El control absoluto siempre ha sido la ambición de los gobernantes, en todos los niveles de gobierno, desde un presidente municipal, hasta el presidente de la república. Las banderas con que se presentan ante su pueblo en campaña son totalmente distintas a las que aplican una vez que llegan al poder. Pues en campaña juran que son hombres de bien, hombres salidos del pueblo que conocen en carne propia las necesidades del pueblo, que harán valer las libertades de la gente y, sobre todo, que trabajarán por el bien de las colonias y comunidades de su demarcación. Aunque existen sus honrosas excepciones, de manera general se representa a la autoridad como como intolerantes al pueblo, como personas ensoberbecidas que teniendo ya el poder en las manos se convierten en dictadorzuelos.
Tales son los casos en los estados de Oaxaca y de Veracruz, en el primero gobierna Alejandro Murat Hinojosa, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), quien hace algún tiempo le profesó su lealtad al gobierno de López Obrador; y en el segundo gobierna Ciutláhuac García Jiménez, de Morena. La característica de ambos gobernantes reside en que una vez que llegaron al poder se volvieron en intolerantes a las protestas de sus gobernados, quienes piden se atiendan sus demandas elementales de falta de servicios. Aquí es donde digo reside lo hipócrita de su discurso de campaña, pues en esos tiempos prometen todo al pueblo, pero ya en el poder lo que le dispensan a ese pueblo es el garrote y la cárcel. En el estado de Oaxaca, uno de los estados con mayor índice de pobreza, el Movimiento Antorchista Nacional, encabezado por el licenciado Dimas Romero, desde su llegada al estado ha trabajado incansablemente al servicio de los más vulnerables de aquél estado, ha demostrado ser un líder en toda la expresión de la palabra. Se ha convertido en un personaje incómodo para el Gobierno de Murat, porque Dimas ha demostrado tener una capacidad de convocatoria que muy pocos tienen, ha demostrado ser un hombre honrado y valiente dispuesto a defender a sus hermanos de clase. Esto es lo que le ha dolido al Gobierno de Murat, que haya personas capaces de crear conciencia de lucha en el pueblo y que se armen de valor para salir a las calles a reclamar sus derechos.
En el caso del estado de Veracruz, hace algunos días, la Fiscalía General del Estado notificó en las oficinas del Movimiento Antorchista en Jalapa sobre una denuncia en contra del líder estatal, el ingeniero Samuel Aguirre Ochoa, dicha denuncia fue interpuesta por una señora de nombre María Nayeli N., quien lo acusa de intentar vender un terreno, y que recientemente se supo que el titular de la Notaría Pública N° 21, el licenciado Octavio Escobar Pérez, entregó un poder notarial a Eduardo N., usando una credencial falsa, que no correspondía al ingeniero Samuel Aguirre Ochoa. Todo este montaje maquiavélico tiene como fin encarcelar a toda costa al líder de Antorcha en Veracruz, incluso valiéndose de actos ilegales, como la emisión de poderes falsos por una autoridad que debería ser pulcro en su actuar. O bien el notario tiene intereses de que se encarcele al ingeniero Samuel, o bien fue obligado por un poder superior para prestarse a tan vil acto, que, en cualquiera de los casos, lo cometido por el notario es un delito muy penado. Lo que no es un secreto, es el odio que la lucha decidida del Ing. Samuel ha provocado en el gobierno del estado, encabezado por Cuitláhuac García, quien no se ha recatado en demostrar públicamente ese odia, y quien ya en ocasiones anteriores ha intentado manchar la imagen del dirigente de Antorcha en Veracruz. También aquí, el discurso hipócrita del gobernador no corresponde a la forma en que actúa, pues prácticamente se ha convertido en un verdugo de la inquisición que no ha dado tregua a sus adversarios, y que incluso se ha dado a la tarea de encarcelar simplemente por no ser afines a sus intereses.
La integridad moral y física de nuestros compañeros miembros de nuestra Dirección Nacional del Movimiento Antorchista, está en riesgo. Y si antes ya demostraron que cuando amenazan de muerte lo han cumplido, no podemos pensar que en esta ocasión no lo hagan, de modo que queda asentado desde ahora que cualquier cosa que pueda sucederle a nuestros compañeros recaerá en la responsabilidad de Alejandro Murat y de Cuitláhuac García, pues son ellos quienes han generado odio hacia los líderes sociales.
Por nuestra parte, los antorchistas del estado de Chihuahua estamos listos para acudir al llamado de nuestra organización en defensa de nuestros dirigentes. El licenciado Dimas Romero y el ingeniero Samuel Aguirre deben saber que sus hermanos de lucha en el estado de Chihuahua respaldamos su lucha y aún a pesar de la distancia que media entre nuestro estado y el de ellos, si fuera necesario acudir, ahí estaremos a primera hora y en primera fila defendiendo las causas justas. Y no repararemos en denunciar el ambiente de hostigamiento y acoso de los gobiernos de aquellos estados en contra de hombres valientes que su único delito, si es que así se le puede llamar, es que han defendido al pueblo del abuso de gobernantes como ellos.
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