La vivienda en México es uno de los principales problemas económicos y sociales. En nuestro país el 75% del uso del suelo corresponde al uso de vivienda, de ahí su importancia. Además, la vivienda es uno de los principales activos que forman el patrimonio de las familias, en lo general se considera como incluso un ahorro e inversión para preservar sus recursos. Desgraciadamente, la mayor parte de la población no tiene acceso a financiamientos que les permitan adquirir una vivienda, lo que propicia que solo un sector minoritario de la población participe en ese mercado.
Desde el punto de vista económico, la vivienda es un motor de actividad económica, basado en la industria de la construcción; la importancia nacional que tiene la vivienda para la economía del país se encuentra en que alrededor del 2.4% del PIB lo producen las ciudades; de hecho, la economía real compete a la economía urbana, simplemente el considerar el capital fijo aglomerado de las propiedades nos da una idea del valor invertido en las ciudades, además de la importancia que tiene el mercado del suelo, la vivienda y el transporte.
De ahí que se considere a la vivienda un problema nacional que desgraciadamente desde la perspectiva económica no ocupa el lugar que debiera tener por la falta atención y es que las políticas del gobierno federal no han considerado el número de personas que carecen de una vivienda propia.
Ahora bien, pensando en la economía de los que menos tienen, se debe considerar que se debe adquirir un lote donde puedan construir un espacio donde vivan decorosamente, pero existe otro problema, los materiales de construcción, como el acero, tuvieron incrementos significativos durante 2021 derivados de la contingencia sanitaria. En julio 2021, se presentó el aumento de acero (49.9% en su costo a nivel anual) y de cemento (un incremento esperado de 12%), provocando un incremento de 8% en el costo a la constructora y de 3% al comprador; es decir cada año se incrementa el costo de la vivienda. Ante este panorama el Movimiento Antorchista a lo largo del país ha buscado que miles de familias puedan tener una vivienda digna, esto hay que decirlo no sin encontrar barreras por parte de autoridades y de aquellos que ostentan el poder y que consideran que se llegan a dañar sus intereses personales, ya que en primer lugar se les acaba un negocio que de manera oculta tienen al tratar con inmobiliarias y constructoras a las cuales les dan permisos de construcción las cuales hacen unidades habitacionales que duran poco y que venden a precios muy elevados y segunda porque al establecerse una colonia popular niegan los servicios fundamentales a los que allí viven con el simple argumento de que son asentamientos irregulares.
Y es que las cifras hablan por sí solas. Según el Censo de Población y Vivienda 2020, en México viven 126,014,024 personas. Comparado con otros países, México ocupa el lugar 11 dentro de las naciones más pobladas del mundo. Durante los últimos 70 años, la población en México ha crecido poco más de cuatro veces. En 1950 había 25.8 millones de personas; en 2020 pasó 126 millones. De 2010 a 2020, la población se incrementó en 14 millones de habitantes. De acuerdo con proyecciones recientes, se calcula que para el año 2030 al menos 75 por ciento de nuestra población habitará en ciudades y sus zonas metropolitanas, por lo que hoy más que nunca se requiere de nuevas viviendas, con suelo apto e infraestructura y servicios básicos para la población. En nuestro país esta situación se reflejará con mayor fuerza en la población que fluctúa entre los 20 y los 59 años de edad, lo que llevará a una profunda transformación de nuestra pirámide poblacional, ya que la demanda de vivienda superará en 300 por ciento el crecimiento demográfico.
Se encarece la vida y falta más vivienda, el gobierno federal debe cambiar sus políticas, de lo contrario, las personas que menos tienen de por sí ya sufren las consecuencias, pero la padecerán más. Espacios hay, pero debe dejarse a un lado la ambición y el poder de los que nos gobiernan para que haya una oportunidad para los más pobres.
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