La reciente ola de calor que se sufre a nivel nacional colocó la atención de medios de comunicación y la población en general en el cambio climático que produce el aumento de la temperatura global; ciertamente es un tema que nos atañe y afecta a todos, pero la responsabilidad de esta catástrofe y las terribles consecuencias que conlleva no recaen por igual en todos, a pesar de la versión que nos intentan implantar a través del sistema educativo, de los medios de comunicación y demás elementos de dominación ideológica del sistema.
Expertos y científicos a nivel mundial han alertado que un aumento de la temperatura global por encima de los dos grados podría causar daños graves e irreversibles a la biodiversidad. Desde 2015, se firmó el Acuerdo de París, un convenio internacional para limitar las emisiones de carbono de los países y mantener el aumento de la temperatura global por debajo de los 1.5 grados, sin embargo, los compromisos actuales de reducción de emisiones de los países, están muy lejos de ser suficientes, el calentamiento global avanza y se acelera.
La temperatura media global ya superó el umbral de incremento de 1.5 grados durante los primeros días de junio, dice una nota de La Jornada (16 junio). Señala, además, que México, es uno de los países más vulnerables al cambio climático debido a su ubicación geográfica; “en el país la temperatura aumenta más rápido que el promedio a nivel global, pues ha crecido en 1.69 grados centígrados (a partir del periodo base de entre 1900 y 1930)”, reportó Francisco Estrada, coordinador del Programa de Investigación en Cambio Climático de la UNAM.
Por su parte, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) informó que hay un 66 por ciento de posibilidades de que se supere el aumento de 1.5 grados por primera vez entre 2023 y 2027. Según este organismo, es probable que las temperaturas mundiales alcancen niveles sin precedentes en los próximos cinco años, impulsadas por los gases de efecto invernadero que retienen el calor y el fenómeno natural de El Niño.
El aumento de la temperatura es innegable y sus consecuencias como en la salud, subsistencia, seguridad humana y alimentaria, así como el suministro de agua ya se están sufriendo; lo que no se define y mantiene entre sombras, es su causa.
La afirmación de que “el cambio climático es culpa de la humanidad”, no es completamente cierta, oculta a los verdaderos responsables, generalizando la responsabilidad, sin embargo, no todos contribuimos por igual a la aceleración del calentamiento global, producto del aumento de los gases de efecto invernadero y así lo demuestra el estudio publicado en 2020 por la Oxfam, titulado “Combatir la desigualdad de las emisiones de carbono. Por qué la justicia climática debe estar en el centro de la recuperación tras la pandemia de covid-19”. En él se señala que “la desigualdad extrema de las emisiones de carbono en las últimas décadas es el principal desencadenante del actual colapso climático. Entre 1990 y 2015, las emisiones anuales se incrementaron en un 60 por ciento, y las emisiones acumuladas se duplicaron”. Continúa el estudio, “El 10 por ciento más rico de la población mundial generó el 52 por ciento de las emisiones de carbono acumuladas, (…) mientras tanto, el 50 por ciento más pobre generó tan solo el 7 por ciento.
La institución añade otros datos, calcula un presupuesto global de carbono, que define el límite máximo de emisiones que se pueden acumular para mantener el incremento de la temperatura global por debajo de cierto límite (1.5 Cº, según el Acuerdo de París). De ese pastel llamado “presupuesto global de carbono”, el 10 por ciento más rico de la población consumió el 31 por ciento, ¡un tercio!, en tan solo 25 años; mientras el 50 por ciento más pobre, solo una mísera y delgadísima rebanada, el 4 por ciento.
Añade una afirmación tajante, que “la desigualdad de las emisiones de carbono es de tal magnitud que el 10 por ciento más rico de la población mundial agotaría por sí solo el presupuesto global de carbono tan solo unos años más tarde, incluso aunque el resto de la población mundial redujese sus emisiones a cero”. Es decir, aun cuando individualmente tratemos de disminuir nuestra huella ecológica, que tratemos de consumir y contaminar menos y reutilizar más, esto no solucionará nada a pesar de la extensa campaña de “educación ambiental” que responsabiliza por igual a todos y promueve estas acciones; mientras el 10 por ciento continué produciendo y consumiendo como hasta ahora, no habrá solución, el aumento de la temperatura global pasará el límite de los 2 grados centígrados y todos sufriremos sus consecuencias, principalmente la población más pobre cuyos hogares muchas veces se encuentran en zonas de riesgo y su seguridad alimentaria pende de un hilo siempre en peligro de romperse ante los fenómenos meteorológicos que provocan sequías y por consiguiente el aumento de precio de los alimentos básicos.
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