Para ganar las elecciones, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), dedicó muchos años en convencer a los mexicanos que tenía la fórmula para terminar con todos los males sociales; por eso recurrió a una oferta política centrada en luchar contra la corrupción en los distintos niveles de Gobierno y transformar al país.
Con frases facilonas, convenció a los votantes: “Acabaremos con la corrupción, las escaleras se barren de arriba para abajo”; “desde el primer día bajará el precio de la gasolina a 10 pesos”; “vamos a pacificar el país, con abrazos, no balazos”, pero en todos estos temas, se confirma el fracaso del curandero social.
Las fórmulas casi mágicas no dieron los resultados prometidos, en parte, por el desprecio de los conocimientos científicos que se requieren en la administración pública, como sucede en cualquier profesión, porque para él gobernar no era gran ciencia, de tal forma que desestimó las advertencias de especialistas, a los que ha acusado de estar al servicio de sus oponentes.
Las fórmulas casi mágicas de AMLO no dieron los resultados prometidos, en parte, por su desprecio de los conocimientos científicos que se requieren en la administración pública, como sucede en cualquier profesión.
Al tomar las riendas del Gobierno emprendió la lucha contra el “intermediarismo” y decretó el fin de las organizaciones sociales y usando todos los medios centró sus misiles en contra del Movimiento Antorchista, que con tiempo advirtió al pueblo de México del peligro de la demagogia, del encono y divisionismo que promovía López Obrador.
Con las acciones encaminadas a exterminar a las organizaciones que le eran incómodas, se tuvo algún efecto negativo entre los simpatizantes del antorchismo, porque no se puede negar que ante la persecución descarada, el desprestigio y la hostilidad, algunas personas se atemorizan; pero la embestida presidencial no surtió efecto fulminante: seguimos demostrando que el elixir que curaría todo no sirvió y los problemas se han agravado con Morena en el poder.
Van algunos datos conocidos y actualizados.
Seguridad
Según el Inegi, en el primer semestre de 2022 hubo más personas asesinadas que en el mismo periodo de 2023 (cuando la cifra fue de 84 personas asesinadas diariamente), de tal forma que hubo 1234 víctimas menos, cifra que celebra el morenismo. Pero en lo que va del sexenio que arrancó en 2018 son 177 mil 510 homicidios dolosos, y aunque los morenistas se regocijan de alegría por la baja en las cifras, en los 23 días de enero van ya mil 475 homicidios.
Salud
En los quince días de haberse inaugurado la megafarmacia ubicada en el Estado de México, donde se gastaron unos 2 mil millones de pesos, se han surtido cuatro recetas por día, lo que significa un verdadero fraude para los mexicanos y más para las familias que tienen a integrantes con padecimientos graves.
Un error garrafal fue el desaparecer el Seguro Popular, que atendía a unos 20 millones de mexicanos carentes de seguridad social, pero como era una institución del “pasado corrupto”, se quiso sustituir con el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), provocando que 50 millones de mexicanos se hayan quedado sin seguro, y no funcionó. Con el fracaso del Insabi se tuvo que emigrar al IMSS Bienestar, adonde se tienen que transferir las clínicas, hospitales y al personal de salud, proceso que también va muy lento, pues apenas opera en 23 entidades federativas.
Basten los ejemplos de seguridad y salud, para demostrar que la oferta política fracasó, pero el hábil político tabasqueño tiene las becas para evitar la inconformidad generalizada, y a medida que se acerca el proceso electoral se avivan las acciones de difusión de los logros en materia social y se incrementa el monto económico de los apoyos monetarios, para callar la boca de los pobres.
Empero, cuando los beneficiarios reciben la beca se gastan el dinero en la compra de medicinas y consultas, debido a la escasez y a la tardanza con que operan los servicios, que en el mes de marzo ya no serán como en Dinamarca, no, según el mandatario, el sistema de salud será el mejor del mundo.
Así son los datos reales y aunque los defensores pagados se empeñen en querer cambiar la “percepción de la gente”, las cifras son contundentes, evidenciando el fraude que resultó la “transformación”.
Pero no nos engañemos, la clase política del país, donde se encuentran morenistas, panistas y priistas, entre otros, sólo cuidan los intereses de los grandes capitalistas que son quienes dominan la política de altura desarrollada en México; ellos dictan las acciones que les favorecen para aumentar su fortuna, de tal manera que mientras estamos distraídos atendiendo los pleitos de López Obrador, ellos siguen explotando los recursos naturales y la fuerza de trabajo de los obreros para acumular millones.
López Obrador tomó las riendas del Gobierno de México el 1 de diciembre de 2018 y el sexenio terminará el 1 de octubre de 2024. Se sabe que publicará un libro donde defina el “humanismo mexicano”, en el que basó su proyecto. Mientras tanto, seguimos sin saber, bien a bien, en qué consiste la “Cuarta Transformación”; absortos seguimos viendo la abducción de connotados priistas, con los que está cerrando su mandato.
Ante esto, a los pobres de México, a los estudiantes, amas de casa, campesinos, obreros y pequeños comerciantes, nos queda la gran tarea de crear un movimiento social sólido que se convierta en un partido político de nuevo tipo, que se plantee la toma del poder de la nación para ponerlo al servicio de los desposeídos. Mientras eso se logra, se debe seguir luchando por acciones de tipo económico que permitan una vida más soportable para las familias empobrecidas.
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