Dice que es albañil, que perdió a tres de sus hijos, precisamente lo entrevistan en su casa, enfrente de la cual han puesto lonas y sillas para los familiares y vecinos que acompañan a la familia y a los cuerpos de sus hijos, las últimas horas, antes de salir rumbo al panteón.
Narra que uno de sus hijos ya había salido del "anexo" y murió porque había llevado comida a sus otros dos hermanos que aún se "rehabilitaban" en el "anexo", que sus hijos cayeron en las drogas y, pues él y su familia los apoyaron para que se recuperarán, entrando en el "anexo".Por un momento se le quiebra la voz y parece que aflora el llanto, pero hasta éste lo ha abandonado.
Me estremeció su semblante, su declaración, su mirada, su ternura y su profundo sentimiento, que conozco muy bien, pues el que habla a través de él es el pueblo, el pueblo humilde, trabajador que soporta estoicamente la vida que le tocó vivir, así como no hubo llanto, no hubo palabras de reproche, de queja, insulto o condena, demanda o acusación alguna, no de palabra, fue en su naturalidad al informar, en su lenguaje corporal y en su mirar casi inexpresivo donde se pudo ver, sentir, percibir una gran decisión, no de resignación, no, no de consuelo, tampoco, era una desolación de felino herido (perdón por la comparación) con los músculos tensos, listos para saltar, como arco reflejo, como acto instintivo, como la última defensa de su supervivencia, como el último decoro en su lucha por la vida.
Tanto esfuerzo, tanta entrega, tanto matarse trabajando como dice el pueblo, para procrear, para crear y desarrollar a los hijos, para que los venga a matar la indolencia de autoridades, de gobernantes que no hacen su trabajo, de una sociedad que no brinda educación, salud, vivienda, menos trabajo.Se podrá decir que exagero, y que es más el número de jóvenes que asisten a la escuela que se educan diariamente, que practican deporte, que aprenden y avanzan en el dominio de las bellas artes: poesía, pintura, música, danza, escultura y teatro.
Otra cosa que me sorprendió de la entrevista, fue la cotidianidad, la naturalidad del padre de los jóvenes asesinados, cuando narra el hecho de que llevaron a sus hijos a un lugar donde se "rehabilitan", es más a decir de él, uno de ellos ya se había "curado" y si hoy no está con ellos es porque había asistido al lugar a llevarles comida a sus dos hermanos que seguían el tratamiento en la tarea de "rehabilitación", de la "cura", del "esfuerzo" por salir de las drogas.Otros entrevistados también hablan del lugar con mucha familiaridad: "EL ANEXO", y las mismas notas nos dicen, en Guanajuato hay ¡70 ANEXOS! en el que nos ocupa, murieron 27 y otros más están heridos, si hablamos de una ocupación de 30 en promedio serían 2,100 jóvenes buscando "cura" en los "anexos".
Esto quiere decir que no escandalizo, el problema es real, además lo conozco, pues he dedicado mi vida a luchar por un México donde el pueblo trabajador tenga una vida digna, decorosa que le permita ser sujeto de su historia.Y como lo he explicado en estos esfuerzos de comunicación, el programa científico del Movimiento Antorchista Nacional, ha demostrado a propios y extraños que es posible encauzar las energías de nuestra juventud a comprometerse en la lucha por prepararse académicamente, fortalecer su organismo y personalidad a través del deporte, la cultura, así como transformar su espíritu, su conciencia al poner como objetivo supremo de su vida el bienestar de la patria, es decir, ¡La lucha por el pueblo pobre!
Y como ejemplo de lo dicho están los grupos culturales nacionales que en estos días aciagos nos han estado presentando a través de su página: https://www.facebook.com/GruposCulturalesNacionales y la del ingeniero Juan Manuel Celis Aguirre: https://www.facebook.com/JuanCelisAguirre responsable de la Comisión Nacional Cultural y la doctora Soraya Córdova Morán.Programas extraordinarios de poesía, música, baile, danza y teatro, los cuáles son testimonios de lo logrado por la lucha antorchista; agradezco las palabras de aliento y las felicitaciones que por mí conducto hacen llegar a nuestros compañeros artistas, los tamaulipecos que han podido seguirnos en estas presentaciones, muchas gracias y felicitaciones a nuestros compañeros que han logrado su alta calidad en las miles de presentaciones ante el pueblo humilde, para quien trabajan y se preparan.
Es sólo una muestra, pero a lo largo y ancho de nuestro México trabajan y luchan miles de jóvenes, así como maestros que se preparan día con día en la grandiosa tarea de entregar su vida, su compromiso, su tiempo y su energía en la tarea de formarse como mexicanos nuevos para luchar por un México sin pobreza, ni drogas, ni muerte, por un México nuevo.
Y lo sorprendente para quienes pudieran leer este escrito es que en la base de todo esto, está ese pueblo que describí al principio: el albañil, el carpintero, el campesino, el obrero, el jornalero que dentro de su aparente impotencia producto de su adversidad y desolación, a causa de la pobreza, de la muerte y de la pérdida de sus seres queridos, se encuentra la entereza, la confianza y la terquedad de luchar por una vida mejor, son los herederos del México resultado de las luchas de sus antepasados, son los constructores del México moderno, necesitamos arreciar la lucha, que su torrente los jale y los inmiscuya, pues sólo ella, la lucha y la educación política del antorchismo les pueden mostrar el verdadero camino para ver a sus hijos como ellos los quieren ver: transformados en hombres de bien, hombres de trabajo, hombres de progreso: en ¡hombres!
Antorchistas, pueblo de Tamaulipas no son nuevas para nosotros estas imágenes, estás entrevistas que desgarran por el dolor de haber perdido a los hijos y con ello perder la vida; y por ello mismo los felicito por estas jornadas de trapos blancos, de cartulinas, de movilizaciones, exigiendo alimento y apoyo para nuestros trabajos, y ante la falta de respuesta, invitamos a más gente, a otras organizaciones, al pueblo en general a formar un frente de lucha para ganar en las próximas elecciones el congreso federal.Pueblo de Tamaulipas es por tus hijos, y por los hijos de todo México.
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