Negar que en Huitzilan de Serdán hay tranquilidad social es práctica común de los enemigos del progreso desde hace cuatro décadas. Para ello, se han valido de falsas acusaciones y, muchas veces, argumentos irracionales que solo evidencian su saña y desesperación ante la resistencia de un pueblo que se niega a abandonar el proyecto de paz y desarrollo que impulsa el Movimiento Antorchista en el municipio, y que en los hechos ha mostrado su compromiso con el interés colectivo.
Nuevamente y como cada tres años, intensificaron su campaña de calumnias e incitaron a la violencia para poder mantener vigente la leyenda negra contra el Movimiento Antorchista, de que es una organización violenta, armada y hasta guerrillera, para poder gritar que en Huitzilan no hay seguridad ni tranquilidad social. No obstante, la verdad se antepuso a las falsedades.
En menos de diez días, los enemigos del progreso accionaron una campaña desesperada e irracional de linchamiento político y mediático en contra del ayuntamiento antorchista, que se triunfó en las elecciones.
Apenas terminadas las elecciones, los enemigos del progreso lanzaron su veneno en una campaña de acusaciones graves, maliciosas y sin fundamento, valiéndose de cuentas falsas, la prensa y lanzando rumores, ocupando tres lamentables sucesos.
Primero, sobre el caso de un joven ahogado el pasado 1ro de junio, los ataques en las redes sociales se sintetizaron en una nota publicada en el periódico La Jornada de Oriente el 10 de junio, en la que acusa a la policía municipal de violar los protocolos de actuación, de encubrir un supuesto “infanticidio” porque el cuerpo “presentaba signos de tortura y violación sexual” (sin aportar las pruebas que lo demuestren).
Además, la nota señala que la persona que acompañó al ahora occiso era asesino y trabajador del Movimiento Antorchista.
Eso no es todo. En redes sociales, bajo la excusa de exigir justicia, llamaron a correr a los antorchistas, a quemar a los líderes, a violentar edificios públicos y las oficinas de la organización y, por si fuera poco, acusaron a un activista y un simpatizante de la organización de ser cómplices de quien señalan como “asesino”. Un verdadero llamado a la violencia de corte fascista.
Sobre el tema, el Ayuntamiento de Huitzilan de Serdán lanzó un desplegado del que brevemente, por cuestión de espacio, se destaca lo siguiente:
La policía realizó los protocolos pertinentes apegados a derecho y con la orden del superior jerárquico.
Convencida por gente perversa que es la que ahora nos ataca, la madre del ahora occiso en compañía de sus familiares y conocidos no permitieron que se trasladara el cuerpo al anfiteatro para la necropsia de ley, única forma con la que se podía determinar si hubo abuso y homicidio, y decidieron llevárselo a su domicilio.
La persona que acompañó al joven al río fue enviada al municipio por parte de la Secretaría de Salud del estado para realizar su servicio social en la UBR; con el ayuntamiento sólo había una relación institucional por su colaboración como entrenador del gimnasio. O sea, no era ni es antorchista.
Segundo: desde el 3 de junio, al día siguiente de la jornada electoral, se presentaron incendios en la comunidad de Tepetzintla, después en Pilaktitan y Zoyotla, en los que hubo actuación inmediata de la administración municipal, la Policía de Huitzilan, activistas, plenos y pobladores voluntarios; asunto del que activaron otra campaña para decir que el ayuntamiento no estaba haciendo nada y menos había detenido a la persona que provocó uno de los incendios.
La intervención de protección civil municipal, así como la permanente comunicación con las autoridades locales y ante el Gobierno estatal para que enviara brigadas de apoyo, sobre todo el pasado lunes 10 de junio cuando las llamas estuvieron a punto de alcanzar las viviendas en la localidad de Zoyotla, demostró la falsedad de las acusaciones.
