En los últimos días, nuestro país siente el temor, la alarma y la desesperación entre las familias, amigos y grupos de trabajo; por ello dedico este momento para intentar compartirles algunas ideas que me conmueven, pues desde hace ya algunos años he decido dedicar mi tiempo y mi trabajo a ayudar a mis hermanos de clase, al igual que miles de mis compañeros Antorchistas, a quienes desde aquí, deseo que se encuentren con estable salud, pues la labor que realizan es importante y necesaria para lograr cambiar la situación de nuestro México que se encuentra destrozado.
Haciendo un recuento de cómo inició, lo que al principio era un problema que se podía enfrentar con Fe y Amuletos, porque en México no pasaría nada; el primer contagio en nuestro país se reportó el 27 de febrero en un hombre que visitó uno de los países más azotados por covid-19, las autoridades no reaccionaron porque les parecía increíble que esto podía llegar a afectar; poco después, el 23 de marzo para ser precisos, se dio por iniciada la Jornada Nacional de Sana Distancia, los niños dejaron de ir a la escuela y se restringieron actividades gubernamentales, económicas y sociales, sin que antes se programara un plan para ayudar a los que en poco tiempo comenzarían a manifestarse por falta de dinero, de alimento y seguro médico.El 1 de junio, México llegó justo cuando se retomaron algunas actividades esenciales bajo la "Nueva normalidad" a la terrible cifra de ¡10 mil muertos! Hasta esta fecha las manifestaciones habían aumentado en diferentes sectores, porque la realidad alcanzó al Gobierno federal, quien ni siquiera dimensionó las consecuencias económicas, políticas y sociales en las que estaría un país que tiene en lista a más del 80% de su población en pobreza y pobreza extrema.Hasta el 4 de junio sumaban ya 2 mil 545 muertes y 105 mil 680 casos confirmados de covid-19, con una tasa de letalidad de 11.8%.
Este último dato, es de reflexionar, porque mientras unos tratan de detener la pandemia que se ha salido de control, hay otro número importante implorando se les asignara un subsidio para la alimentación y para tener seguridad al regresar a trabajar; pero nuestro Presidente, se encuentra en el sureste dando el banderazo de salida para el arranque de la construcción del Tren Maya, hecho que arrecia la polémica, ya que se causan protestas ciudadanas que piden se cumplan promesas de campaña, que se brinden los apoyos prometidos en contingencia que nunca llegaron y además, se brinde seguridad a los primeros damnificados a quienes por intensas lluvias que persisten en el territorio sureño y que además traían los sufrimientos ocasionados por covid-19 se suman ahora los provocados por las inundaciones ocasionadas por la tormenta tropical "Cristóbal".Las familias de muchos municipios han tenido que permanecer en sus humildes viviendas por miedo a no perder sus pertenencias, mientras López Obrador sigue de gira por el sureste dando banderazos de salida a su capricho, las inundaciones se intensifican y los contagios van en aumento y no es capaz de invertir por la seguridad de su pueblo.
La obra contempla una inversión de 120 mil millones de pesos, con una extensión de mil 460 kilómetros, en cinco estados del sureste: Tabasco, Campeche, Yucatán, Chiapas y Quintana Roo, mientras que para equipo de protección a médicos y enfermeras y, sobre todo, apoyo alimentario para las familias más pobres no ha destinado un solo peso.Obrador no solo no enfrenta con seriedad la crisis por covid-19 y las afectaciones por la tormenta que amenazan en regresar, sino tampoco se preocupa por las demandas de los mexicanos que desde hace muchos meses venían solicitando viviendas dignas y servicios básicos como agua y luz y apoyos para los campesinos y otros sectores productivos, que si se hubiesen tomado en cuenta, hoy podrían enfrentar mejor la crisis.Pareciera que AMLO prioriza sus aficiones personales como presidente y ha aplicado una política de austeridad en el Gobierno rechazando contraer deuda para un plan de rescate ante la crisis de covid-19.
Con todo esto, a todos nos queda claro que las quejas y manifestaciones en México no se toman en cuenta; por lo que es urgente un cambio: quitar a quién miente descaradamente a su gente mediante un proceso democrático de la mano del pueblo, para no repetir los errores del pasado, ya que la meta no es regresar a lo de antes, sino a un mejor país de justicia, en donde se dé importancia a los intereses del pueblo, el más marginado.
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