El pasado 20 de diciembre me referí al trato déspota, arrogante y despreciativo que los antorchistas de este importante municipio guanajuatense, reciben por parte del gobierno panista que encabeza la maestra Lorena Alfaro, desde el momento en que decidieron gestionar soluciones a sus demandas básicas en forma colectiva y organizada, haciendo uso del derecho de petición y de libre organización consagrados en nuestra Carta Magna.
El pasado 22 de noviembre presentaron ante el H. Ayuntamiento, un listado de las necesidades más apremiantes que tienen colonias y comunidades donde habitan compañeros nuestros y, hasta hoy día, no han encontrado una respuesta formal a su escrito, tal como es obligación de cualquier autoridad independientemente de su nivel de gobierno y de su filiación partidista, así, como el derecho de todo ciudadano mexicano.
Como dije en mi anterior comentario, la respuesta verbal de la alcaldesa en una entrevista que se dio en el marco de un miércoles de atención ciudadana, mecanismo que utiliza para “atender” a los irapuatenses que la eligieron para que velara por sus intereses, fue tajante: “Yo no trato con organizaciones”, asegurándoles que no conseguirán absolutamente nada mientras persistan en actuar colectivamente y no se presenten a reclamar sus derechos de manera personal, aislada e individual. Este es un recurso muy trillado que utilizan gobernantes, que en los hechos violentan el estado de derecho, que debe regir las relaciones entre los ciudadanos y las autoridades democráticamente electas.
Los antorchistas hemos seguido insistiendo por distintas vías en la solución de las necesidades de nuestros compañeros, por ejemplo, el pasado jueves 10 de los corrientes se dieron cita en la sede de la presidencia municipal pequeñas comisiones representativas de los distintos grupos organizados en las diferentes colonias y comunidades, en busca de una entrevista con la alcaldesa, no tuvieron éxito. Los atendió el Lic. Rodolfo Gómez Cervantes, secretario del Ayuntamiento, quien se comprometió a darles fecha de la entrevista el próximo martes 15. Mis compañeros dando muestras de tolerancia y buena disposición están a la espera de la programación de dicha reunión.
De acuerdo con el informe anual de la Secretaría del Bienestar sobre la situación de pobreza y rezago social 20121, en el municipio de Irapuato la población en situación de pobreza es de 215 mil 783 personas de las que 198 mil 763 caen en el rango de pobreza moderada y 17 mil 20 ciudadanos están en la pobreza extrema, lo que significa que 35 por ciento, es decir, más de una tercera parte de los ciudadanos de este municipio son pobres; 275 mil 132 carecen de acceso a la seguridad social; 139 mil 75 tienen problemas de alimentación; 88 mil 938 carecen de acceso a los servicios de salud; 87 mil 400 tienen rezago educativo; 51 mil 22 carecen de servicios básicos en la vivienda y; 46 mil 636 carecen de calidad y espacios en la vivienda.
Si analizamos con sensatez esta grave situación que reflejan los datos del informe, quedará claro que, para salir de la misma, o cuando menos hacerla más tolerable, no basta la democracia electoral ni las promesas casi siempre incumplidas de los partidos políticos y sus representantes más visibles, ni las prédicas y los llamados samaritanos a la solidaridad. Es necesario conceder a los propios afectados una participación efectiva y actuante, en la toma de las decisiones que afectan su vida cotidiana, así como en aquellos asuntos que, de una u otra forma, van a cambiar su situación actual y su futuro inmediato; es necesario que las masas populares sean reconocidas en los hechos, como sujetos activos y no sólo como objetos pasivos, de la actividad política.
Hoy ante la difícil coyuntura por la pandemia que estamos viviendo en todo el mundo y que ha provocado en nuestro país y nuestro estado, así como en Irapuato, la agudización de problemas como la pobreza, el desempleo que es parte esencial de la crisis económica, la atención médica pública, la inseguridad y muchos otros; es indispensable que se respeten cabalmente los derechos de petición, organización y manifestación pública, porque son de los pocos mecanismos que tiene el pueblo trabajador, para hacer oír su voz en la búsqueda de soluciones positivas a sus demandas, que casi siempre le son negadas por funcionarios y gobernantes de todos los niveles y colores políticos, como es el caso en comento.
Los Antorchistas nos hemos propuesto desde hace 47 años, luchar contra la pobreza en México, mediante la organización y la educación de los más pobres y hacemos el esfuerzo día con día, por encauzar el descontento social por las vías legal, democrática y pacífica. Por eso, desde esta modesta tribuna, reitero la petición a la presidenta municipal de un diálogo con soluciones para los habitantes de Irapuato adheridos a nuestra organización, porque la totalidad de los mismos, son parte de los que integran las estadísticas de pobreza y rezago social que existen en el municipio y, por tanto, ciudadanos que requieren la atención expedita y sensible de quien administra los recursos públicos. Que así sea.
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