En nuestro país, de acuerdo con el artículo 3° de la Constitución Mexicana, todas las personas tienen derecho a la educación y el Estado tiene la obligación de impartirla y garantizarla, porque es obligatoria, universal, inclusiva, pública, gratuita y laica.
No obstante, en la última década, con las reformas que se han hecho al Sistema Educativo Nacional, éste ha enfrentado diversos problemas, que afectan su calidad y equidad, esta crisis se ha remarcado más en este sexenio de Andrés Manuel López Obrador, y su gobierno de la 4T.
AMLO revirtió la reforma educativa de 2013 implementada por Peña Nieto, sustituyéndola por la Nueva Escuela Mexicana; sin embargo, ésta ha tenido también muchas contrariedades, ya que el mismo Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco) considera que la transformación educativa que ha impulsado esta administración carece de una estrategia a largo plazo, basada en evidencias y con acciones concretas para ser materializadas en el aula.
La Ley General de Educación (LGE, también reformada por AMLO), asegura que el objetivo de la Nueva Escuela Mexicana (NEM) es “el desarrollo humano integral del educando, reorientar el Sistema Educativo Nacional, incidir en la cultura educativa, mediante la corresponsabilidad e impulsar transformaciones sociales dentro de la escuela y en la comunidad”.
No obstante, para los expertos en el tema, el nuevo plan de estudios 2023, carece de sustento, y directrices claras, ya que busca que los maestros enseñen sin materias y con elementos de los contextos sociales y culturales de cada escuela. En otras palabras, la normatividad, las instituciones, los planes y los materiales que articulan este nuevo plan, no han sido aterrizados en acciones concretas.
Con estas acciones el rumbo de la educación en México se torna incierto, insuficiente y desigual, abriendo más la brecha entre las clases que tienen acceso a una educación de calidad, escuelas privadas, con alto grado de desarrollo tecnológico, de conocimiento científico, reconocidas nacional y mundialmente, donde la clase adinerada puede educar a sus hijos.
Mientras el resto de los mexicanos debe mandarlos a la llamada Nueva Escuela Mexicana, donde ya ni el Español ni las Matemáticas, son necesarias. Dejando ver con esto que, en este gobierno de la 4 T, ¡no son primero los pobres! Que ni los estudiantes ni la calidad de los servicios del sistema educativo son prioritarios, que el objetivo, no es mejorar a través de la educación las condiciones de la clase trabajadora, si no que el objetivo único, era conseguir el poder para seguir gobernando para la clase más privilegiada.
Por mucho tiempo se ha hecho el estereotipo del mexicano como un individuo carente de iniciativa ignorante y bonachón, repetida constantemente esta imagen, ha terminado por ser asimilada, por algunos individuos como parte de la realidad, es decir se ha llegado a creer ciegamente en estas verdades, negándose a sí mismos la posibilidad de cambiar el papel que les ha tocado jugar dentro de este sistema capitalista.
Siguiendo sin cuestionar las recetas que los voceros de dicho modelo dicen, deben seguir para triunfar, buscando con su buen desempeño las muestras de afecto y de aprobación por parte de su explotador, aunque sigan condenados a una vida de miseria.
AMLO revirtió la reforma educativa de 2013 implementada por Peña Nieto, sustituyéndola por la Nueva Escuela Mexicana; sin embargo, ésta ha tenido también muchas contrariedades, ya que el mismo Instituto Mexicano para la Competitividad considera que la transformación educativa de esta administración carece de una estrategia a largo plazo
Es por eso por lo que, para cambiar esta realidad, y romper con esta manipulación, son necesarias la lectura y el estudio. Ahora bien, aun cuando en México existen programas con fomento a la lectura para combatir el analfabetismo, está demostrado que éstas solo han servido como reivindicación mediática por parte de los gobiernos, con nulos resultados.
Por consiguiente, si tomamos en cuenta los pocos resultados de dichos programas, las variables de escolaridad, ya que según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) esta es menor en los grupos más vulnerables y alejados geográficamente, y la tan cuestionada calidad de la Nueva Escuela Mexicana, podemos concluir entonces, que estos solo son mecanismos para seguir teniendo al pueblo sumido en la ignorancia.
El sistema capitalista no necesita mano de obra culta y educada, a la clase poderosa no le conviene que los pobres analicen su verdadera situación económica, que se identifiquen y se unan con la clase social a la que pertenecen. El único interés del imperialismo es seguir con este sistema de explotación, gente que esté dispuesta a hacer crecer su riqueza a cambio de un salario mínimo, y para eso se valen de todo tipo de políticas represivas y artimañas ideológicas.
Y conociendo esta realidad podemos comprender entonces la importancia del estudio, en un activista revolucionario cuyo objetivo principal es cambiarla. Quiero continuar citando a Carlos Marx en su tesis 11 de Feuerbach: “los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo”.
Con esto Marx no se refería a que ahora habría que pasar del terreno del estudio a solo la práctica, por el contrario, creía firmemente que no puede haber transformación del mundo, sin un conocimiento previo de la realidad que se quiere transformar, sus leyes de funcionamiento y desarrollo, su organización, la coyuntura política, es decir un conocimiento científico de la misma.
Esa es la tarea y el objetivo principal del Movimiento Antorchista, que, a través de sus más destacados dirigentes, quienes se han dedicado con propensión a educar políticamente a todos los integrantes, a través de sus conferencias, publicaciones y artículos, siguiendo siempre una sola línea de lucha, una línea de acción marxista, es decir con conocimiento claro y científico de la realidad en nuestra sociedad.
Por consiguiente, un verdadero luchador social, honesto responsable y consciente de la gran responsabilidad que tiene, para cambiar las terribles condiciones de sus hermanos de clase, debe organizarse, debe educarse y debe hacerlo a fondo. Antorcha busca formar seres humanos diferentes, capaces de sentir, de pensar y de actuar a través de un nuevo partido, en favor de la clase oprimida.
Los mexicanos debemos despertar ya, es urgente que tomemos conciencia de clase, y reconocer que, Antorcha es la verdadera solución para cambiar esta situación de pobreza, no debemos seguir dando el poder a los poderosos, para que nos sigan explotando, tenemos que entender que el gobierno actual, no tiene la intención de cambiar las cosas a favor de los desprotegidos, y lo ha demostrado en todas sus acciones, ni su política económica, de seguridad, de salud, ni la educativa (brevemente abordada en este artículo) han favorecido a la clase trabajadora mexicana.
En otros términos, el morenismo no es más que la expresión del neoliberalismo en decadencia, que, al perder la credibilidad de la gente con los partidos viejos, tan maniobrados (PRI, PAN, PRD, etcétera), había que crear uno nuevo, uno que los siga representando, con los mismos de siempre, pero con diferente nombre, y ese fue Morena, que todas las mañanas se hace llamar la esperanza de México y de priorizar a los pobres, pero que en su gobierno ha hecho todo lo contrario.
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