Andrés Manuel López Obrador y su 4T han repetido un discurso tozudo, asegurando que la corrupción es el principal problema del que adolece el país y se ha comprometido, ardientemente, a atacarla hasta acabar con ella. Para esto viene repitiendo hasta el cansancio en sus más de cuatro años de mandato que, han implementado estrategias y mecanismos infalibles que ayudarán a detectar actos de corrupción y dar la dura batalla a éstos.
Día y noche escuchamos a los morenistas más fanáticos que dicen que su lucha anticorrupción es muy seria y que están logrando resultados que nunca se habían visto en México, que solamente los conservadores, enemigos del pueblo, se atreven a negarlo.
Con el dicho de "no somos iguales", "se acabó la corrupción”, López Obrador quiere hacer pasar a su gestión como un gobierno con grandeza al decretar aniquilada la corrupción, pero sus declaraciones están vacías, quedan sin sustento, como farsa y mentira, cuando salen a la luz innumerables actos de corrupción de funcionarios de la 4T, por ejemplo, del propio hijo de López Obrador y de instituciones, de estas últimas quiero ocuparme.
El 14 de mayo de 2019, López Obrador anunció, en su mañanera, la creación del Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado (INDEP), que entró en funciones en enero de 2020 con la consigna de que "todo lo que se confisque a la delincuencia y lo que se obtenga por actos de corrupción (automóviles, ranchos, residencias o dinero en efectivo) se le devolvería a la gente". Desde entonces este instituto ha estado a cargo de subastas de casas de narcos, joyas, entre otros bienes.
A 107 días de permanecer en su cargo como director del INDEP, Jaime Cárdenas, quien asumió esa responsabilidad en junio de 2020, renunció en septiembre de ese mismo año, destapando un rosario de anomalías y acusando, en su carta de renuncia, que dentro de esta dependencia hay actos de corrupción del personal, mismos que fueron denunciados ante la Fiscalía General de la República.
"Encontramos al inicio de nuestra función probables irregularidades administrativas, manipulación de subastas y robo de joyas". (Expansión Política, 22 de septiembre de 2020). "Entraba un brazalete de oro blanco de 14 quilates con 37 incrustaciones de rubíes a la bóveda del INDEP y tiempo después salía con solo 33 incrustaciones. Llegaba un collar de oro blanco con chispas de diamante y aparecía otro con falsificaciones de piedras preciosas, seis gramos más ligeros que como se había entregado originalmente, un total de 23 joyas dañadas, según la denuncia a la FGR". (El País, 25 de septiembre de 2020).
Ante esta grave acusación a un organismo emblema, anunciado con bombo y platillo por el presidente, la noticia de la renuncia y más la revelación de transas y actos de corrupción, AMLO acusó a Jaime Cárdenas, como ya es costumbre para desviar la atención, para desprestigiarlo, de no ser un funcionario con ganas de sacar adelante la tarea y de no tener convicciones ni arrojo.
El jueves 23 de marzo de 2023 renunció al INDEP, José Ángel Anzures Galicia, quien fungía como director de Recursos Materiales, tras la denuncia de cobro de moches del 30 por ciento de los salarios de 15 trabajadores, a cambio de dejarlos desempañarse como servidores públicos, acto que fue denunciado en la columna del periodista Carlos Loret de Mola, donde incluso compara este suceso con el modus operandi de Delfina Gómez cuando fue presidenta municipal de Texcoco, quien quitaba el 10 por ciento del salario de trabajadores para dedicar estos recursos a las campañas de Morena.
Esto es solo una muestra de la descomposición que sigue predominando en el gobierno de la 4T y que, en artículos anteriores, me he dado a la tarea de denunciar con puntualidad, otros tantos actos de corrupción que ponen al descubierto que la retórica de lucha anticorrupción de López Obrador no es más que una patraña para seguir engañando a los mexicanos más ilusos y hacerles creer que las cosas están cambiando.
Basta recordar que México ocupa el lugar 124 de 180 países del mundo del índice de percepción de la corrupción 2021, elaborado por Transparencia Internacional, por lo que, la misma institución reprueba la falta de resultados del presidente. Los países son clasificados en una escala de cero para los países de corrupción más elevada a cien para corrupción inexistente, donde México obtuvo una calificación de apenas 31 puntos.
Los antorchistas también estamos sufriendo esta situación de corrupción del INDEP, compañeros nuestros que desde hace varios años están solicitando les sea vendido un terreno de mil metros cuadrados, para resolver su problema de vivienda.
En la administración pasada se les había informado que tenía un valor de 11 millones, nuestros compañeros manifestaron que no pedían que se les regalara, pero que se hiciera una consideración por ser gente de escasos recursos económicos, y lejos de disminuir el precio, ahora, en días recientes, el INDEP les informó que, el nuevo valor del terreno es de 27 millones, si es que lo querían adquirir.
Usted juzgue; el INDEP se ha convertido en una poderosa inmobiliaria que lucra con los bienes de la nación.
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