En San Luis Potosí escasea el agua potable, pero aún existe la suficiente para abastecer a la zona metropolitana por varias décadas. Lo que abunda son las insanas ambiciones de acumulación de riquezas mal habidas –de unos cuantos– a costa de la carencia del servicio de agua entubada en colonias y comunidades marginadas, y escasez recurrente del líquido a amplias zonas de la ciudad, afectando a los habitantes que viven en colonias populares.
Habría que explicarse porque los habitantes que viven en las zonas residenciales del poniente de la ciudad nunca carecen del agua, y cuentan con el suficiente líquido para regar sus campos de golf, tener albercas, lavar sus automóviles y hasta para bañar a sus mascotas.
Lo paradójico es que cerca de esa zona residencial –a unos cuantos metros– viven los habitantes de Escalerillas, quienes no cuentan con el servicio de agua entubada ni drenaje, que, aunque parezca increíble este centro de población que cumple más de 100 años de su fundación, aún sus habitantes tienen que defecar en letrinas y al aire libre. La explicación de esta contradicción es que los grandes inmobiliarios constructores de la zona residencial, que se enriquecieron gracias a la compra a bajo precio de las tierras de los ejidatarios de la Garita de Jalisco, y al despojo de grandes áreas de los predios de los ejidatarios de Escalerillas; acumularon descomunales ganancias para poder perforar varios pozos en los terrenos donde construyeron los grandes complejos residenciales que cuentan con todos los servicios, y una vez que hicieron los pozos y los equiparon; y pagaron –por medio de componendas– a precios irrisorios la concesión para la extracción del agua del subsuelo al INTERAPAS. Por ello este organismo operador del agua trabaja con números rojos en sus finanzas, por la reducción de la masa de sus contribuyentes, sobre todo, los que más consumen agua en regar sus campos de golf y jardines; y no le alcanzan los recursos ni siquiera para contratar el servicio particular de pipas de agua, para llevar a las colonias que en estos momentos carecen del líquido, por las fallas de la conducción del agua de la Presa del Realito.
Habría que explicarse el desaforo de ríos y ríos de dinero, de miles de millones de pesos que se destinaron por parte de los gobiernos federal, estatal y municipal; para la construcción de la Presa del Realito, y de sus redes de distribución para traer agua a la zona metropolitana de San Luis; y que resultó una obra chafa que aún se sigue pagando, y que el INTERAPAS desembolsa decenas de millones de pesos al mes, para el pago del mantenimiento y servicio a la empresa que administra el embalse para que nos manden agua. Un servicio caro e inservible que sólo benefició a particulares.
Habría que explicarse también el desembolso de cientos de millones de pesos –inversión del Gobierno federal y estatal– en la construcción de la planta de agua residuales el Tanque Tenorio, que según se utilizaría para tratar las aguas negras de la zona metropolitana de San Luis, y se enviarían a las industrias que utilizan grandes cantidades de agua para su producción, y que, en cambio, éstas dejarían de utilizar los millones de metros cúbicos de agua que extraen de subsuelo. El resultado, nada, porque a los dueños de las grandes maquiladoras que se han instalado en San Luis Potosí, no les interesa la salud y vida de sus semejantes; sólo la acumulación de riquezas a costa de lo que sea, así vemos aún la criminal extracción de agua de millones de metros cúbicos de agua potable de los mantos freáticos de la zona de Villa de Reyes por parte de la Termoeléctrica, que hierve el agua a altas temperaturas con el contaminante combustóleo para hacer funcionar su maquinaria. Igual la empresa Pronapade, para destintar el papel reciclado con agua potable, y muchas de la zona industrial que tienen sus pozos particulares, y no pagan por el servicio.
¿Hay agua suficiente para abastecer a la población de la zona metropolitana de SLP? Considero que sí. En primer lugar, hay que fortalecer la recaudación de los contribuyentes y que paguen más los que más gastan y utilizan el agua, valorar y ajustar las concesiones de pozos que explotan los grandes inmobiliarios en las zonas residenciales, igual, los pozos que utilizan las fábricas de la zona industrial.
En segundo lugar, obligar a las empresas a que utilicen el agua tratada –para ello se construyeron las colosales plantas tratadoras– para evitar la criminal extracción de agua potable del subsuelo que cada día se agota. En tercer lugar, cancelar el contrato con la empresa que administra la presa El Realito, ya que, con tal contrato leonino, sólo ha sido un barril sin fondo a donde se han ido miles de millones de pesos que se requieren para inversión en obras hidráulicas. Y, en cuarto lugar, sería necesaria la inversión para lograr mayor captación de agua en lo que se denomina el Valle del Potosí, rehabilitar las presas del Peaje y la de San José, igual, darle utilidad a la Presa del Potosino –ubicada en Escalerillas–, y que, a la fecha, a más de 20 años de su construcción no se le da utilidad adecuada por fallas en su estructura. Y construir otros diques de agua, como el proyecto de la Presa de las Escobas en la sierra de Escalerillas, que se conectaría al conjunto de presas: La de San José, El Peaje, El Potosino y Las Escobas; para abastecer de agua a una gran parte de la población en la capital.
Hay otro proyecto de construcción de presa, el de la Tinaja en Soledad de Graciano Sánchez, que captaría las grandes cantidades de agua que van a parar a esa localidad en temporada de lluvias a través del Boulevard Río Santiago, que en época de mucha lluvia en la ciudad se convierte en río, por el desfogue de los excedentes de la presa de San José y las grandes vertientes del drenaje pluvial que va a parar esa corriente, y sólo causa inundación a los habitantes de esa localidad y de la Purísima del mismo municipio.
Agua si hay suficiente en San Luis Potosí, solo hace falta que su explotación, captación y distribución deje estar en manos de los dueños dinero y de sus ambiciones insanas; y que el gobierno, sobre todo el federal, destine recursos a nuestra entidad para obras hidráulicas, como las que se requieren en la zona metropolitana, pero la verdad, es como pedir peras al olmo, ya que el gobierno de la 4T, sólo se interesa por sus obras de relumbrón como el Tren Maya, La Refinería de Dos Bocas y el aeropuerto del AIFA.
Ante esta situación tan adversa sobre los problemas del agua en nuestra ciudad, hace falta que los potosinos tomemos consciencia de este problema y elevemos nuestras demandas ante las autoridades competentes, y exijamos al gobierno federal que cumpla sus compromisos de gobierno de que primero los pobres, y que destine los recursos necesarios para la realización de obras de infraestructura tan elementales, como lo es el servicio del agua. Nada más, pero nada menos.
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