"Desde el inicio, nuestro movimiento se propuso dar la batalla por las ideas.Para consolidar el gobierno del cambio, debemos seguir formando pensamiento crítico y ciudadanos conscientes.La revolución de las conciencias no puede parar".Así reza la leyenda de bienvenida que aparece en el sitio web del Instituto Nacional de Formación Política de Morena.El Instituto se formó en agosto de 2018 con el objetivo de preparar ideológicamente a los militantes del partido en el poder.Se trataba de garantizar que los candidatos de Morena a los puestos de elección popular fueran políticos de nuevo tipo, es decir, líderes comprometidos con el pueblo y con una visión clara de la política nacional.La iniciativa se anunció con bombo y platillo, y se dijo que el Instituto recibiría el 50% del presupuesto de Morena en 2019.Todo sonaba bien, ¿pero en qué va ese experimento un año después de iniciado?
Una rápida evaluación la encontramos en las declaraciones del Dr.Enrique Dussel, destacado académico argentino naturalizado mexicano, y parte importante de los intelectuales que se han sumado como catedráticos a la escuela de cuadros de Morena.En una de las clases que imparte semanalmente, el pasado 16 de agosto, el filósofo aseveró: "Estamos un poco trabados organizativamente.No quiero hacer autocrítica, pero Morena ya ha perdido un año en organizar todas estas cosas.Tendríamos que estar ya con un millón de participantes en la escuela y estamos en cero.Yo espero que desde noviembre esto se expandirá", dijo.Luego abundó: "El Instituto intenta hacer miles de grupos de reflexión, que se reúna la gente en todos los barrios del país, en todos los pequeños poblados, y que un día por semana nos reunamos a discutir temas políticamente, pero también debemos tener un poco de lo que es la política en la cabeza.La tarea es larga y hay que cambiar un sentido común.Hay que ver las cosas de otra manera", finalizó.Más tarde, entrevistado por Carmen Aristegui el 10 de septiembre, Dussel enfatizó: "Morena no ha gastado un centavo en formar la gente.No se han repartido los fondos para el Instituto de formación".
Así, pues, según el Dr.Dussel, de los mil 567 millones de pesos que se debían destinar en 2019 para la formación de los cuadros morenistas, el monto total asciende a cero.¿Le preocupa a Morena la "revolución de las consciencias", como dice? No.Son otros los temas que ocupan el tiempo y la mente de los dirigentes morenistas.En concreto, al interior del partido la disputa actual es por definir quién será el nuevo Presidente.Los cuadros mejor posicionados Yeidckol Polevnsky, Bertha Luján y Mario Delgado, entre otros- se encuentran al final de la carrera por ver quién será elegido Presidente de Morena en el III Congreso Nacional, que tendrá lugar los próximos 23 y 24 de noviembre.Lo último que les preocupa a los aspirantes a la dirigencia nacional es la formación política e ideológica de las bases de su partido.Para ellos, afuera o adentro de Morena, lo importante son los votos.Nada más.
Quienes, como Dussel, esperan que el partido gobernante verdaderamente se preocupe por fomentar una conciencia política en los mexicanos, esperan en vano.De hecho, la capacidad del pueblo para pensar por sí mismo y organizarse políticamente según sus intereses, para el gobierno actual es un peligro.Así lo percibe.En el discurso se promueve la toma de consciencia de todos los mexicanos, pero en la práctica se repudia a la organización popular, a menos que se trate de agrupaciones afines al morenismo o utilizables por él.De ahí que el Presidente haya linchado mediáticamente a algunas organizaciones, calificándolas de intermediarias corruptas, mientras que a otras les permita actuar a sus anchas.Por eso, los izquierdistas y académicos que le apuestan a Morena como proyecto de revolución social, se equivocan.Un gobernante que reniega de la auto organización del pueblo jamás buscará educar políticamente a las masas trabajadoras.Al contrario, les teme.
¿Pruebas? Los eventos por el 45 aniversario del Movimiento Antorchista.Luego del éxito de los eventos celebrados por la organización en San Luis Potosí y Morelia, el Gobierno Federal no está dispuesto a tolerar más festejos masivos de los antorchistas.Por ello, desde las más altas esferas del poder salió la orden de impedir que Antorcha celebrara el evento que realizaría en Tuxtla Gutiérrez el 13 de octubre.¿Qué pudo motivar que el mismo Presidente girara esa indicación? Solo puede haber una explicación: el temor a la fuerza de masas que en los últimos años ha ganado la organización.Quiérase o no, los eventos de aniversario celebrados por Antorcha mandan al pueblo mexicano una señal muy clara: el Movimiento Antorchista es la organización popular más vigorosa y mejor estructurada de cuantas existen en el país.De la cancelación del evento de Tuxtla, en el que se reunirían 60 mil antorchistas del sureste, se desprenden dos cosas: que cada vez son más los mexicanos que se suman a Antorcha, por un lado, y que Morena observa este fenómeno y busca frenarlo, por el otro.Le temen a la organización popular.
Paradójicamente, lo que varios militantes de Morena buscan infructuosamente en su partido, en Antorcha se practica desde hace décadas.El anhelo del Dr.Dussel de dotar de herramientas políticas e ideológicas a los ciudadanos de a pie, para poder discutir temas de la política nacional con ellos en sus pueblos y colonias, existe en el Movimiento Antorchista desde hace 45 años.Es a ese trabajo ideológico que se realiza cotidianamente en el seno de las clases trabajadoras, y a la cantidad cada vez mayor de mexicanos que se organizan, a lo que le teme el gobierno y el partido de Andrés Manuel.Pero, como lo observan bien los pensadores morenistas más desinteresados, esta es la única forma que existe para transformar realmente nuestra sociedad.Más temprano que tarde, la labor de hormiga, el trabajo incansable que los antorchistas hemos desplegado por años, rendirá sus frutos.El momento llegará.A esto le temen.Este es su miedo.
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