Tlaxcala enfrenta una serie de desafíos significativos en lo que respecta al cuidado del agua. A pesar de la importancia crucial de este recurso vital para la vida humana y el desarrollo sostenible, la falta de obras y proyectos dedicados a su conservación y gestión efectiva plantea una seria preocupación para el futuro del estado.
Una de las principales áreas de preocupación es la infraestructura hídrica obsoleta y deficiente en muchas partes de Tlaxcala. A lo largo de los años, el crecimiento urbano descontrolado y la falta de inversión en infraestructura han resultado en sistemas de suministro de agua ineficientes y en mal estado. Las tuberías viejas y corroídas conducen a pérdidas significativas de agua potable a lo largo del sistema de distribución, lo que agrava aún más la escasez de agua en algunas áreas.
Además, la falta de obras para la captación y almacenamiento del agua de lluvia agrava la vulnerabilidad de Tlaxcala a la sequía y otros fenómenos climáticos extremos. A pesar de que el estado experimenta lluvias estacionales, la falta de infraestructura adecuada para recolectar y almacenar estas aguas pluviales limita su capacidad para mitigar los efectos de la escasez de agua durante los períodos secos.
Otro aspecto crítico es la ausencia de programas de tratamiento de aguas residuales en muchas comunidades de Tlaxcala. La descarga directa de aguas residuales sin tratar en cuerpos de agua superficiales contamina gravemente los recursos hídricos, poniendo en riesgo la salud pública y el medio ambiente. La falta de instalaciones adecuadas para el tratamiento de aguas residuales refleja una carencia fundamental en la planificación y gestión del agua en el estado.
Además, la deficiente gestión de cuencas hidrográficas y la degradación de ecosistemas acuáticos representan desafíos adicionales para el cuidado del agua en Tlaxcala. La sobreexplotación de recursos hídricos, la deforestación y la contaminación agravan aún más la crisis del agua, afectando tanto a la disponibilidad como a la calidad del recurso.
Un ejemplo es la Laguna de Acomulco que, en enero de 2022, el Ayuntamiento de Zacatelco todavía presumió el embalse como motivo para visitar ese municipio, hay registro de imagen de ese cuerpo de agua reconocido como una reserva natural, de la cual, ya no queda nada y las autoridades no han hecho más que sacar lodo y ampliar el espacio del lago para que se llene con agua pluvial, sin embargo, las lluvias son escazas y no se un avance significativo en la su recuperación.
La falta de obras para el cuidado del agua en Tlaxcala plantea desafíos significativos que requieren una atención urgente y de manera sería por parte de las autoridades gubernamentales. Se necesitan inversiones significativas en infraestructura hídrica, programas de conservación y gestión sostenible de recursos para abordar los problemas de escasez, contaminación y degradación ambiental. Solo así, se podrá garantizar la disponibilidad y la calidad del agua para las generaciones presentes y futuras en Tlaxcala.
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