El comercio informal se ha vuelto una de las formas de subsistencia para mexicanos que cansados de esperar un empleo, deciden emprender el camino de la "vendimia" con la finalidad de llevar el sustento a sus familias.Pero ahora con la emergencia sanitaria por covid-19, han visto disminuir sus ventas hasta en un 90 por ciento, debido a las restricciones sanitarias y la orden de parar operaciones en otros giros que no sean de comida.
La señora San Juana María Patricia Rodríguez Soto, habitante del municipio de Parras de la Fuente, Coahuila y madre de familia de 3 menores de edad, explicó que la restricción del Gobierno del Estado, afectó también a este sector que hasta ahora solamente tiene las limitantes de reducir el 25 por ciento sus espacios y aplicar medidas de higiene."Sí nos ha pegado, ha sido muy complicado".
La comerciante, narra que sus 3 hijos, ella y su esposo viven de su negocio de comida "una taquería" que a base de muchos esfuerzos y sacrificios pudieron poner, para poder mantenerse, pero que las ventas ahora están muy feas incluso han tenido muchas pérdidas, a consecuencia de la contingencia, relató que sus productos se han echado a perder y ya no tienen ni siquiera para volver a surtir.
"Hace algunos meses era feliz pues teníamos buenas ventas, no excelentes pero eran buenas, podíamos pagar lo necesario, como el agua, luz y un poco de sustento para nuestra familia, vivíamos al día, pero no nos hacía falta nada, considera que las cosas eran un poco más fáciles, el tiempo me ha enseñado que no es así", explicó mientras su mirada se pierde en los recuerdos.
"Ser comerciante es difícil, desgastante, sufrido, estresante, y hasta aburrido, hay que acostumbrarse a todos los climas en un solo día, como esto de covid-19, que nos ha azotado aún más nuestra economía, imagínese muchacha, ya no tenemos ahora ni siquiera para pagar nuestras deudas, como el agua, la luz, y ni hablemos de surtir nuestro mandado".
"La vida de quienes se dedican al comercio informal, cada persona se debe acostumbrar a lo que se vaya sacando, el ahorro es la pieza fundamental, "pero, ¿qué pasa cuando ya se nos terminaron nuestros ahorros? Ha pasado ya un mes desde que se puso en cuarentena y cada día es peor.¿Ahora qué vamos a comer si el gobierno ni siquiera nos voltea a ver a los pobres?", agregó entre voz cortante.
"Estaría bien que (el gobernador y el Presidente de la República) vinieran acá para ver cómo vivimos y se dé cuenta", dice Juana, porque aquí la gente ya no piensa en comprar leche, carne o huevo pues se truena los dedos hasta para comprar medios kilos de chile, jitomate, frijol y café."Ahorita en esta situación en la que vivimos hasta comprar azúcar es un tremendo lujo, que nos apoye el Gobierno con algún programa alimentario para todos las personas que no tenemos un ingreso formal, eso pido yo", finalizó.
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