MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Daños colaterales por la pandemia

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El presidente del Consejo Asesor de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura y exsecretario de Educación Pública en México (ocupó el cargo en el 2017), Otto Granados Roldán, argumentó que las cifras de abandono escolar, son apenas una expresión dramática de la crisis, pues los daños son muy graves y costosos en varios frentes, uno de ellos es, la pérdida de aprendizaje.  

De acuerdo con estimaciones del Banco Mundial, la pobreza de aprendizaje (porcentaje de niños de 10 años incapaces de leer y comprender un relato simple), pudo haber crecido de 51% a 62.5%; es decir, 7.6 millones adicionales en educación primaria. Agregó que, no se cuentan con conclusiones definitivas basadas en evidencias sobre la pérdida de aprendizajes, así como los costos económicos o socioemocionales por la interrupción de los servicios educativos. Algunos informes, encuestas y reportes preliminares hacen pensar que habrá consecuencias graves a largo plazo para las economías y sociedades, es especial para los más pobres, en términos de menor crecimiento, menos cohesión social y estancamiento en la búsqueda de educación de calidad y generación de conocimiento. La escuela se había convertido en un espacio de aprendizaje y conocimiento pero también de construcción de ciudadanía, civilidad y cultura colectiva. Según datos del Banco Mundial, aproximadamente unos 350 millones de niños en el mundo contaban con la escuela para tener acceso a servicios de alimentación, además de ser un espacio protegido para crear lazos efectivos y socioeconómicos, hoy, todo eso ha cambiado. Estiman que en todo el mundo, alrededor de 10 millones de estudiantes es muy probables que no regresen a las aulas y sería 24 millones, incluyendo a los de media superior, cifras alarmantes.

Un grupo académico de Brookings (ciudad ubicada en el condado de Curry, Oregón), estimaron que si cada año adicional de escolaridad equivale al 10% adicional en ganancias futuras, cuando un país cierra las escuelas por cuatro meses, la pérdida en ganancias futuras, podría ser de 2.5% anual en la vida laboral del estudiante; aplicando esta premisa a una economía como la de Estados Unidos –estimando una vida laboral de 45 años, una tasa de descuentos de 3% e ingresos anuales promedio de unos 53 mil 490 dólares– la pérdida de valor actual en el aprendizaje sería equivalente a 63% del salario anual a tasas promedio actuales; es decir, que en ese modelo el costo para Estados Unidos de esa educación perdida, en términos de ganancias futuras, podría equivaler a más de 12% del PIB anual, por lo que, el efecto es mucho más pronunciado en la población pobre.

De acuerdo con reportes mundiales, el 53% de niños de 10 años en países de ingresos medios y bajos no podían leer ni comprender textos simples y 56%, de entre los 6 y 11 años, no maneja las matemáticas de manera competente. En cuanto a la brecha digital, el 79% de los estudiantes de América Latina y el Caribe que participaron en la prueba PISA de 2018, no tenía acceso a internet en su casa, solo el 61% tenía una computadora y el 30% contaba con software educativo. Esta prueba califica tres áreas: matemáticas, lectura y ciencia. En América Litina, el país que alcanzó una mejor posición fue Chile, lugar 43 de 79 países en lectura, Uruguay fue el que mejor lugar alcanzó en matemáticas, posición 58. Los resultados de nuestro país lo posicionaron lejos de Chile, Uruguay y Costa Rica, países que lograron mejores resultados.

Con los datos expresados por el presidente de esta importante organización, podemos apreciar que la pandemia a causa del SARS-CoV-2 ha causado un grave impacto sicológico, afectivo, emocional a los alumnos e incluso a una parte importante de maestros y la forma en que se manifiesta es en los niveles de estrés, tristeza, depresión, ansiedad, así como en el incremento de violencia doméstica, embarazo adolescente, violencia sexual, entre otras y desafortunadamente los daños se pueden apreciar más entre la población pobre y marginada. Estos argumentos, son una razón más para que reabran las escuelas; sin embargo, esto debe ser planeado y metódicamente analizado ya que de no tomar las medidas de prevención adecuadas el fenómeno se puede revertir. De regresar a clases presenciales, pero sin vacunar a los estudiantes en todos los niveles, se corre el riesgo de incrementar aún más los índices de mortalidad entre los mexicanos, ya que será nuestra juventud la que porte el mortal virus y lo disperse entre sus familiares. 

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