La máxima casa de estudios de nuestro país, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), tiene 90 años de autonomía, misma que se logró debido a la necesidad de una institución nacional generadora y promotora del pensamiento científico, crítico, universal y progresista, concebida e impulsada por personajes de la talla de Ezequiel A. Chávez, originario de Aguascalientes, quien fuera rector de la Universidad Nacional de México en los periodos de 1913-1914 y 1923-1924, promotor de la autonomía universitaria entendida como la “responsabilidad plena de sus actos, y ser capaz dentro de las posibilidades que posea, de corresponder a los anhelos de ciencia y de progreso de los intelectuales del mundo, sin tener que supeditar su acción ni sus fines a otras miras gubernamentales”.
El 26 de julio de 1929 la Universidad Nacional de México obtuvo su Autonomía tras la promulgación de la Ley Orgánica de la Universidad por parte del entonces presidente de la república, Emilio Portes Gil; como consecuencia de una lucha constante encabezada por Ezequiel A. Chávez, y sustentada en las experiencias de las Universidades de Michoacán y San Luis Potosí (fundadas como autónomas), así como por la herencia de la lucha por la autonomía de la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina.
Según el estudio de la organización británica Quacquarelli Symonds (QS) World University Rankingspresentó su listado 2021 de las mejores universidades latinoamericanas donde la UNAM se encuentra en la posición número siete y en el estudio UniRank 2021 de las mejores universidades de México, la UNAM ocupa el primer lugar.
Hace algunos días, y en reiteradas ocasiones, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), en sus conferencias de prensa mañaneras arremetió contra la UNAM, en cuya casa de estudios se tituló, diciendo que “se volvió individualista, defensora de proyectos neoliberales, perdió su esencia de formación de cuadros, de profesionales para servir al pueblo”; una más “todas las universidades fueron sometidas por el pensamiento neoliberal, es lamentable que la UNAM se haya derechizado como sucedió en los últimos tiempos, ejemplos hay muchos, … se requiere una sacudida …”.
La máxima casa de estudios de nuestro país está siendo atacada por la figura presidencial, misma que hace suposiciones sin dar prueba alguna de lo que dice, como si el solo hecho de ser presidente de la república validara sus afirmaciones.
Todos los intelectuales, investigadores, maestros, alumnos, egresados y no egresados de sus aulas, campesinos, obreros y la población en general deberíamos alzar la voz para defender la autonomía de la UNAM, para salvaguardarla de toda injerencia política e ideológica que pretenda imponerle el Estado; estamos obligados a defender a la institución universitaria más importante del país, que da cobijo a miles de estudiantes de la república y que ofrece una educación gratuita y de calidad para todos aquellos que logran entrar a sus diferentes carreras. Esa autonomía ha permitido la libertad de catedra, de investigación, de pensamiento, de opinión, defiende el derecho a la coexistencia pacífica de todas las corrientes del pensamiento, el avance de la ciencia moderna y la difusión de la cultura.
Soy actualmente estudiante de la UNAM, y considero mi deber manifestar mi más absoluto rechazo y desacuerdo a las declaraciones que el señor presidente ha hecho en contra de nuestra máxima casa de estudios; sus ataques dejan al descubierto la imperiosa necesidad de su gobierno de controlar a la comunidad universitaria en beneficio de sus propósitos políticos; que no mira a la ciencia y a la educación como palancas del desarrollo económico y social de México, sino como una plataforma para satisfacer sus mezquinos intereses personales. No debemos permitir que eso suceda, no debemos dejar que el esfuerzo, dedicación y lucha constante de hombres visionarios adelantados a su época, como lo fue Ezequiel A. Chávez, se tire al suelo solo por necedades y caprichos de un solo hombre.
Invito modestamente a todos los mexicanos bien nacidos a que no permitamos que AMLO acabe con la autonomía de la UNAM, ello sería destruir el principal bastión del pensamiento universal, científico, crítico y progresista del país. No lo permitamos.
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