La humildad no ha sido una de las características del gobierno de la 4T, muy por el contrario, la vanidad, la prepotencia y el autoritarismo han dejado sello en su forma de gobernar, la intolerancia y la falta de congruencia aderezan sus decisiones.
A quienes representan a la 4T se les olvida que la eficiencia de buen gobierno se mide en la capacidad que tiene para no derrochar sus recursos, se mide también en su capacidad para generar riqueza y distribuirla, es aquel que de manera justa asegura a todos los integrantes de la sociedad un buen desarrollo, es decir, cuando no se margina a nadie.
Analizando esto, podemos asegurar, que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador se ha mostrado muy ineficiente para generar riqueza y más aún para distribuirla. Pero el uso mediático que le da a todo lo que hace, se empeñan en ofrecernos otra visión de las cosas, pretendiendo engañar a la sociedad.
Veamos. Hasta hace algunos años en gobiernos priistas y después panistas, quedaba muy claro que uno de los grupos marginados por la sociedad eran los llamados “ninis” jóvenes que ni estudian ni trabajan, muchachos entre 14 y 19 años y hablaban de algo así como 7.5 millones de mexicanos que se encontraban dentro de este grupo, es decir 2l.22% de nuestros jóvenes, algunos de ellos con una situación más, pues, muchachos y muchachas empiezan una familia, es decir, a tener hijos, entre los 15 y 19 años.
Según el censo de población 2020, son 31 millones 221 jóvenes que tienen entre 15 y 29 años, es decir, se trata del 24.8% de la población total, los jóvenes son la cuarta parte de la población y se concentran en los estados de Campeche, Chiapas, Hidalgo, Guerrero y Puebla.
De acuerdo con datos de la Secretaría del Bienestar, en 2022 se apoyó a 2 millones 315 jóvenes, con una inversión acumulada de más de 83 mil millones, pues recibían 5,258.00 mensuales. Los datos demuestran que solo pueden dar cupo a menos de la tercera parte de los interesados.
El programa inició mal, pues, no existe ningún compromiso de colaboración. No hay promesa de trabajo al término de la capacitación por parte de la compañía que garantice la inserción del becario en el mercado laboral, ni de los becarios para colaborar.
Lo más feo se presenta cuando las empresas que se inscriben como centros de trabajo para apoyar el programa, terminan poniéndose de acuerdo entre la empresa, y los jóvenes para que no asistan a la capacitación y la empresa le devuelve el 50% del total que debería entregarle al muchacho si asistiera, entonces no solo no los capacitan, sino que los vuelven más tramposos y malvivientes. Y los únicos ganones como siempre son los empresarios a los cuales el gobierno de AMLO les regala más dinero.
Otros empresarios aceptan recibir a los jóvenes, los capacitan, pero solo les entregan 4,000.00 de los 5,258.00 que debieran recibir, pues les cobran la capacitación.
Pareciera más bien un programa hecho para beneficiar aún más a los empresarios, muchos de los cuales ni siquiera pagan completos sus impuestos.
Pero, por otro lado, hay miles y miles de jóvenes estudiantes que están haciendo su servicio social o sus prácticas profesionales que no reciben ningún tipo de apoyo, y profesionistas que terminan sus estudios y no encuentran empleo porque les piden que tengan experiencia en la profesión, y pasan los años y muchos de ellos terminan trabajando de taxistas, empleadas, vendiendo baratijas para poder sobrevivir, ellos y su familia.
Faltan estudios más serios que analicen todas estas problemáticas con las que se encuentran los jóvenes, en donde está la lógica de solo apoyar sólo a los que ni estudian ni trabajan, y dejar fuera a los que con muchos sacrificios de los muchachos y de sus padres están terminando sus escuelas o necesitan hacer su servicio social o prácticas para terminar su escuela, ¿acaso estos muchachos no entran también dentro de los grupos de jóvenes marginados que requieren la ayuda del gobierno? ¿O sólo escogen a los ninis porque son más fáciles de manipular? Yo pienso que ellos también tienen que ser partícipes de una mejor distribución de la riqueza social, pues sus padres contribuyen con sus impuestos a llenar esa gran bolsa de recursos que tiene el Gobierno federal.
Hay muchos talentos desperdiciados, mucha juventud con sueños y metas inconclusas por falta de recursos.
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