No solo de pan vive el hombre, decía San Mateo cuando hacía alusión a qué la palabra (en su caso propio, la de un solo Dios, pero palabra al fin) era también indispensable para el desarrollo del hombre. Aquel animal cuya conciencia ha sido tan honda y profunda que llegó a domar los elementos y a ponerlos a disposición propia.
La evolución del hombre y su intelecto se ven materializadas en los primeros vestigios de lo que empezaba a ser un intento de lenguaje, así los fenicios, por ejemplo, cargan con una serie de símbolos en su historia que representan los primeros ideogramas que hacían alusión a su vida diaria. Pero antes, mucho antes de esto, las pinturas rupestres ya eran indicio de un lenguaje que, aunque primitivo, evolucionó hasta ser la serie de fonemas y letras que hoy conocemos.
Así pues, el pictograma, el ideograma y el posterior fonograma, son la síntesis de la evolución de nuestro lenguaje que lleva en sí mismo formas, corrientes y distintas manifestaciones poéticas, dramáticas, épicas entre otras. La poesía lleva implícita, precisamente, estos elementos que han evolucionado con el lenguaje, el sentido figurado, las figuras del pensamiento, la sinécdoque, la paráfrasis son solo muestra de cómo el lenguaje ha llegado a ser tan especializado y que se materializa en la poesía.
Hacer poesía es, entonces, sintetizar un mundo de conocimiento e historia que se traducen en el labio del declamador, en el que reviven las letras de los grandes poetas. Antorcha se ha convencido de que la práctica de la poesía es indispensable para transformar al pueblo pobre de México.
Cuando el pueblo declama, el suelo se fecunda con palabras que brotan en flores que, con su belleza, reflejan un paisaje distinto que ha Sido labrado, sembrado y cosechado por el pueblo pobre de México.
El 25 de febrero, a nivel nacional, Antorcha programó en todas las entidades de nuestra república su Primera Jornada Nacional de Declamación, en dónde amas de casa, estudiantes, obreros, campesinos y el pueblo en general, harán brotar de sus labios las palabras más bellas, las más fuertes, las más gloriosas que se han escrito.
Desde aquí, invitamos a todos los que nos alcancen a escuchar a qué disfruten de este banquete cultural que Antorcha organiza. Nadie puede faltar.
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