El virus no discrimina y cada vez más afecta a poblaciones de menor edad, las variantes se propagan más rápido –particularmente la Delta– y los contagiados registran síntomas más graves. Estudios de la comunidad europea con jóvenes universitarios consideran más traumático estar encerrado en casa que contagiarse con el virus. De ahí la importancia de la vacuna entre los menores de 30 años de edad.
Los hospitales de todo el mundo reportan que cada vez es más común que los pacientes que reciben sean menores de 50 años, pero sobre todo entre los 20 y 40 años de edad. Y lo más destacable es que no presentan comorbilidades. La variante Delta se ha expandido con mayor velocidad que las otras y la sintomatología que presentan las personas contagiadas es más grave. El deterioro en los pacientes se produce de forma más rápida.
Estamos a días de regreso al trabajo presencial o híbrido en las escuelas del sistema de educación pública, lo que ampliará los contactos sociales en muchos espacios. De ahí la necesidad de ampliar las campañas de vacunación. Pero esto no significa que se dejen de utilizar los cubrebocas, la distancia social, el gel antibacterial, como los promueven algunos políticos mexicanos. La expresión de que los usen los que están enfermos, no es más que la promoción de la irresponsabilidad.
La estupidez no puede tener cabida cuando se pone en riesgo la vida de tantas personas. Aunque los fallecimientos disminuyen y los contagios aumentan de manera general. La muerte es cada vez más presente entre los pacientes jóvenes. Además, las consecuencias, a largo plazo, son más peligrosas, ya que, como se ha reportado en trabajos publicados, se registra deterioro en las funciones cognitivas de los jóvenes. Aunque sean mayores de edad, promueva entre sus hijos la vacunación que el virus no discrimina.
Estamos a unos días de que la toma de protesta de Lorena Cuéllar Cisneros y no ha tomado medidas eficaces para detener los contagios. Es necesario hacer el llamado a la sociedad a que nos debemos cuidar todos es necesario e indispensable, pero, sobre todo, denunciar la falta de atención por parte de las autoridades, el virus no discrimina, es más letal. En Tlaxcala debe imperar el lema “primero los pobres” de lo contrario muchas familias afrontaran las consecuencias por haber llevado al poder a personas insensibles a las necesidades del pueblo.
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