El Movimiento Antorchista, desde hace bastante tiempo, se ha encargado de denunciar las políticas erradas del presidente Andrés Manuel López Obrador, pues los antorchistas sí nos damos cuenta de que los problemas reales no son del interés del presidente, pues ha relegado cuestiones elementales como el abastecimiento de medicinas para los enfermos de cáncer, ya hasta desapareció el Insabi, su institución insignia de salud, y los problemas que aquejan a miles de campesinos a quienes desde el inicio de su gobierno les ha retirado los apoyos a los que antes tenían acceso.
Con la llegada de AMLO al Gobierno mexicano, se desató una campaña de agresiones, calumnias y amenazas en contra de políticos, periodistas críticos del sistema de gobierno, organizaciones populares y, también, del Movimiento Antorchista. Pero estas acusaciones, quiero afirmarlo, no son nuevas y no nos sorprenden, todo esto tiene una causa que ha ocasionado el enojo del presidente, en contra de la única organización que le ha hecho frente y se ha mantenido viva, a pesar de los ataques del propio mandatario desde palacio nacional, con el claro objetivo de desaparecer a las organizaciones.
El Movimiento Antorchista, desde su nacimiento, ha velado por los intereses de los más desprotegidos y ha sido un crítico vehemente de los malos gobiernos, como el de López Obrador, por tanto, esa característica provoca en los gobernantes en turno, que nos vean como un importante opositor o como en el caso actual, que el presidente cree que todas las críticas a su gobierno son personales y no se da cuenta de que ya no es el candidato de hace años, sino que ya es gobierno y por cierto a punto de terminar su sexenio, en el tiempo que lleva en el poder no ha gobernado realmente.
Para nuestra organización, los ataques, las calumnias y hasta las mentadas, han sido el pan de cada día, esto no es nuevo, el problema es que se están pisoteando nuestros derechos como ciudadanos y eso no lo vamos a permitir.
Yo los llamo a todos ustedes, que es momento de unirnos y organizarnos para que en los años venideros evitemos votar por candidatos que no representan al pueblo, y nos inclinemos solo por aquellos que sean emanados del pueblo, que conozcan el sufrimiento en carne propia para que sean leales y no traicionen con sus acciones al pueblo mismo, tal como ha actuado el actual.
Los antorchistas somos hombres sencillos, humildes, conscientes de la realidad que vive el pueblo mexicano, de la pobreza lacerante que hace estragos entre nuestras familias, amigos y camaradas.
Mientras no exista un gobierno del pueblo, que se preocupe por resolver las necesidades más elementales, Antorcha seguirá existiendo y seguirá más viva que nunca porque tenemos la razón y la conciencia clara de que actuamos en defensa de los derechos y libertades de todos los mexicanos.
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