán, aseguró.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario