Las estadísticas revelan que menos de 56 de cada 100 alumnos que se inscriben en educación básica finalizan la preparatoria. La tasa más alta de deserción en Sinaloa se da en el nivel de bachillerato; es del 30 por ciento provocada, principalmente por cuestiones económicas, problemas familiares y la necesidad de tener un ingreso por parte del alumno.
Según estudios sobre la deserción escolar, en todos los niveles, el 40 por ciento de los jóvenes que deciden abandonar la escuela, lo hacen por cuestiones económicas; un 30 por ciento por una razón académica, y otro 30 por ciento por desconfianza.
Datos del Instituto Nacional de Evaluación para la Educación (INEE), muestran que de cada 100 niños que ingresan al primer grado de primaria, llegan al sexto grado sólo 94; y de esos 94, entran 87 a educación secundaria, de los cuales terminan 83. De los 83 que terminan la secundaria, entran a primero de preparatoria 77, pero solo terminan 56. Y de estos 56 que ingresan a la universidad, sólo 22 finalizan una carrera profesional.
Es en este contexto de deserción escolar que los vecinos de la colonia Huizaches del sur de la ciudad de Culiacán, visionariamente decidieron, desde la fundación de su colonia, tener un espacio en el que pudieran aglutinar las escuelas que sus hijos necesitarían desde nivel preescolar hasta preparatoria. Así fueron fundándose en el terreno que la colonia había dejado exprofeso el jardín de niños, la escuela primaria y la escuela secundaria técnica número 80. Sin embargo, no habían contado con una institución de nivel medio superior.
Fue hasta el año 2000 que un comité de vecinos acudió a Jesús Daniel Barrón Correa, entonces líder del Movimiento Antorchista de Sinaloa para gestionar una preparatoria. Así, se fundó la Escuela Preparatoria de Nueva Creación, que después se llamó Rafael Ramírez. Los inicios fueron duros; las primeras generaciones tomaron clases, durante cuatro años, en aulas construidas con materiales de desecho, pasaron por la quema de aulas, falta de apoyo económico para los maestros, y un sinfín de dificultades más propias de un proyecto que nació solo con el apoyo de los colonos, pero sin el oficial.
Fue hasta el año 2004 que la escuela preparatoria contó con clave oficial de funcionamiento y que consiguió, poco a poco, que fueran mejorando sus instalaciones, ya con apoyo municipal, ya con estatal, así como que se ganara un pequeño subsidio para los maestros otorgado por el Gobierno del estado.
Las cosas no fueron fáciles desde entonces porque las deficiencias en infraestructura no se borraron del todo, solamente se logró encontrar apoyo de distintos funcionarios para la mejoría paulatina de la institución gracias a la lucha tenaz de estudiantes, profesores y padres de familia que nunca bajaron los brazos para lograr este proyecto educativo. Hoy, 18 generaciones han salido al campo laboral o saltado al nivel superior gracias a la perseverancia de todos los que han apoyado el proyecto, lo cual nos llena de orgullo.
Sin embargo, como todo proyecto popular, nunca tiene un desarrollo rectilíneo, sino que más bien este siempre va encontrando escollos y sinuosidades en su camino al progreso.
Con la llegada del nuevo gobierno estatal, vemos la posibilidad de que las nuevas autoridades educativas recorten o frenen el desarrollo de nuestra institución. Por lo mismo, debemos recordar a toda la comunidad estudiantil, padres de familia y docentes que a la preparatoria Rafael Ramírez le ha costado años de lucha el avance, aunque limitado, pero real, que hoy tiene; que sirve a gente de escasos recursos y contribuye así al desarrollo de Culiacán que no tiene manera de extinguirse porque encontrará una comunidad unida que sabe que es suya y la defenderá contra las amenazas actuales y futuras.
Llamamos a toda la sociedad culiacanense a que conozca el proyecto de la preparatoria Rafael Ramírez y lo apoye, pues ha dado estudios a cerca de mil jóvenes para contribuir en una mejor sociedad.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario