En un evento público, una vecina de una colonia del norponiente de Pachuca tuvo la oportunidad de acercarse al gobernador de Hidalgo para solicitarle su intervención en la atención de las demandas de los antorchistas, que también son hidalguenses. En particular, le solicitó su ayuda para el proceso de escrituración de su colonia.
El gobernador le preguntó a qué colonia o zona se refería; la vecina le informó que vivía en una colonia antorchista y la respuesta fue contundente: “¡Entonces, sígale comprando a Antorcha!”.
Desde el inicio de su administración, el mandatario no nos ha recibido, es decir, en los hechos se nos ha negado el derecho de audiencia. Uso este espacio para hacerlo y reiterarle nuestra solicitud respetuosa de atención y solución a asuntos y problemas que incumben directamente a la administración pública y que, de no atenderse y resolverse, seguirán minando la vida, la salud, la educación, etcétera, de miles de sus gobernados.
Olvido y agravios los tenemos en Hidalgo desde hace décadas, pero aumentados desde la administración morenista de Omar Fayad, con su forma despótica y represora de gobernar.
Aquí me permito aclararle con mucho respeto al señor gobernador que Antorcha no es ninguna inmobiliaria que se dedique a vender terrenos o lotes para vivienda; somos una organización social del pueblo de México que tiene como objetivo principal coadyuvar en la lucha contra la pobreza y, por lo tanto, contribuir a través de nuestra gestión y actividad diaria a mejorar la vida de las familias más vulnerables de nuestro país y, en ese propósito, la lucha por una vivienda digna para las familias mexicanas está dentro de nuestros objetivos.
Así organizamos a los “sin casa”: para conseguir una vivienda lo más barata posible y a crédito, es decir, en módicas mensualidades para los beneficiarios, lo cual se logra, en ocasiones, a través de contratos blandos con los propietarios originales de la tierra, o bien con la consecución de un crédito a través del Estado, o que este aporte una parte del costo total del predio en cuestión.
Asimismo, creo necesario aclarar que todas las colonias formadas a través de este mecanismo fueron autorizadas en su momento por el Gobierno del estado, y ahora le corresponde a este atender una justa demanda: escrituras para todos los poseedores de dichas viviendas.
También me permito informarle, señor gobernador, que a través de este mecanismo y de la organización de los solicitantes de vivienda, hoy miles de familias cuentan con un hogar, con una vivienda donde dar cobijo a su familia; también, que siguen existiendo muchas familias de los diversos municipios de la entidad que demandan una vivienda para su familia y que esperan encontrar en esta administración —que, al igual que el Gobierno federal, tiene por lema “por el bien de todos, primero los pobres”—, una respuesta positiva a tan legítima demanda.
Me interesa reiterar, en primera instancia, nuestra solicitud para ser atendidos directamente por el Ejecutivo estatal, en razón de que ninguno de sus funcionarios ha dado respuesta concreta a los problemas planteados.
Como sabemos, porque lo sufrimos los hidalguenses en general y en particular los antorchistas, el sexenio pasado fue de los peores, como lo señalaba en colaboración anterior, donde menos soluciones y desarrollo existieron para los vecinos; donde mayor represión física y administrativa sufrimos los antorchistas y donde mayores abusos de poder y un mayor desfalco sufrió el Estado, como consignan los medios.
Olvido y agravios los tenemos en Hidalgo desde hace décadas, pero aumentados desde la administración morenista de Omar Fayad, donde a los hidalguenses, además de negárseles toda atención y solución, se les sumó la forma despótica y represora de gobernar.
Dicho desgobierno dejó un estado aún más miserable, con caminos destrozados, sin apoyo al campo, sin programa alimentario para las regiones más pobres, sin agua, etcétera. Hoy, casi dos años después de la nueva administración que encabeza Julio Menchaca Salazar, nos encontramos prácticamente en la misma situación: sin atención y sin soluciones reales a todas las necesidades planteadas en el pliego petitorio antorchista, que resume las más urgentes e imperiosas
Por esa razón, y porque la vida y la práctica nos han enseñado que el pueblo no tiene muchas opciones para hacerse oír y ser atendido con respeto y sensibilidad, el próximo miércoles 17 de abril, nos vemos obligados a hacer uso de nuestro derecho de manifestación pública: marcharemos por las calles de Pachuca y de Huejutla y, de no encontrar respuestas positivas, permaneceremos frente a Palacio de Gobierno hasta encontrarlas.
Realmente deseamos hallar comprensión y soluciones a las justas y legítimas demandas, y que no se obligue a los hidalguenses a pasar días y noches enteras a las puertas de palacio de gobierno para poder contar, por ejemplo, con agua en sus viviendas.
Asistiremos este 17 de abril a las oficinas del gobernador en Plaza Juárez, esperando como siempre encontrar la sensibilidad en su persona para atender y resolver en positivo el pliego petitorio de estudiantes, profesores, amas de casa, transportistas, comerciantes, colonos y campesinos hidalguenses, y confirmar que, hoy en Hidalgo, se gobierna para todos, independientemente de colores e ideologías.
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