Catazajá, Chiapas. Con tan solo un par de meses de haber iniciado las clases de danza en una comunidad considerada de alta marginación, son poco más de 30 las niñas y niños que integran hoy al grupo que se disciplina a través del baile, gracias al trabajo en conjunto entre los pobladores y el antorchismo en la zona.
"En una comunidad tan alejada de la cabecera municipal, como la nuestra, ni los niños ni nosotros como padres de familia, tenemos la oportunidad de acercarnos a la cultura, motivo por el que este tipo de actividades que nos otorga el Movimiento Antorchista, es fundamental".
Lo anterior, lo manifestó Nancy Cruz, habitante del ejido Estación La Unión, del municipio de Catazajá, al norte de Chiapas, una de las comunidades más alejaadas de la región de Palenque, pero con presencia antorchista desde hace poco más de 37 años.
Nancy asegura, que estas acciones, como la enseñanza de la danza, los ayuda de una forma incuantificable, al orientarlos hacia actividades recreativas sanas, tanto sus hijos como a ellas como madres de familia, puesto que no solamente les proporcionan cultura, sino también, les fomentan la práctica del deporte con el acondicionamiento de áreas destinadas para este ejercicio.
Dijo a nombre de su comunidad, estar agradecida también porque a través de los medios de comunicación, se han enterado de los resultados que se plasman con la práctica cultural de la danza a nivel nacional, como lo es la participación de diversos grupos de baile en la Espartaqueada Cultural Nacional que se realizan en el municipio de Tecomatlán, Puebla, en donde miles de niños y jóvenes realizan su mejor papel en la práctica artística.
Finalmente remembró, la existencia del Movimiento Antorchista en el ejido, acertando los cientos de apoyos que, durante decenas de años, se han gestionado en una comunidad marginada, pero con espíritu de lucha, fomentado por la organización, desde hace más de 30 años.
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