La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), publicada por el Inegi, señala que solo el 2.58 % de la Población Económicamente Activa (PEA) está desempleada, la cifra más baja desde 2006, con 917,287 personas empleadas en los últimos doce meses, alcanzando un total de 60.9 millones. No obstante, el nivel de desempleo llegó a 1.5 millones de mexicanos.
Pero sabemos muy bien que las cifras oficiales no son del todo ciertas, pues ocultan la realidad económica y social de México. Los 32.4 millones de mexicanos que corresponden al 54.5 % trabajan en la informalidad, sin prestaciones sociales. Más de la mitad de la planta laboral nacional se las arregla como puede para llevar el sustento al hogar.
El maquillaje oficial contradice a la realidad, pues millones de personas no pueden comprar la canasta básica alimentaria.
Con un histórico crecimiento mediocre de la economía nacional, no se observa una mejora significativa en la vida de los trabajadores mexicanos. El Gobierno que está por concluir apenas promedia un crecimiento anual del 0.8 %, para cerrar el sexenio con un espantoso 1.1 %, el peor desempeño de los últimos 30 años.
Los Gobiernos anteriores también tienen poco que presumir: con Peña Nieto el crecimiento fue del 1.9 %; con Calderón del 1.4 %; con Fox del 1.8 % y con Zedillo del 3.6 %.
Se miente también al decir que la inflación está controlada; la cifra oficial supera el 30 %, pero las familias con menores ingresos saben que es mayor. El maquillaje oficial contradice a la realidad, pues millones de personas no pueden comprar la canasta básica alimentaria, mucho menos otras necesidades básicas.
A pesar de la austeridad que tanto presume el presidente, los ingresos federales no son suficientes para cubrir el gasto público. La construcción de vivienda popular está en su nivel más bajo, lo mismo el sistema de salud, educación y la inversión en infraestructura.
El Gobierno morenista ha tenido que recurrir a lo que tanto criticó de los Gobiernos anteriores: endeudar al país. Sólo en este 2024, la deuda creció en 2 mil millones de pesos, pero lo peor es que se usa para gasto corriente, no para impulsar el crecimiento económico.
AMLO ha preferido endeudar al país y no exigir a los poderosos capitalistas aplicarles impuestos acordes con sus enormes ganancias. El crecimiento económico en 2024 no será mejor que en años anteriores.
Se esperaba que con la llegada de nuevas inversiones (con el famoso nearshoring) mejorara, pero México no cuenta con una infraestructura moderna en carreteras, aeropuertos, puertos, hidráulica y energética.
Al Gobierno morenista no le interesa el desarrollo económico y social de nuestra nación; le preocupa el control político de las mayorías. Demuestra que son maestros en manipular datos y presentar un México que no existe.
Sin embargo, el deterioro económico y social que se avecina es palpable; se agudizan las contradicciones y el pueblo organizado deberá estar preparado para dirigir un proyecto de nación que tenga como objetivo principal el bienestar de las mayorías.
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