El tema de la salud tiene varios aspectos, como la prevención, la atención médica primaria, quirúrgica y de especialidades; la infraestructura hospitalaria y la dotación gratuita de medicamentos, insumos y vacunas que es el problema del que hoy quiero hablar.
En la actualidad es común escuchar la queja constante de la ciudadanía que tiene la necesidad de recurrir a los hospitales públicos para atenderse de algún problema de salud llámese, IMSS, ISSSTE, PEMEX, SEDENA SEMAR y los de la Secretaría de Salud (Ssa). Para empezar, es todo un peregrinar para que el paciente logre una cita médica, más si requiere de un especialista o de alguna intervención quirúrgica, y posteriormente se enfrentan al desabasto más grande y alarmante de medicinas, insumos y vacunas que se haya registrado en nuestro país, en las últimas décadas.
Debemos estar conscientes de que este problema ha sido generado por las acciones u omisiones del Gobierno federal, y que las consecuencias son muy dolorosas porque ya cobró la vida de muchos pacientes con alguna enfermedad crónico-degenerativa, por no recibir su medicamento con la oportunidad que lo requerían; y sigue en riesgo la vida de muchos otros mexicanos, que han estado exigiendo los fármacos para combatir la enfermedad crónica que los aqueja y no encuentran respuesta.
Hay datos preocupantes al respecto, como los que dio a conocer el Colectivo #CeroDesabasto, que aglutina a pacientes, familiares de pacientes, médicos, más de 80 organizaciones de la sociedad civil y académicos, según los cuales, en el año 2021, el IMSS, ISSSTE, PEMEX, SEDENA y SEMAR en conjunto, no surtieron efectivamente poco más de 24 millones de recetas, que contrastan con los dos millones 913 mil 72 de recetas que no fueron surtidas por estos mismos subsistemas de salud, en 2018.
Resulta indignante que el gobierno, por negligencia, se convierta en el causante de estas muertes. En días pasados, el portal de noticias Latinus, publicó un reportaje que arroja datos proporcionados por instancias oficiales, que hacen estremecer al más insensible de los ciudadanos, pero lamentablemente no sucede lo mismo con los funcionarios de la actual administración federal.
Los datos de la investigación periodística corresponden al periodo de enero de 2019 a octubre de 2021 y, señalan que el gobierno de López Obrador dejó caducar más de 134 millones 661 mil piezas de diferentes medicinas y vacunas, que equivalen a una pérdida de 131 mil al día, mientras enfermos y familiares andaban peregrinando para conseguirlas y sólo recibían negativas en vez de medicinas. Los medicamentos caducados representan en dinero, más de 18 mil 270 millones de pesos, que literalmente fueron tirados a la basura, de los cuales 10 mil millones de pesos corresponden a 14 millones de vacunas del esquema básico que se dejaron perder.
Lo anterior, a pesar de que el artículo Cuarto de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en su párrafo cuarto dice que “toda persona tiene derecho a la protección de la salud. La ley definirá las bases y modalidades para el acceso a los servicios de salud y establecerá la concurrencia de la federación y las entidades federativas en materia de salubridad general, conforme a lo que dispone la fracción XVI del artículo 73 de esta constitución”. En nuestro país no se cumple este precepto constitucional.
Estos datos indican, sin lugar a duda, que el gobierno de López Obrador es una farsa; porque en lugar de estar empeñado en cumplir su promesa de darle al país un sistema de salud de primer mundo, está haciendo exactamente lo contrario, a costa de la salud y la vida de los mexicanos.
Estamos pues, ante una negligencia criminal y no se ven medidas correctivas para revertir este problema.
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