El 6 de octubre su cumplió un año más de la desaparición forzada y posterior asesinato de don Manuel Serrano Vallejo, padre de nuestra compañera dirigente Maricela Serrano Hernández. Pese a los años transcurridos, no tenemos aún claridad de los hechos y el veredicto oficial de las autoridades, pero don Manuel no se borra de nuestra memoria, su recuerdo está más vivo que nunca y nos impulsa a continuar luchando.
Como siempre lo hemos expresado, este horroroso crimen se dio en el contexto de un clima de acoso al Movimiento Antorchista Nacional (MAN) que empezó desde antes del triunfo de las elecciones de 2012, donde la ganadora fue la licenciada Maricela Serrano, quien se impuso sobre el candidato impuesto por el grupo Nexos, de muy mala reputación. Aquella fue una de las campañas más negras que ha vivido el municipio. No había día en que no agredieran a nuestra dirigente.
Tras los resultados de aquellos comicios, la violencia contra Antorcha escaló a niveles de terror. Todavía ese año, todo un conjunto de acciones planificadas se vislumbraron el 4 y 5 de septiembre, propiciando el pánico en la zona oriente del Estado de México con el grito de “Ahí vienen los antorchistas”, que propagaron policías municipales y estatales, supervisores escolares y gente de a pie que corría en las calles vociferando esas palabras.
Una vez que la licenciada Maricela llegó a la alcaldía, se intensificaron aún más las amenazas y la “guerra de liquidación” contra el antorchismo. Una avioneta (así como lo leen, una avioneta contratada por alguien ignoto cuya capacidad económica alcanza para eso) sobrevoló el cielo de Ixtapaluca dejando caer miles de panfletos virulentos que incluían la consigna “fuera Antorcha”.
En ese agitado contexto, el 6 de octubre de 2013, don Manuel Serrano fue privado de su libertad cuando se disponía a abrir su puesto de periódicos en Tultitlán, del que había vivido durante años antes del suceso.
Días y noches de protesta, cadenas humanas y movilizaciones para que las autoridades intervinieran y dieran con los culpables. Todo se topó con intransigencia y burlas abiertas que generaron impotencia, pero también tenacidad para no rendirnos y continuar la búsqueda. Por eso, por aquellas fechas aparecieron decenas de anuncios “espectaculares” sobre la autopista con imágenes que pretendían crear una opinión negativa de la organización.
Este breve relato (que tiene su sostén en gran parte en artículos y noticias publicados entre 2012 y 2013 en la página oficial del Movimiento Antorchista Nacional) lo debemos tener muy presente, porque nos da luz acerca de cómo el asesinato de don Manuel no es un hecho cualquiera, es un evento similar al que sufren muchas familias que en este país se hunde en la violencia bajo el amparo de la 4T y del irrisorio método del presidente que se basa en los “abrazos y no balazos”. Lo que ocurrió a don Manuel Serrano es un hecho a todas luces político, diáfanamente usado como un recurso ruin para doblar el espíritu de lucha de la líder social Maricela Serrano.
Los enemigos del pueblo trabajador no se andan con medias tintas, llegan hasta las últimas consecuencias a la hora de actuar contra los que se atraviesan en sus intereses mezquinos e individualistas.
Y lo peor de todo está en que la consigna de “fuera Antorcha” que en su tiempo enarboló un grupo de poder, hoy está respaldada por la persecución que el propio presidente de la República está dando contra la organización antorchista, al grado de que hoy los que formaban parte de aquel grupo ejecutor se han vestido con los colores del partido en el poder y su promesa de campaña de este 2021 fue la misma: “sacar a Antorcha” de Ixtapaluca.
Para nosotros, don Manuel no solo es un recuerdo de lo que costó que el municipio se desarrollara, pues solamente los que somos de aquí sabemos que hay un antes y un después del Gobierno antorchista; no es solo un símbolo de progreso, sino que también es un llamado a la acción, a la conciencia de que lo que es benéfico para el pueblo es mortal para el sistema imperante.
El recuerdo de don Manuel es un llamado a la lucha organizada, tenaz, decidida de quienes queremos un futuro mejor para todos.
A Antorcha, que incluye a decenas de miles de agremiados en este municipio, le esperan retos gigantescos, le espera una lluvia de calumnias, pero estamos dispuestos a luchar y resistir, a sostener la bandera roja con fuerza y vigor, porque además tenemos un ideal firme. De esta manera demostramos que la muerte de Manuel Serrano no fue en vano, que se convirtió en una semilla de donde está naciendo el futuro.
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