El pasado 12 de abril, no llegó a su domicilio una familia muy joven, conformada por Conrado Hernández, Mercedes Martínez, destacados miembros del Comité Estatal del Movimiento Antorchista en el estado de Guerrero, así como el hijo de ambos de tan solo seis años.
Sus compañeros del Comité Estatal se dieron a la tarea de localizarlos y se enteraron de que un automóvil se encontraba en el fondo de un barranco, a más de 50 metros de fondo, sin embargo, el auto no contaba con grandes daños y en su asiento trasero se encontraban tres cuerpos.
El 14 de abril, se dieron a conocer los resultados de las autopsias, Conrado y Mercedes fueron asesinados con golpes contundentes en la cabeza y al niño lo estrangularon. El bestial crimen no puede quedar impune.
Conrado y Mercedes eran luchadores sociales, muy queridos y respetados, encabezaron a miles de guerrerenses que aspiran a vivir dignamente, formaron colonias para resolver el grave problema de vivienda accesible que sufren miles de familias humildes, gestionaron servicios básicos, entre muchas otras acciones. Dedicaron sus vidas para ayudar a los demás, amables y siempre dispuestos a tender la mano al necesitado.
La creciente violencia que reina en México ha superado todos los récords, estamos ya en el sexenio con más homicidios, desapariciones, asesinato de madres buscadoras, feminicidios, secuestros, comunidades enteras se ven en la necesidad abandonar sus tierras y viviendas amenazadas por la violencia.
Los únicos remedios que se le ocurren al gobierno morenista es quejarse de los gobiernos anteriores "nos dejaron un cochinero" y lanzar la campaña de "abrazos no balazos", que no ha servido para nada. Al inicio de su mandato, Andrés Manuel López Obrador confesó que la Cuarta Transformación sería un fracaso si no disminuye significativamente los niveles de violencia en el país, los resultados están a la vista.
La imparable violencia, junto con la inacción del gobierno podría ser suficiente para entender la ola criminal que inunda a México, pero existe otro elemento que explica la saña con que actuaron los criminales en contra de nuestros compañeros antorchistas, Conrado, Mercedes y su hijo, la imparable campaña de calumnias, amenazas y agresiones que ha sufrido el Movimiento Antorchista desde su fundación, ese es el precio que se ha pagado por ser una verdadera opción de los pobres de México. Hoy, los ataques vienen desde la más alta tribuna, insultos gratuitos, mentiras descaradas contra una organización popular que está compuesta por campesinos, obreros, comerciantes, amas de casa, y estudiantes pobres.
Ya nada nos puede regresar a nuestros compañeros, pero lo que sí vamos a hacer es toda una campaña permanente de denuncia, por todos los medios a nuestro alcance y a nivel nacional para exigir justicia pronta y expedita.
No vamos a permitir que la impunidad sepulte por segunda vez a nuestros queridos hermanos, no vamos a permitir que las autoridades apliquen su vieja y desgastada fórmula de prolongar el proceso judicial y apostarle al olvido, eso no pasará.
Las manifestaciones del 25 de mayo a nivel nacional dieron sus frutos, se logró una reunión con la secretaria de Seguridad Pública federal, Rosa Icela Rodríguez, quien se comprometió con nuestros compañeros del Comité Ejecutivo Nacional del Movimiento Antorchista a intervenir, también fueron recibidos por la gobernadora de Guerrero, Evelin Salgado, quien dijo que estará pendiente del caso.
Agradecemos la atención de las autoridades, pero no vamos a esperar sentados los resultados de las investigaciones, por lo pronto, el próximo 6 de junio vamos a concentrarnos miles de Antorchistas en Chilpancingo, Guerrero.
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