Mientras el mundo ve la celebración del Centenario del Partido Comunista Chino, y donde llama la atención que, bajo este contexto, hasta el mismo Elon Musk, el físico canadiense, estadounidense y dueño de las empresas Spacex y Tesla Motors reconoce, elogia, la “prosperidad económica China” y dice: “la prosperidad económica que China ha logrado es realmente asombrosa, ¡especialmente en infraestructura! Animo a la gente a visitar y ver por sí mismos”; me parece que no solo eso es lo que importa, sino que el gran mérito está también en que han logrado sacar de la pobreza extrema a 98.99 millones de chinos, lo que indica que quieren desarrollar a su país pero logrando también el bienestar de su gente. Mientras, en México, estamos viviendo en el mundo de la ilusión.
Empecé por la celebración china para que veamos qué dicen los chinos con respecto a su patria. En una nota de RT del día 1 de julio del presente mes en el discurso de Xi Jinping dice: “se logró el objetivo del primer centenario, que era, construir una sociedad moderadamente próspera en todos los aspectos. Esto significa que hemos logrado una solución histórica al problema de la pobreza absoluta en China, y ahora estamos marchando con pasos seguros hacia el objetivo del segundo centenario que es convertir China en un gran país socialista moderno en todos los aspectos”, subrayó el presidente.
¿Qué entiendo en esto?, Que para los gobernantes chinos desarrollar su país y lograr convertirlo en la segunda economía más importante del mundo era una meta, pero sin desligarla a sacar de la pobreza histórica a millones y millones de chinos. Y lo han logrado. Esto es estar pensando en el pueblo.
Pues mientras vemos estos logros en ese país asiático, ejemplo para todo el mundo, aquí en México tenemos a un presidente que no está preocupado por los problemas de nuestra gente. Él podrá negar la realidad, podrá decir que vivimos en una sociedad en paz, donde todo es felicidad y habrá gente que le se la crea y que le aplauda, pero eso no significa que esté haciendo bien las cosas. La realidad es totalmente distinta.
Tenemos el caso de los padres de niños con cáncer, que se quejan porque no hay medicamentos para sus tratamientos. Sobre este problema, hace unos días hubo una marcha en Tepic y ningún funcionario los atendió, (según la nota de La Jornada del día 28 de junio de 2021). La protesta fue porque no hay medicamentos en los hospitales para atacar el cáncer y además, por las malas condiciones materiales del ISSSTE que ni el elevador funciona, lo que representa un gran problema para subir a los enfermos a que les realicen hemodiálisis.
Aquí está un problema que el gobierno no quiere ver, en vez de escuchar a los familiares, a los enfermos, -que ya por el sólo hecho de padecer un mal de esa naturaleza, porque es mucho lo que sufren, merecen ser atendidos-, pero, sobre todo, porque los mexicanos tenemos el derecho a que se nos escuche y se nos resuelvan nuestros problemas; por eso protestan, porque no hay medicinas ni condiciones materiales para que se les atienda bien, y el gobierno en vez de avergonzarse por su ineptitud, llaman a los que se atreven a protestar de golpistas.
El problema de los niños con cáncer es un ejemplo de cómo atiende el gobierno de la 4T los problemas de este país. Pero lo mismo pasa en todas las áreas de nuestra sociedad, vemos a la economía que no despega, no avanza y por lo tanto sigue el desempleo y la pobreza; la inseguridad que no para; la educación en vez de avanzar, retrocede; en la salud y en concreto el combate a la pandemia del que tanto presume el presidente porque según él se ha manejado muy bien, lo que vemos es la indignante cifra de 234 mil muertos por covid-19.
Se nos quiere meter a la fuerza la idea de que todo funciona bien, que aceptemos ser sumisos y humillados, pero los problemas ahí están presentes y no desaparecerán, aunque el presidente diga lo contrario.
Los mexicanos tenemos que razonar, hay que pensar lo que está pasando, los problemas no se están resolviendo, el pueblo es el menos beneficiado en este gobierno, la lección de China ahí está, sí es posible que en nuestro país algún día desaparezca la pobreza y que nuestra gente viva en mejores condiciones, pero para ello, necesitamos que el pueblo se organice y luche por sus derechos y no permitir que nos sigan dando gato por liebre, porque los errores también se pagan, y casi siempre quienes los pagan son los más pobres.
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