El Movimiento Antorchista Nacional vio la luz del día, hace 48 años, y desde entonces tiene un objetivo firme: erradicar la pobreza en México, mismo por el que ha luchado sin descanso por décadas.
Sin embargo, a este lastre nacional se unen cada día más y más mexicanos sumando hoy más de 100 millones que padecen pobreza y se debaten entre la tristeza y la marginación, sin esperanza de salir de esa realidad tan triste en la que viven porque han sido olvidados de las autoridades que ostentan el poder político y, por tanto, económico, quienes, a pesar de tener obligación de implementar políticas públicas eficaces para brindar mejores condiciones de vida a la ciudadanía, una vez que se sientan en la silla del poder se olvidan de esto y solo se dedican en su trayectoria a enriquecerse.
A pesar de todos los obstáculos, gracias a la lucha contante y tenaz, Antorcha, a lo largo y ancho del país, ha construido obras monumentales como auditorios, plazas, escuelas en todos los niveles, clínicas de salud, caminos, lecherías, ha llevado agua potable, luz eléctrica, drenajes, en fin, obras que han beneficiado a millones de familias mexicanas.
La lucha durante estás casi cinco décadas ha sido sumamente difícil, pues precisamente esos, quienes tienen en sus manos el poder político y en su campaña electoral fueron con el anciano, con el niño y se tomaron la foto y lograron conquistar el voto popular, ahora que están enquistados en la silla del poder sufren de una profunda amnesia y se han olvidado cínicamente de sus promesas, y peor aún, se creen los dueños del dinero y los recursos que se recaban a través del cobro de los impuestos que todos pagamos, por lo tanto, a pesar de contar con los recursos públicos para construir las obras que el pueblo necesita, que tienen el poder para que todos los mexicanos en edad de trabajar cuenten con un empleo digno y con salarios justos, que pueden obligar a los que más perciben a pagar más impuestos, no lo hacen.
Pero aun así, a pesar de todos estos obstáculos, Antorcha no ha cesado de llevar bienestar a comunidades desamparadas como las de Tecomatlán, en Puebla, que de ser un lugar olvidado hoy es un ejemplo de municipio, y es la cuna del antorchismo nacional. Aquí propios y extraños se asombran de todo el progreso conquistado a lo largo de los años. Hay escuelas en todos los niveles, canchas deportivas de primer nivel, acceso a la educación y servicios básicos, y así podría llenar este artículo con ejemplos de lugares en los que la mano de Antorcha ha conquistado el bienestar.
El Movimiento Antorchista, a lo largo de los años, también ha visto que es necesario fortalecerse en su economía porque la lucha lo demanda, por lo que con la participación de todos sus activistas se realizan constantemente colectas públicas y distintas actividades, se han creado negocios prósperos que se han impulsado desde abajo y que hoy se han convertido en pieza clave para tener finanzas sanas, situación que nos ha ayudado a tener independencia financiera y por lo tanto política. Antorcha no necesita andar mendigando recursos a ningún politiquillo como lo hacen muchos, quienes solo estiran la mano y con esto venden su alma al diablo.
Desgraciadamente, en estos tiempos, con la llegada de López Obrador a la presidencia de la república y su partido Morena, los ataques e injurias se han recrudecido y hoy se lanzan con más furia tratando de detener a la única organización auténtica nacida del pueblo y para el pueblo, el Movimiento Antorchista.
Curioso, pues en vez de ponerse a realizar su trabajo por el que muchos lo eligieron con la efímera esperanza de que resolvieran los problemas en nuestro país, pero hoy en día éstos se han agudizado y nos están ahogando: la falta de empleos y los pocos que había se perdieron han con la pandemia, la inseguridad desbordada e imparable, la falta de servicios básicos para millones de familias que ha traído como consecuencia hogares insalubres, la educación en las escuelas del país obsoleta, la corrupción en aumento cuando el estandarte de este gobierno en campaña fue acabar precisamente con ella.
Ante esto, urge que todos los mexicanos abramos bien los ojos y nos demos cuenta que es posible y necesario salvar a nuestro país del abismo en el que ha sido arrojado, pero para eso se necesita de la unión y fortaleza de todos los que sufrimos en carne propia por la ineptitud de los que nos gobiernan, necesitamos de la inteligencia y de la constancia para sacar a los gobernantes ineficientes del poder y poner en su lugar a otros emanados del pueblo mismo que entiendan verdaderamente los problemas que aquejan al país y sepan cómo resolverlos. Ojalá.
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