La conmemoración del Día Internacional de la Mujer, a nivel mundial, ubica a las mujeres en el centro, la reflexión de cuánto hemos logrado y cuánto debemos aún conquistar para una plena igualdad social entre hombres y mujeres.
Recordamos el análisis de Federico Engels en su libro “El origen de la familia la propiedad privada y el Estado” (1896), que nos dice: “El derrocamiento del derecho materno fue la gran derrota histórica del sexo femenino en todo el mundo. El hombre empuñó también las riendas de la casa, la mujer se vio degradada, convertida en la servidora, toda esta situación está vinculada con el surgimiento de la propiedad privada”.
Consideramos hoy que la estructura social edificada sobre la propiedad privada ha dado origen a la sociedad patriarcal, concentrando el poder en la clase dominante, específicamente, en el hombre, dueño de esa propiedad. La discriminación, la exclusión y la subordinación de las mujeres es parte de esa estructura, la cual ha perdurado por siglos y ha sido considerada inherente a su sexo, y no como una construcción histórica-social llamada género, la cual ha otorgado el poder social al hombre, ignorando el aporte social de la mujer y estableciendo, de esta forma, una relación de poder y subordinación.
La situación de explotación de las mujeres trabajadoras, en especial, las obreras textiles en los países industrializados, marca el inicio de la lucha de la mujer en el mundo a finales del siglo XIX. Igualmente, cabe destacar la lucha de las mujeres textiles por mejores condiciones laborales. En Nueva York, a finales del siglo XIX, murieron unas mujeres quemadas en una fábrica, cuando el patrón cerró la puerta para impedir que se unieran a un grupo de trabajadoras que manifestaban contra las condiciones laborales de explotación.
En 1907 se celebró la Segunda Internacional Socialista en Alemania y se convocó, de manera simultánea, la Primera Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas para discutir la situación específica de las mujeres. Se eligió a la feminista Clara Zetkin como Secretaria General del Congreso de Mujeres. La plenaria de la Convención se realizó en 1910 en Copenhagen, Dinamarca, y se aprobó la proposición de Clara Zetkin de decretar el Día Internacional de la Mujer, el 8 de marzo. A partir de esa reunión se comenzó a celebrar en varios países del mundo, dicho día.
Estos son los antecedentes de como se estableció el Día Internacional de la Mujer, sin embargo, la situación ha venido cambiando en el mundo y en nuestro país si tomamos en cuenta la situación de violencia que actualmente se ejerce en contra de las mujeres. Veamos algunos datos: Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la violencia contra las mujeres sigue en aumento; una de cada tres mujeres se ve afecta por algún tipo de violencia de género y cada 11 minutos una mujer o niña muere asesinada por un familiar. Se sabe que durante la pandemia de covid-19, el 45% declararon que, ellas o una mujer que conocían había sufrió alguna forma de violencia de género. Los colectivos de mujeres desaparecidas mencionan que siete de cada 10 mujeres creen que el abuso verbal o físico por parte de la pareja se ha vuelto más común. Que seis de cada 10 mujeres consideran que el acoso sexual en los espacios públicos ha empeorado.
Mencionan que la violencia contra la mujer y las niñas es una de las violaciones a los derechos humanos más extendidas, persistentes y devastadoras del mundo actual sobre lo que apenas se informa debido a la impunidad de la cual disfrutan los perpetradores, y el silencio, la estigmatización y la vergüenza que sufren las víctimas.
Según las estadísticas de fines de 2022, se reportaron 115,000 personas desaparecidas y de estos, más de 26.000 eran mujeres y niñas, y según el reporte de estos colectivos 6,786 no volvieron sus hogares, la mayoría de ellas son jóvenes de entre 15 y 24 años, presentándose principalmente en los estados de Jalisco, Estado de México, Nuevo León, San Luis Potosí y Veracruz.
Por eso, en este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, llamamos al Estado a hacer frente a la impunidad con que se manejan estos casos, pues, solo 36 del total de los casos denunciados de mujeres desaparecidas han recibido sentencia a nivel nacional. Y por si fuera poco se habla de una crisis forense con más de 50 mil personas sin identificar, por ello el Estado debe aportar medidas más urgentes.
Por todo esto, digo que este 8 de marzo, las mujeres, más que festejo, requieren ser escuchadas, respetadas y que se les haga justicia ante la violencia de género.
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