Mucho se habla del rol fundamental que tiene la educación para la transformación de una sociedad. La ciencia, la innovación y el desarrollo de nuevas tecnologías es el crecimiento de las naciones, pero antes de llegar a estas etapas de desarrollo es necesario tener un sistema educativo sólido, el cual permita la creación de recursos humanos altamente capacitados.
Pudiera pensarse que los países más desarrollados son los que más invierten, o que los países subdesarrollados deben o están preocupados de los recursos que se destinan para sus sistemas educativos. Los países con mayor educación en el mundo están convencidos de que su sistema de aprendizaje debe ser una de las principales herramientas de crecimiento, por encima de los recursos naturales, económicos y tecnológicos. Para ellos, la enseñanza de calidad es la clave para el desarrollo individual y progreso global, porque el primero beneficia al individuo y el segundo a la sociedad.
Una muestra de lo antes dicho son las grandes inversiones en la educación que hace China, Suiza o Finlandia, que invierten más del 4.4% del Producto Interno Bruto (PIB).
Una nota de la revista mexicana Expansión, del 27 de enero 2022, escrita por Dianzú Patiño dice que “en el año en el que reanudaran las clases presenciales en México, el gasto público educativo será el más bajo de los últimos 12 años respecto al Producto Interno Bruto…” y sigue “este 2022 se destinarán 883,929 millones de pesos (mdp)… monto que representa el 3.1 % del PIB, el nivel más bajo a partir del 2010...”. “El crecimiento educativo tiene una reducción promedio de 1.1% real cada año desde 2014”.
Quizás se piense que no se puede invertir porque no hay capital, pero la realidad nos dice otra cosa, México es uno de los países que tiene más riquezas en el mundo, el décimo cuarto, pero ¿entonces en dónde se invierten los recursos económicos del país? El gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha orientado más recursos en sus obras monumentales: la refinería de Dos Bocas, Tren Maya, el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), las pensiones a los adultoz mayores…esto refleja que no invertimos en un sistema educativo de calidad.
Alejandra Macías, directora ejecutiva de Investigación Económica y Presupuestos (CIEP), menciona en la misma nota: “si diriges menos gasto a la educación estás dando menos dinero a los niños y adolescentes”. Y sigue la nota: “El gasto para pensiones proyectado para el 2022 es de 1.4 billones de pesos, casi el doble que el gasto educativo, esto es equivalente al 5.1% del PIB”.
En México, a pesar de existir un rezago educativo demasiado grande pareciera que el gobierno en turno no le da mucha importancia, y se ha venido agudizando cada vez más a causa de la covid-19.
Patiño menciona: “esto a mediano y largo plazo dejan repercusiones en materia económica (…). Los alumnos con menos aprendizaje significan futuros trabajadores con menos habilidades, lo que puede reducir sus ingresos en 8% anual durante su vida laboral”.
Y concluye con esta nota la directiva del CIEP diciendo: “estamos todavía con un pedacito de bono demográfico, deberíamos estar potenciando a esa población que de alguna manera va a mantener a los adultos mayores del futuro”.
La educación en México corre un riesgo garrafal, por lo que es necesario que la población estudiantil y la sociedad en general busque un nuevo rumbo para llevar a buen puerto a esta sociedad, a eso les hace el llamado Antorcha Magisterial, a organizarse, educarse y luchar por una reorientación del gasto público en educación de calidad y no en inversiones monumentales que plantea el gobierno.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario