Diferentes medios de comunicación han escrito acerca de la tragedia en Texas, increíble, un joven que esperó a tener los 18 años para comprar un rifle y asesinar a 19 niños y a dos maestras. A su corta edad, cuánto odio debió haber acumulado, cuánta frustración, cuánta falta de amor. Sin embargo, no es la única vez que ocurre una tragedia similar en Estados Unidos (EE. UU.), un país, que la ideología dominante, nos ha hecho creer que debemos admirar e imitar.
Se ha dicho que una de las consecuencias de estas tragedias en escuelas, se debe a que en ese país es muy fácil comprar un arma, negocio muy lucrativo, la ganancia es lo más valioso en la venta de mercancías, no importa que un joven se convierta en un asesino, que se drogue, que se deshumanice, lo que importa es la acumulación de dinero, cada vez más.
Cuando un ser humano viene al mundo, aún no tiene carácter, gustos, disgustos, vicios. Es la sociedad en la que se desarrolla la encargada de formar la personalidad de un ser humano, o bien, de deformar su personalidad, de deshumanizarlo, de llevarlo al grado de asesino de otros más pequeños a quienes debería ver como sus hermanos menores, a quienes cuidar.
Así entonces, no ayuda mucho que nos dejemos llevar por algunos comentaristas que centran la atención en el malvado joven asesino, más bien, ayuda buscar las causas de los problemas como este. Si ese mismo joven hubiera nacido en una sociedad más justa, menos violenta, con una repartición equitativa de la riqueza, si hubiera crecido con el amor suficiente, con la aceptación social para comprender sus problemas de lenguaje para tener amor propio y, por lo tanto, amor por los demás; esta tragedia se habría evitado. Entonces hay que exigir a las autoridades federales que inviertan más en educación, que en las escuelas los alumnos puedan desayunar y comer gratuitamente, que practiquen en ellas cultura y deporte, que tengan atención psicológica que ayude a identificar problemas como la depresión, la ansiedad, la indiferencia de los padres, la tristeza, la inseguridad y muchos otros problemas.
Es ahora, más que nunca, cuando se necesita preparar a niños y jóvenes, humanizarlos desde pequeños, enseñándolos a solidarizarse prestando sus juguetes, cuidando a sus compañeros más pequeños, haciéndolos sensibles al dolor ajeno escuchando y declamando poesía, presenciando obras de teatro de los grandes de la literatura universal.
“Nada contribuye a hacer más malo a un individuo que la falta de amor”, decía en un libro de capacitación para docentes. Se necesita también capacitar de forma continua a los maestros para que con cariño y paciencia brinden conocimientos a sus alumnos, los convenzan de la importancia de seguir reglas, de estudiar, de obedecer, que puedan en un momento determinado, esos docentes, cuando el alumno no tiene alguno o ninguno de sus padres, ser un ejemplo importante, que impacten positivamente en sus vidas y puedan orientarlos para ser gente de bien.
Hablando de educación, el Día del Estudiante tiene en su origen la lucha por la autonomía de la actual Universidad Nacional Autónoma de México, los jóvenes, bien encaminados y educados, son los que dirigirán la transformación de nuestra patria en una mejor.
Padres de familia, docentes y personal educativo, impulsen a los estudiantes para que se sumen a la Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarios Rafael Ramírez (FNERRR), organización que acaba de cumplir 23 años y que celebró en Tlaxcala, Tlaxcala, su aniversario, con encuentros deportivos y culturales entre jóvenes a quienes los educa, enseña y ayuda a soñar en un mejor futuro.
La FNERRR, desde su fundación, está construyendo una mejor patria al cambiar la mentalidad de los jóvenes y enseñarlos a ocupar su tiempo positivamente. Eso necesitan las nuevas generaciones, objetivos superiores para saberse valiosos, para comprender que en la vida no podemos pasar como un animalito solamente: nacer, crecer, reproducirse y morir. Es indispensable que aprovechen su juventud en beneficio de ellos y de todos los mexicanos.
Son principalmente los jóvenes quienes pueden cambiar la situación en este país, con su energía, ímpetu y creatividad que los caracteriza. Unamos fuerzas y cambiemos pacíficamente todo lo que deba ser cambiado en este país, pero no permitamos más esta situación tan deplorable en la que viven millones de mexicanos.
Los mexicanos somos inteligentes, creativos y trabajadores; merecemos una mejor vida para todos, construyámosla juntos. No nos dejemos engañar por los cantos de sirena, creyendo que la sociedad estadounidense es el paraíso terrenal, concienticemos las grandes problemáticas que sufrimos diariamente los mexicanos y concluyamos que solo unidos y organizados cambiaremos el futuro, pero hagámoslo ahora, porque mañana puede ser demasiado tarde.
…Por eso cuando al mundo, triste, contemplo,
yo me afano y me impongo ruda tarea
y sé que vale mucho mi pobre ejemplo
aunque pobre y humilde parezca y sea…
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