En la capital poblana aún existen vecindades que han quedado rezagadas por la falta de apoyos, como lo es la vecindad ubicada en la 22 poniente No. 912. Ricardo Méndez Suárez, quien vive ahí, nos platica sobre las condiciones en las que vive, cómo se enfrenta día a día en el terreno laboral con la administración del actual edil municipal y el nulo apoyo por parte del gobierno hacia las familias que residen dentro de ellas.
¿Cómo se vive dentro de la vecindad?
Vivo aquí desde hace ocho años y al principio la vecindad estaba más fea que ahora, no teníamos piso y, con el tiempo, trabajamos todos los vecinos, nos apoyamos y aquí está el piso, feo, pero ya tenemos; las casas que están aquí han sido habitadas desde hace más o menos 32 años y con los años se han desgastado más, las condiciones de mi hogar son malas, el agua no llega, mi techo tiene goteras y cuando llueve ponemos cubetas, de lo contrario se moja todo, pero no sólo mi casa, todos los vecinos sufrimos por las goteras
¿Cuántos habitantes hay en su familia?
Somos ocho, tengo cuatro niñas y dos niños, más mi mujer y yo; están chiquillos, apenas van a la primaria, ayudan en las labores de la casa, mi mujer también trabaja y yo soy ambulante, todos los días salimos para traer el sustento al hogar, si no ¿qué comemos?
Somos comerciantes ambulantes, pero con la nueva administración de Eduardo Rivera no podemos ir a vender cerca del zócalo o nos quitan nuestro producto, está muy duro, el ayuntamiento está levantando a todos los ambulantes.
¿A ustedes les han quitado su mercancía?
Sí, apenas nos quitaron el carrito con el que vendemos, yo vendo elotes y piden mil 500 pesos para que lo devuelvan, ¡imagínese!, yo no tengo esa cantidad, vivo al día y si llegara a recogerlo pierdo más, porque no regresan completa la mercancía que se llevan, en ocasiones nos regresan el carrito vacío. “Llegan y nos chingan la mayonesa o los elotes y no permiten que uno trabaje bien, de por sí no hay trabajo aquí en Puebla y uno que busca la forma de seguir adelante, nos tratan peor que delincuentes, con esta administración en serio parece que es un delito vender elotes.
¿Todas las zonas están prohibidas para ustedes?
Pues nos han dicho que cerca del zócalo no, a menos que paguemos un permiso, pero está muy caro y vendemos en la periferia, pero sinceramente no hay mucha gente y si la hubiera, imagínese a todos los eloteros en la misma cuadra, nadie podría vender bien.
Casi a todos los que se acerquen al centro histórico les quitan las cosas, pero está mal que el gobierno nos trate así. ¿De qué vamos a vivir? Hay trabajos aquí cerca, pero pagan muy poquito y uno con familia no le alcanza, tenemos que buscar la forma de sustentar la casa.
¿Como vecindad han recibido algún apoyo del gobierno municipal o estatal?
No, nunca se han venido a asomar aquí, al principio rentábamos, pero la dueña no quería reparar nada de las cosas que nos hacían falta, después cuando se fue y nos dejó, nosotros comenzamos a ver cómo solucionar esos problemas, pero cuando pasó el terremoto del 2017, aquí sufrimos muchos y aún no acabamos de reparar nuestras casa, a nosotros no nos vino a visitar nadie, ninguna Secretaría de Gobierno, solo el Movimiento Antorchista nos ayudó, el sismo partió nuestras casas, una tubería también, pero nadie se preocupa por nosotros.
¿Qué piensa acerca del Movimiento Antorchista?
Yo creo que es muy bueno que nos juntemos, así como dice la organización “como un solo hombre, como un solo ideal”. Porque, mire, ni a pesar de que somos un grupo de personas que necesita el apoyo de vivienda y de servicios básicos, nos ayudan en el municipio y urge que nuestras casas se reparen, también el drenaje, siempre huele feo por que el agua se sale y se queda estancada en el patio y apesta, lavamos, pero esa no es la solución, la solución está en que se repare, porque eso puede traer infecciones para nuestros niños.
Si usted tuviera la oportunidad de decirle algo de frente a nuestro gobernador y al presidente de la capital, ¿qué le diría?
Primero me gustaría pedirles que vengan a mi hogar, que vean cómo vivo yo y mis vecinos, les mostraría que la gente tiene necesidades reales, que no tenemos trabajo y me gustaría hacerles entender que si él nos persigue con las patrullas perjudica nuestra economía. Nosotros no queremos que nos regale nada, sólo de que cumpla con lo que le corresponde, nosotros tenemos derecho a una vivienda digna, al trabajo, a la salud, al derecho de manifestarnos. Si el gobierno trabajara por lo que realmente importa, muchas familias estaríamos mejor, todo esto lo sé, lo vivo en carne propia. No lo merecemos, si nosotros cumplimos con nuestra parte de pagar impuestos, él tiene que retribuir ese dinero con empleos e infraestructura.
Por último, quiero agradecer a Antorcha, ellos siempre han estado con nosotros, con poco o mucho, pero nunca nos han dejado solos.
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