Gobernar nunca ha sido una tarea fácil, sobre todo cuando hay etiquetas de por medio. Definirse así mismo como experto, es condenarse a que la realidad siempre resulte muy diferente a como la imaginamos, es sencillamente acortar el análisis y las posibles soluciones de los problemas.
Esto precisamente le pasó al actual gobernador de Puebla, Miguel Barbosa, quien, desde su campaña política, se ha auto exhibido como experto en seguridad pública y ha olvidado que este estado, al igual que en el resto del país, no logra tener un desarrollo en pro de todos, gracias a personajes, como él, que ingresan pensando que ya todo está resuelto por el simple hecho de que ahora son ellos los que ocupan el poder.
El actual gobierno de Miguel Barbosa ha implementado una serie de acciones que prometían sacar la delincuencia del estado de Puebla más rápido que cualquiera de los gobiernos anteriores, pero la realidad ha expuesto resultados muy diferentes a los que ya había planteado antes de analizar, a detalle, que sus propias políticas serían las principales causas del actual estado de violencia en el que nos encontramos los poblanos.
Puebla es uno de los estados más bonitos que hay en el país y también uno de los que más turismo generaba, pero ha sido la Secretaría de Turismo la que, a través de su monitoreo DataTur, publicó los resultados de que el municipio de Puebla es el destino con el menor porcentaje de ocupación debido al alto índice de delincuencia que se ha generado en los últimos años.
Hoy Puebla ocupa la posición 25 entre los 50 municipios más inseguros del país, esto lo informó la SSPC federal el año pasado, este año las estadísticas no han cesado y el porcentaje ha subido un 14 por ciento de inseguridad en todos los ámbitos, tan solo en el año 2021 fueron registrados más de 20 feminicidios aquí en la capital poblana, lo que ha colocado a nuestro municipio en el séptimo lugar a nivel nacional en este delito.
Se cometieron también 74 homicidios dolosos, 98 homicidios culposos, 2 mil 408 agresiones violentas, estos datos a nivel nacional evidencian que el problema de la violencia generalizada es igual de serio y preocupante que los índices de pobreza, de falta de educación, de servicios médicos y de servicios básicos de vivienda.
Lo que resulta aún más impactante es que las estadísticas no corresponden a la realidad que se vive, pues aún faltan los casos que no son notificados a las autoridades, ya sea por miedo o simplemente porque el sistema de seguridad y justicia en todo el país no funciona en pro de las víctimas. Algunos de los últimos casos que se dieron a conocer como la situación del niño Tadeo, el asesinato de los estudiantes de Medicina de la BUAP, el asesinato del secretario de Seguridad Pública en Acatlán, los cientos de desaparecidos, los múltiples casos de feminicidio, el asesinato de los campesinos de Coyomeapan y el más reciente el asesinato de Víctor López, comerciante antorchista de la zona sur de la capital poblana, son precisamente una muestra de que el Puebla que Miguel Barbosa Huerta se imaginó es una fantasía.
¿Y la justicia y los cuerpos de seguridad pública? ¿Qué hacen? ¿Dónde están? Este es el momento en el que la sociedad no solo perciba este problema como si se tratara de un hecho lejano o de un problema que aqueja a un solo sector de la población, es necesario y urgente que exijamos al gobierno morenista encabezado por Barbosa y al Ayuntamiento de la capital, presidido por Eduardo Rivera que dejen de lado el odio a las organizaciones sociales que lo único que hacen es exigir que en el estado al igual que en todo el país, se haga una política a favor de todos, que contribuya al bienestar de las familias, que genere empleos, que cree competencias entre los pequeños negocios para estimular su crecimiento y no solo crea que el problema se erradica eliminando a los comerciantes del zócalo, aún queda mucho que aprender de la forma de gobernar de los personajes morenistas, pero sin dudas podemos asegurar que no es la correcta para el México que necesitamos.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario