El Universal publicó el 10 de junio una interesante nota que se titula así: “Diputados de Puebla presentan peticiones tardías u obligaciones que ya existen”. En resumen, la nota analiza cómo los diputados no legislan pensando en cumplir con sus representados, más bien, en cumplir con su cuota en el Congreso, pues presentan iniciativas y puntos de acuerdo prácticamente inútiles.
La nota afirma que “el 40 por ciento de las actividades de los diputados locales se ha ido en puntos de acuerdo que, en muchos de los casos, incluyen peticiones tardías y llamados a cumplir con obligaciones que ya existen por ley”. Y hay cada caso, que parece que en lugar de legisladores tenemos a niños de primaria que hacen su tarea una noche antes y mal, para que no los regañen. Por ejemplo, reza la nota, el 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, se presentó un punto de acuerdo para que, desde ese día y en las siguientes dos semanas, los inmuebles públicos se iluminaran de naranja, sin embargo, la resolución superó las fechas.
Hay otros puntos de acuerdo que, sin demeritarlos, debieran preguntarse, ¿de qué le sirve en concreto a mis representados y, en general, a los poblanos? Mientras que muchísimos temas coyunturales se quedan en el olvido; por ejemplo, ¿qué ha dicho el Congreso sobre las otras dos enfermedades que ahora nos amenazan: la viruela del mono y la hepatitis infantil? ¿Qué ha dicho el Congreso, con qué ha aportado para la solución del problema social que existe en Coyomeapan? ¡Nada!
En cambio, los diputados andan más ocupados en posicionar su imagen saliendo al lado de presidentes municipales o creyéndose en campaña aún, como el caso de la primogénita del coordinador de la bancada de Morena en San Lázaro, Ignacio Mier, la diputada plurinominal Daniela Mier, quien fue a una feria al norte de la capital a regalar cubetas con su nombre y de dónde salió sorprendida que la gente no la quisiera.
Recientemente, el portal contigopuebla.mx publicó que las colonias del sur de la capital estaban inconformes con su diputado local, el morenista que ahora coquetea con Movimiento Ciudadano, Antonio López Ruiz. El portal recoge testimonios como el que aquí reproducimos: “Ni lo conocemos ni sabemos quién es, porque nunca se ha parado aquí en la colonia, ni siquiera ha venido a ver qué necesitamos o qué apoyo puede brindarle a la colonia”. Y varios reclamaron su falta de apoyo en asuntos que él en campaña juró resolver, como el tema del agua potable, pero que en el Congreso del estado no se ha visto.
En este contexto, se repite la historia de la legislatura pasada. El gobernador de Puebla, el morenista Miguel Barbosa Huerta, se perfila, de nueva cuenta, para convertirse en el gran legislador. Ese mismo 10 de junio, en sesión ordinaria de la LXI Legislatura del Congreso del estado, la mesa directiva dio cuenta de un paquete de iniciativas emitidas por el Ejecutivo del estado de Puebla, es decir, por Barbosa Huerta.
Las iniciativas son varias, por ejemplo, para la expedición de la Ley para el Cobro de Honorarios de los Abogados o Licenciados en Derecho; la Ley de Movilidad y Seguridad Vial del Estado; la Ley de Atención y Prevención de la Contaminación Visual y Auditiva para el Estado de Puebla y reformas al Código Penal; para reformar diversas disposiciones a la Ley Estatal de Salud, de la Ley de Salud Mental del Estado de Puebla y del Código Penal; así como a la Ley del Notariado para el Estado de Puebla y del Código Penal.
De inmediato, porque cumplir lo que Barbosa pida es prioridad para esta legislatura también, al parecer, las cinco iniciativas se turnaron a las comisiones legislativas correspondientes “para su estudio, análisis y dictaminación” para que, de ser aprobadas, entren en vigor cuanto antes.
En 2020, Barbosa se volvió ley en el Congreso: 44 de sus 53 iniciativas fueron aprobadas, con lo que se convirtió en el más exitoso legislador poblano, debido a que su porcentaje de aprobación fue del 83 por ciento, cifra que nadie pudo igualar.
En Puebla manda un solo hombre y se llama Miguel Barbosa; enfermo de poder quita y pone a su antojo, dicta leyes que no benefician por completo a los poblanos, hace cumplir sus mandatos so pena de convertirse en su enemigo público y recibir el peso de su cólera, y, sobre todo, sigue sin gobernar para los poblanos, que cada vez sufren más los terribles males que azotan Puebla: la inseguridad incesante, los salarios de hambre y los precios de los alimentos por las nubes, la falta de empleos bien pagados y de servicios básicos para una vida digna.
Ninguna de las autoridades que están ahora y que, en su mayoría son parte de la mal llamada Cuarta Transformación, han resuelto, ni lo harán, alguno de estos males, en cambio, los han agudizado.
Urge, pues, que a los puestos de elección popular llevemos gente que sí se preocupe por el pueblo y, esa gente, claro está, sólo podrá salir de la parte más consciente y educada del propio pueblo.
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