Debido a que el plan nacional de vacunación contra el covid 19, promovido y centralizado férreamente por el Ejecutivo federal, no contempla hasta ahora la vacunación de niños y jóvenes menores de 18 años, además de la imposición de la SEP al regreso a clases presenciales, resulta que en las últimas semanas los medios han vetilado la existencia de amparos promovidos por padres de familia, a lo largo y ancho del territorio nacional, para demandar por la vía judicial al gobierno federal y en específico a la Secretría de Salud, a efecto de que sus hijos sean vacunados por el riesgo que conlleva su salud personal.
Se trata de más de 250 casos, según se sabe pero que seguramente crecerá en las semanas próximas, toda vez que las clases presenciales, muy a pesar del aumento de contagios y que el número de fallecidos diarios ronda el millar en todo el país.
El caso más emblemático es el de la niña Zulma de 12 años del estado de Veracruz, quien con el apoyo directo de sus padres buscaron el amparo y lo ganaron para que sea vacunada, pues tiene diabetes tipo 3, ella encaró en un reciente video al propio López-Gatell ya que en abril del año pasado en una teleconferencia con niños, auspiciada por la presidencia de la republica, le había asegurado que por su situación de salud podría considerarse vulnerable como un adulto mayor.
A pesar de las posturas absurdas de Lopez Gatell al decir que vacunar ahora a los niños y jovenes menores de 18 años es quitar vacunas a los demás contemplados en el plan de vacunación, y del propio presidente López obrador cuando dice que detrás de los amparos están los intereses de las farmacéuticas, lo cierto es que no hay argumentos legales, morales o politicos que impidan la inclusión en la vacunación a los más jóvenes, máxime cuando ya la vacuna está autorizada por Cofepris, en concreto se trata de la Pfizer BioNTech.
No obstante que son relativamente pocos los casos de menores de edad vacunados por orden judicial es muy significativo, sobre todo porque alienta a más padres de familia a que sigan el mismo camino trasado por los que ya consiguieron el objetivo de vacunar a sus hijos. Y debería de desatarse una avalancha de casos en todos los estados, no le hace que se saturen los juzgados, lo importante es que se haga notar el interés de las familias de que sean vacunados sus hijos menores y que no estén sujetos al contentillo de los que hoy gobiernan a México, a quienes les interesa más administrar la velocidad de vacunación en los tiempos que les son más redituables políticamente a costa de la vida de las personas, tal como lo hicieron días antes de la elecciones de junio, que llegaron a suministrar más de un millón de vacunas diarias.
Así las cosas, ante la mala gestión de la pandemia por el gobierno federal que ha cobrado la vida de más de medio millón de mexicanos, ahora quieren sumar a su ineptitud e indolencia la muerte de cientos o incluso miles de niñas, niños y jóvenes menores de 18 años porque a los funcionarios morenistas no les viene en gana aplicarles la vacuna. No les interesa en el fondo la vida de los mexicanos, piensan que se les puede manejar a su antojo. Por supuesto, que hay que levantar la voz contra esa perversa manipulación de las cifras, pero con la vida no se juega.
Para reforzar la posición de quienes buscan vacunar a sus hijos menores, hay evidencia que los contagios en niños han aumentado con el regreso a clases presenciales; que muchas escuelas del país ya cerraron por la sospecha y verificación de casos por covid en las comunidades escolares, pues hasta ahora se han documentado 833 casos de niños que han fallecido y, tan sólo en las últimas tres semanas, el número de contagios en menores de 19 años pasó de 194 mil a a 233 mil, casi 40 mil casos adicionales; además los hospitalizados pasaron de 8 mil a 9 mil 864, es decir casi dos mil más, según cifras de la Secretaría de Salud, reproducidas en la respetable columna de la periodista Ana Paula Ordorica de (El Universal, 08/09/2021).
Al final, si el problema fuera el monto de las vacunas porque no van a alcanzar, es sencillo: que compren más y no se escatimen recursos públicos, puesto que son de nuestros mismos impuestos; que se adquieran las dosis necesarias para que se vacune a todos sin excepción, incluidos los menos de 18 años, porque la vida de todo ser humano está por encima de cualquier cálculo político o de rentabilidad política; no permitamos que se vulneren nuestros derechos que tenemos como mexicanos, uno de ellos fundamental: el derecho a la salud y por tanto a la vacuna. Vale.
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