Además, la Policía municipal, en su calidad de preventiva, sólo puede detener a un individuo en flagrancia o si hay una denuncia y el MP da la indicación; detenerlo es caer en delito, porque no hay denuncia.
De acuerdo con la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en su artículo 21, “La investigación de los delitos corresponde al Ministerio Público y a las policías, las cuales actuarán bajo la conducción y mando de aquel en el ejercicio de esta función… La imposición de las penas, su modificación y duración son propias y exclusivas de la autoridad judicial”.
Tercero, para crear un panorama más trágico y estimular el pánico colectivo, en esa semana se inició la difusión de audios vía WhatsApp en los que se advierte la entrada de un grupo delictivo dedicado al tráfico de órganos y otro audio de un supuesto secuestro, archivos de sonido de los que se desconoce el origen, ya que no son emitidos por ninguna dependencia de Gobierno.
También enviaron mensajes de alerta por presencia de personas extrañas haciéndose pasar por doctores, que en realidad fueron personas vendiendo productos naturistas; la policía actuó de inmediato para evitar que la armonía y la tranquilidad del municipio se convirtieran en algún linchamiento de graves consecuencias.
Como se puede notar, estimado lector, en menos de diez días, los enemigos del progreso accionaron una campaña desesperada e irracional de linchamiento político y mediático en contra del ayuntamiento antorchista, que se alzó con el triunfo en las pasadas elecciones, así como del Movimiento Antorchista, aprovechando sucesos tan lamentables.
Desde la clandestinidad la lanzaron, aunque hay algo que sí fue evidente y que nos acerca a la verdad de quién está detrás: la participación del cacique Alonso Aco.
La nota aparecida en el periódico La Jornada de Oriente, aunque dice que “pobladores” enviaron la información del joven ahogado, fue publicada por Martín Hernández Alcántara, conocido por vender su pluma para atacar al Movimiento Antorchista y a la administración.
Basta con recordar que fue él quien publicó las amenazas de muerte contra Manuel Hernández Pasión en ese medio, a través de una carta que envió el “consejo ciudadano” encabezado por Alonso Aco, así como muchas otras calumnias y posturas de este personaje.
En su libro De la esperanza a la decepción, el Maestro Aquiles Córdova Morán dice, cuando trata el asunto de los actos vandálicos y de saqueo presentados el 1 de diciembre de 2012, durante la toma de protesta de Enrique Peña Nieto, que es
“… práctica común de quienes ejecutan actos en pro de su causa desde la clandestinidad, reivindicarlos públicamente como suyos, precisamente para reclamar sus frutos; en este caso, lejos de eso, se intenta ocultar la mano que mece la cuna, lanzando falsas pistas como acusar ‘a los antorchistas’ y a otras corrientes políticas que, obviamente, están metidas con calzador en los sucesos”.
Y aunque se quieran ocultar, con lo de La Jornada de Oriente se ve la mano que mece la cuna.
La pobre y mañosa argumentación de los enemigos del progreso, que no son capaces de debatir racionalmente ante la verdad, los ha hecho caer en la amenaza, la agresión, la calumnia, las acusaciones falsas y maliciosas.
A pesar de que la administración se ha pronunciado por que se investigue el desolador suceso y su disposición para colaborar para que se esclarezca el caso, quienes se niegan a ver la realidad siguen acusando a los antorchistas de asesinos, lo que muestra que el fin no es pedir justicia, sino culpar a los antorchistas.
A pesar de ello, el esfuerzo, la unidad y la organización de un pueblo que nuevamente reafirmó su decisión de elegir la continuidad al proyecto de desarrollo del municipio, son la fortaleza para seguir adelante, trabajando y luchando, aunque a los enemigos del progreso no les guste.
Huitzilan demostró en las pasadas elecciones su resistencia a las mentiras, a los ataques, a la compra de conciencias. Huitzilan seguirá caminando con rumbo fijo, hacia un futuro luminoso, bajo los ideales del trabajo colectivo para alcanzar una sociedad mejor.
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