Con el riesgo de recibir algunas críticas, considero que es correcta y además es responsable la decisión tomada por algunas autoridades escolares de diferentes puntos del país, incluido Jalisco obviamente, al suspender las actividades presenciales luego de haber detectado casos positivos de covid-19 entre estudiantes y docentes, en sus respectivos planteles. Incluso, es correcto suspender clases por no contar con el servicio de agua potable en algunas escuelas. Está claro de que están desoyendo la orden ejecutiva del presidente Andrés Manuel López Obrador, pero es indudable que se salvarán vidas suspendiendo las clases presenciales por las infecciones que detectaron oportunamente entre alumnos y profesores, así como, las carencias de servicios básicos.
Es seguro que los mexicanos medianamente informados, nos percatamos que de manera oportuna varios expertos en pandemias advirtieron sobre los riesgos del regreso a clases presenciales en México. En el regreso a las aulas se exhibirán las deplorables condiciones en que se encuentran las escuelas del país, las cuales podrían ocasionar brotes de covid-19. Sin embargo, a pesar de las advertencias en medio de la tercera ola de contagios por coronavirus, el pasado 30 de agosto alrededor de 30 millones de alumnos de educación básica comenzaron un nuevo ciclo escolar tras 17 meses de no asistir a clases presenciales, lo cual implica un reto de salud pública.
Organismos Internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS), señalaron que el problema en México, en comparación con la Unión Europea, es que no todas las escuelas son iguales ni las poblaciones tienen las mismas características por lo que es muy complejo garantizar que no se presenten contagios en el regreso a clases. Los salones de clases y escuelas en su generalidad no están equipados para tener la higiene de manos y tampoco para estar ventiladas. Esas son unas de las cosas muy importantes: ventilación, distancia, cubrebocas e higiene de manos. De igual manera, los especialistas con oportunidad aseveraron que es insuficiente el protocolo sanitario que elaboró la Secretaría de Educación Pública (SEP) para establecer filtros de salud: en casa, en la entrada de la escuela y en el salón de clases, con esto no se podría garantizar que no se propaguen contagios por covid-19 en las aulas. Como se ve se empiezan a dar brotes en las escuelas, pero tampoco el sistema de salud está preparado para recibir a los contagiados.
Creo que a estas alturas a nadie se le escapa que el presidente de la República con un alarde de autoritarismo y prepotencia decretó que “habrá regreso a clases presenciales llueva, truene o relampaguee”. En diversos actos públicos calificó de “pequeños rebrotes” la tercera ola de covid-19, por lo que aseguró que “desde luego, vamos a seguir apoyando para enfrentar la pandemia; no vamos a confiarnos porque hay un rebrote, no como los anteriores, pero tenemos que seguir vacunando”. Esta fue la única ayuda concreta que comprometió el mandatario federal, a pesar de que desde hace algún tiempo es sabido que vacunar a la población es correcto, pero, es totalmente insuficiente para garantizar la salud de millones de estudiantes, encerrados en aulas sin ventilación y sin espacio suficiente para mantener la sana distancia, en atención a los protocolos sanitarios.
Coincido totalmente con quienes señalan que, sin decirlo, el Gobierno federal con su criminal gestión de la pandemia nos está aplicando la “inmunidad de rebaño”. El mismo subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell niega la vacuna a jóvenes menores de 18 años argumentando que no hay evidencia científica de que la necesiten, justo cuando los contagios en este sector de la población se están disparando en México y en el mundo. Al mismo tiempo, apoya el inmediato regreso a clases. O sea, que se contagie quien se tenga que contagiar y que se muera quien se tenga que morir. Lo que importa es reactivar la economía para salvar a los señores del dinero y al gobierno de la “Cuarta Transformación”.
No puede haber lugar a dudas, los mismos discursos de López Obrador indican que van en este sentido. Veamos: En días recientes la farmacéutica china recomendó la aplicación de dos dosis de la vacuna CanSino con seis meses de diferencia, pues logra que los niveles de anticuerpos neutralizantes se multipliquen por ocho, brindando mayor protección. Un ejecutivo de la empresa farmacéutica alertó que los niveles de anticuerpos de su fármaco, de dosis única, habían caído un 30% después de medio año de su aplicación. Sin embargo, una inyección de refuerzo a los seis meses de la primera dosis logró que los anticuerpos se dispararan alrededor de ocho veces. Pero ante la recomendación sobre la aplicación de la segunda dosis del fármaco, el presidente de México, en tono autoritario y prepotente, descartó que se aplique la segunda dosis de la vacuna CanSino a los profesores, a menos que la OMS lo recomiende.
La segunda dosis de la vacuna contra covid-19 de la farmacéutica CanSino, no se aplicaría a los profesores para este regreso a clases, ya que “no es necesaria”, según Andrés Manuel López Obrador. De acuerdo con el mandatario, basta con una dosis del fármaco para protegerse contra el SARS-CoV-2. Todos los maestros ya están vacunados, es que se dio una vacunación con CanSino, una sola dosis y hasta ahora los médicos, los especialistas hablan de que es insuficiente.
En este contexto, si está claro que la vacunación es insuficiente para garantizar la propagación de contagios entre alumnos y maestros; entonces, cabe preguntar: ¿es suficiente solo una dosis de CanSino? La respuesta y los resultados ya se empiezan a ver.
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