El Movimiento Antorchista realizará su XXII Encuentro Nacional de Teatro, los días 24, 25 y 26 de marzo, en la Sala de Conciertos “Elisa Carrillo Cabrera” del Centro Cultural Mexiquense de Texcoco, Estado de México. Están convocadas 20 compañías (13 para la categoría Amateur y siete para la categoría Semiprofesional), con más de 600 actores en escena, a quienes se suman los directores, los asistentes, los maquillistas, los profesionales de música e iluminiación, así como apoyos técnicos y el staff. Todos ellos llegarán desde 15 estados de la República.
Se trata de un mundo artístico que desplegará todo su talento en el escenario, con obras de genios como el francés Moliére, el inglés Shakespeare, los españoles Cervantes, Calderón de la Barca o Alfonso Sastre, así como los estadounidenses Arthur Miller e Irwing Shaw, y de otros grandes de la dramaturgia.
En la categoría Amateur participan estudiantes de primarias, secundarias y preparatorias que están afiliadas a nuestra organización, porque en ellas incentivamos la creación de clubes culturales de música, danza tradicional, baile folclórico, declamación o teatro, como parte de nuestro trabajo diario por una educación de alto nivel que desarrolle todas las capacidades de los estudiantes. Ahí veremos a los estudiantes de Tecomatlán, de Coahuila, de la Casa del Estudiante “Hermanos Serdán” de Puebla, a los universitarios del Centro Universitario Tlacaélel, de Ixtapaluca, o a los jóvenes de la UNAM, el IPN y la UAM que viven en la casa Calmécac de la FNERRR, en la Ciudad de México. No menciono a varios, pero todos ellos son parte de una vanguardia artística impulsada por Antorcha, desde hace años, en un país que ha expulsado del arte a la masa popular.
También veremos a obreros, comerciantes y amas de casa actuar en “La fiera del Ajusco”, de Víctor Hugo Rascón Banda. Como ellos trabajan durante el día, ensayan en las noches y las madrugadas, y se aprenden sus textos mientras viajan en el Metro, la combi o en algún descanso en el lugar de trabajo. Esta puesta en escena de la Ciudad de México es un ejemplo de cómo Antorcha impulsa, en los hechos, el arte entre el pueblo pobre del país. Son un grupo de citadinos pobres que, bajo el arte y la politización, están transformándose y educándose para que, más temprano que tarde, puedan tomar el poder político de este país y dar mejores resultados que los políticos actuales. Así como ellos, Antorcha tiene muchos otros grupos de teatro, coros o grupos de baile en las colonias de Puebla, Edomex, Oaxaca, SLP, Michoacán, Chiapas, Baja California y otros estados.
En la categoría Semiprofesional, el encuentro se eleva como uno de los mejores a nivel nacional. Solo mencionaré que la Compañía del Estado de México presentará “La vida es sueño”, de Pedro Calderón de la Barca, con actores profesionales que se han consolidado durante muchos años en puestas en escena que nos han asombrado en encuentros anteriores. Y la Compañía Nacional de Teatro “Víctor Puebla” presentará “El nuevo cerco de Numancia”, que es una adaptación al texto de Miguel de Cervantes realizada por el dramaturgo Alfonso Sastre, que muestra la historia de un pueblo muy valiente ante la conquista de sus territorios. Una denuncia contra la guerra de conquista del Imperio Romano y que ahora realiza el imperialismo estadounidense. La obra presenta a varios actores geniales, muchos de ellos estudiaron en la BUAP o la UNAM, y son dirigidos por Vania Mejía, quien es la coordinadora nacional de teatro de Antorcha, y que también ha llevado a estos encuentros puestas en escena de alta calidad, que no le piden absolutamente nada a las mejores compañías de teatro del país.
Ahora que México está en crisis, cuando el crimen organizado confabula junto al gobierno, cuando se eleva el desempleo, la corrupción y el robo millonario orquestado desde lo más alto de la presidencia o los gobiernos estatales, ahora cuando los salarios no alcanzan para comprar la canasta básica, cuando hay gente muriendo de enfermedades curables, cuando el arte popular es despreciado por la política y los gobiernos, cuando la ley pisotea a los rebeldes y a todo el que critica al gobierno de la 4T, una llama nos ilumina los derroteros del progreso. Esa es la llama de Antorcha.
El XXII Encuentro Nacional de Teatro es un llamado al desarrollo humano, en un país tan descompuesto, en el que la gente sobrevive casi por un instinto animal, Antorcha y su arte, su ciencia, su educación, su política y organización, nos llama a transformarnos y a poner un alto a la descomposición.
¿Quién es capaz de reunir a tantos artistas para un encuentro nacional de teatro? Sólo Antorcha. Y destaco que: 1) El evento es de entrada libre; es decir, puede ingresar al Centro Cultural Mexiquense todo el que guste hacerlo sin pagar un solo peso. De aquí se deduce que todo el costo del evento, la publicidad, el transporte de las compañías desde sus estados hasta Texcoco, la alimentación y el hospedaje de los más de 600 actores recaen sobre las finanzas de nuestra organización. 2) Ninguno de los actores cobra nada por su participación. Como dije, muchos de ellos son jóvenes de las escuelas antorchistas que han formado grupos culturales para llevarlos gratuitamente a las colonias y pueblos pobres, a quienes en este país no pueden pagar una entrada a los eventos del arte secuestrado por una minoría de élite, son universitarios antorchistas o son obreros y campesinos.
Antorcha impulsa el arte con el objetivo de formar a un mexicano más sensible, inteligente, orgulloso de sus raíces y dispuesto a luchar para mejorar sus condiciones de vida. Impulsamos el arte entre los mexicanos porque una sociedad cultivada sabe cuáles son sus problemas y lucha para erradicarlos. Para las empresas artísticas comerciales, como una forma de reflejar lo que el sistema capitalista quiere para el mundo, las poblaciones de cada una de las naciones no están hechas para la práctica del arte. Las masas populares son usadas como compradoras del arte de moda: así nos hacen ver y disfrutar de los costosísimos conciertos de las estrellas mundiales o mexicanas.
El arte en el sistema capitalista es, como todo, un comercio: se compra y se vende. A la clase humilde le toca solo comprarlo y observarlo desde la televisión, la radio o las redes sociales que idiotizan al ser humano. Por eso Antorcha lucha contra el arte comercial, contra el arte que deja fuera a las masas populares. Esa es la filosofía que nosotros hemos seguido para buscar que todos los mexicanos que así lo deseen puedan practicar o disfrutar en serio del arte y la cultura que más les agrade y les reviva el espíritu. Antorcha hace arte porque así lo demanda nuestra labor política, nuestra labor de organización y educación de un auténtico movimiento que pueda dirigir los derroteros de este país en un futuro cercano
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