La población mundial condena y sentencia esta osadía por el gobierno de Rusia, ya se anuncian restricciones y sanciones a este país heroico quien en la segunda Guerra Mundial fue el que hizo posible frenar y enfrentar las hordas de Hitler. Sí, “todos condenamos y sentenciamos la guerra y deseamos la paz mundial”, la tranquilidad, porque no sabemos todavía los alcances que esta guerra traerá no solo, los países que se enfrentan directamente, sino todos los males que acarreara, que de por sí, ya sufrían los pueblos pobres de mundo.
Los mexicanos vivimos en un territorio abundante en recursos naturales, los hombres y mujeres los más trabajadores del mundo. Nuestros antepasados fueron guerreros, astrónomos, matemáticos, arquitectos; productores y con una gran cultura, y muy solidarios, que han ido conquistando el mundo. Sin embargo, el problema a fin de cuentas de nuestro pueblo trabajador es resignarse a escuchar a políticos charlatanes, y creer todavía en su demagogia barata vendiendo su voto por una mísera despensa, o por unos cuantos pesos, estamos obligados por el gobierno a pagar impuestos por todo y cada vez más elevados, (aunque no se cuente con salud, educación, y vivienda digna de calidad). Los obreros sufren despidos injustificados y los que se quedan en las fábricas tienen que trabajar jornadas exhaustas, por un salario raquítico.
¡Sí! Esta también es una guerra del débil ante el poderoso, es una guerra la desigualdad social y de empobrecimiento acelerado de los mexicanos, la crisis económica que antes de la pandemia ya padecíamos, y con las diferentes variantes del covid-19, (lleva casi 500 mil muertos) donde se agudizó aún más la situación de pobreza extrema. En México estamos viviendo una “guerra sin cuartel”, por falta de seguridad social, el crimen organizado se apodera cada vez más espacios del territorio nacional; la corrupción, que se decía terminaría con la llegada de López Obrador y su 4T, ahora la protege y justifica AMLO, cuando de su familia se trata; los crímenes, van en su escala mayor día con día, los secuestros, de niños, jóvenes y mujeres, los robos; ya no son suficientes en negocios o casa habitación, ahora es más redituable en los camiones pasajeros de los trabajadores y obreros. Los enfrentamientos del crimen organizado, dejan saldos un día, sí y otro también de cuerpos acribillados en las calles. En donde se dice ser un México democrático ha crecido el asesinato, persecución y acecho a periodistas. ¿Acaso esto no es una guerra?
Claro está, que no se compara con la destrucción directa por medio de las bombas y misiles, todos como se dice estamos con el “Jesús en la boca”, para que no intervenga directamente los EE.UU, por que los inmediatos a sufrir las consecuencias será México. Pero no olvidemos que las guerras fueron y están diseñadas para expandir territorios, y la invasión y control de mercados. Donde los únicos que sufren las consecuencias, son los más débiles, y por eso tenemos que prepáranos para lo que venga. Los antorchistas invitamos a levantar la voz por la paz mundial, que se respete la soberanía de los estados, no a la intervención yanqui, y en particular en México, y por una política efectiva para la defensa de sus conciudadanos, una estrategia para paliar la desigualdad social de la pobreza.
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