En los días que corren en nuestro país es muy decisivo, en todos los aspectos como: en la situación económica, la seguridad, salud, alimentación y educación. Pero en lo que yo quiero abordar es en la situación actual en que nos encontramos respecto al rezago educativo en nuestro país. Pareciera como si las organizaciones, grupo de padres de familia, maestros y lideres académicos, que saben del tema, son invisibles y sordos, ante los ojos y oídos de las instancias que se supone tienen que dar soluciones oportunas para el mejoramiento académico de todos nuestros estudiantes, ya sea primaria, secundaria, preparatoria o nivel superior.
En el año 2010, el promedio de escolaridad en México e de 8.6 años; según el último censo, en 2020 se elevo a 9.7 años. Ello indica que la población mayor de 15 años tiene, en promedio, concluida la educación secundaria. De acuerdo con las cifras del INEGI, 20 estados están sobre el promedio nacional: Ciudad de México (11.5), Nuevo León (10.5) y Querétaro (10.4) son los que muestran mayor escolaridad. En contraste, en doce estados el promedio de escolaridad esta por debajo de la marca nacional; destacan Veracruz (8.7), Michoacán (8.6), Guerrero (8.4), Oaxaca (8.1) y Chiapas (7.8).
En todos los pronósticos en donde un grupo de analistas realizan sus datos estadísticos indican que entre 2000 y 2020 el número de personas analfabetas se redujo de 6.5 a 4.5 millones. Es decir, las personas que no saben leer ni escribir representan el 19% de la población mayor de 15 años en el 2000, en tanto que su porcentaje se contrajo al 4.7 en la medición del 2020. El numero de personas que no han concluido la educación básica entre el año 2000 y el 2021 muestra un decremento en términos absolutos; no obstante, debe señalarse que, pese a una disminución de 5.2 millones, la cifra total sigue rondado los 30 millones de personas, lo que representa casi la tercera parte de la población mayor de 15 años.
En el año 2010 había 3.9 millones en rezago educativo, que representaban el 40% de la población mayor de 15 años. En 2015 eran 30 .3 millones (35%), 28 millones en 2020 (29.6) y para 2021 su número siguió estacionado en los 28 millones de personas, que representan un 29.1% del total.
Hasta la fecha la Secretaría de Educación Pública (SEP) no cuenta con un censo exacto de estudiantes que han abandonado sus estudios, ni el rezago que arrastran alumnos, tampoco ha brindado condiciones adecuadas y muy necesarias durante la estancia en su escuela, no elabora estadística para conocer las diferencias que los estudiantes arrastran. Pero de acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), la evidencia más reciente muestra que durante la pandemia los mexicanos perdieron, en promedio, aprendizaje, equivalentes a dos años de escolaridad. “por lo menos 628 mil jóvenes han interrumpido sus estudios lo que indica una caída por debajo del nivel del 2018 en el porcentaje de jóvenes que asisten a la escuela”
Un sistema educativo y deficiente reproduce desigualdad, falta de acceso de oportunidades educativas y se ira de generación tras generación. Cuando todos deberíamos de tener estas mismas oportunidades de estudio, además de que “la educación no es privilegio sino un derecho del pueblo” expreso AMLO en el 2019. Pero a pesar de sus afirmaciones no toma ninguna medida para resarcir este problema nacional.
Las omisiones son muy notorias y en esta escuela mexicana el rezago educativo brilla por su ausencia ahora anunciada como un nuevo modelo educativo en la 4T, en donde no cuenta con orientaciones pedagógicas, ni un objetivo claro, ni estrategia, tampoco presenta un plan para resolver las necesidades y esta conducta omisa del gobierno así como de Delfina Gómez, titular de Materiales educativos, que son los que deberían realizar un plan que beneficie a todos los sectores de la población, para que contribuyan a mejorar la calidad y no como lo están haciendo en la actualidad en donde hacen recortes a la educación, no hay empleo, salarios bajos, sectores marginados y por consecuencia los niños y jóvenes no logran acceder ni concluir algún nivel educativo, además sufren sus derechos, podemos decir que se violentan los derechos y atentan contra ellos.
Deben dejar a un lado sus ocurrencias, además de que Delfina Gómez Álvarez deje de andar en planes electoreros y enfocase más hacia este problema serio que es la educación de nuestros niños y jóvenes. Ya es tiempo de crear programas de manera que tengan impacto favorable a los estudiantes más desfavorecidos, con un diagnóstico y objetivo claro. Hasta la fecha se desconoce cómo se atenderá este rezago, si el gobierno federal junto con la SEP pondrá manos a la obra, si habrá un plan elaborado para poder contrarrestar sus efectos dado que son urgentes, de no ser así, tendremos un país con menos oportunidades de trabajo, ingreso económico, menos habilidades y sobre todo violentando los derechos de todos los estudiantes de este país. Es tiempo de unirnos, maestros, estudiantes, padres de familia y organizaciones, para exigir con mayor fuerza ante este atropello o experimento social en la educación de todos nuestros estudiantes.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario