A más de tres años del Gobierno federal son miles las voces que hablan del mal desempeño de la 4T en materia económica y no se diga el caso de la seguridad de los mexicanos.
Radico en el municipio de Fresnillo, Zacatecas, me toca ver que los ciudadanos de a pie viven a diario estos problemas, coinciden en que las cosas han empeorado en la localidad, consideran que no existen condiciones para un cambio toda vez que las estrategias no se centran en crear oportunidades de empleo bien pagados, sino que solo existen los programas de transferencia económica que no han impactado en la modificación de las condiciones de vida, estos sirven de paliativo ante la pobreza generalizada.
La violencia es un asunto de difícil solución en México, lo indican las cifras que señalan que 66.4% de la población percibe su ciudad insegura. La reciente Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) registró que con casi 250,000 habitantes, el municipio de Fresnillo, Zacatecas volvió a posicionarse en lo alto de la lista de las seis ciudades más inseguras del país.
El 94.3% de los pobladores de Fresnillo consideró que vivir en la ciudad no es seguro por encima de otros focos rojos como Ciudad Obregón, Sonora (Infobae).
Este municipio ha sido gobernado por políticos de todos los colores: priistas, perredistas, petistas y ahora por morenistas, aquí los ciudadanos saben calificar el desempeño de sus gobernantes y dado los problemas existentes es tiempo de gobernar de manera equilibrada. Como sabemos decir, “el horno no está para bollos”, el momento histórico de nuestro municipio exige un gobierno que atienda sin evasivas, hasta la fecha el morenismo se ha comportado de modo contradictorio mandando señales que se oponen y anulan entre sí quizá con la intención de ganar tiempo, pero lo cierto es que urgen soluciones.
Queda claro que los que hoy gobiernan el municipio no son fruto de la casualidad, es el grupo social que representa la clase adinerada del lugar pero cuando acudan a buscar el apoyo de la ciudadanía se van a encontrar a las madres de familia que les arrebataron prospera, a quienes les cancelaron el seguro popular, a las obreras y madres trabajadoras que no pueden llevar a sus hijos a las guarderías. Y cuando lleguen a las comunidades se van a topar con los campesinos a quienes no les bajaron el precio de la gasolina, el diésel y el gas, se habla de fertilizante y maquinaria, pero hasta el día de hoy no llega.
Este cúmulo de problemas es lo que se encontrarán al acudir a pedir de nueva cuenta el apoyo popular y lo que es peor aún, hay cientos de madres angustiadas por haber perdido un hijo producto de la inseguridad, quiérase o no la responsabilidad recae en el actual gobernante.
Desde mi punto de vista se debe realizar la obra que plantea el pueblo o darle continuidad a la ya iniciada, hay comunidades que antes de la elección se les colocó 100 metros de pavimento, como medida para buscar votos fue buena, pero como solución estamos a 100 años de lograrlo, no queda más que seguir asfaltando, aunque sean tramos cortos, de lo contrario se verá como una burla de la autoridad.
Otro aspecto que han descuidado es el apoyo a las familias, siguen ausentes los apoyos que antes brindaba el DIF municipal, así como las mejoras a la vivienda de los más vulnerables. La situación económica de la mayoría no es mejor, la pandemia sigue causando estragos y es ahí donde las políticas públicas tienen que ser de total respaldo a la población, de lo contrario veremos protestas como señal de inconformidad de un pueblo que se sigue organizando en aras de mejorar sus condiciones de vida.
Por lo dicho se reflexiona que si los gobernantes y funcionarios que recién se estrenan en la administración pública municipal, estatal y federal no implementan acciones acordes a los planteamientos de la ciudadanía difícilmente los van a convencer que voten nuevamente por el partido en el poder.
¿Y qué le queda hacer al pueblo? Habrá que luchar porque se construyan obras prioritarias en las comunidades, para que se implemente el programa de despensas alimentarias y se den facilidades para acceder al mejoramiento de la vivienda, porque negar los datos de desempleo e inseguridad no sirve de nada, como tampoco sirve sembrar falsas esperanzas en las grandes mayorías que padecen estos problemas.
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