El sismo de 7.1 grados en la escala de Richter registrado el pasado 7 de septiembre, dejó viviendas y hospitales destruidos, caminos destrozados y pueblos que continúan incomunicados y requieren urgente atención por parte de los gobiernos federal y estatal, pero la ayuda no llega a los municipios más afectados: Acapulco, Chilpancingo y varios pueblos de las regiones Costa Chica y Montaña.
En la actualización de datos, la Secretaría de Protección Civil confirmó que el movimiento telúrico afectó más de dos mil inmuebles de la entidad, entre ellos viviendas, comercios, unidades médicas, iglesias, hoteles y oficinas gubernamentales, sobre todo en Acapulco, Chilpancingo, Coyuca de Benítez, Mochitlán y Acatepec. Pueblos de La Montaña resultaron severamente perjudicadas. También hubo 58 derrumbes en la carretera Chilpancingo- Acapulco y 11 en la carretera Chilpancingo-Iguala.
En la unidad Vicente Guerrero de Acapulco, colonia Jardín Mangos, fraccionamiento Costa Azul y en la avenida Paraíso Condesa se colapsaron varias viviendas y otras más presentan grandes fisuras; en la unidad habitacional Pedregal de Canta Luna, hay más de 600 casas dañadas por el sismo. Asimismo, localizado a unos 40 minutos aproximadamente del puerto, sobre la carretera Acapulco-Chilpancingo está Xaltianguis, uno de los pueblos más afectados; donde varias viviendas se vinieron abajo, otras presentan varias fracturas y aún no se restablece el servicio de energía eléctrica en gran parte de la localidad.
En Apalani y Las Cruces, pueblos de Acapulco, se derrumbaron ocho viviendas y una iglesia resultó con grandes fracturas. También se reportan graves daños en Puerto Marqués, La Sabana, Xolapa, El Playón, Xaltianguis, Las Tortolitas, San José, Las Marías, La Calera, entre otras localidades de Acapulco, donde continúan sin luz eléctrica ni red telefónica. Acapulco no es sólo la costera, en los pueblos también hay daños y las autoridades nos han abandonado a nuestra suerte, reclaman pobladores.
Damnificados, desesperados piden al presidente Andrés Manuel López Obrador que instruya a las autoridades estatales y locales dar atención a familias que continúan viviendo en los patios y en las calles ante el temor de nuevos temblores. También las instalaciones del IMSS Cuauhtémoc se deterioraron con el sismo.
En Chilpancingo, más de 60 familias de la Unidad Habitacional Infonavit se quedaron sin hogar porque sus departamentos resultaron con daños estructurales; la clínica del ISSSTE presentó daños, tan graves, que fue cerrada. También se cayeron bardas y se colapsó una vivienda del barrio de San Antonio. No hay recursos para estas contingencias, advirtió el alcalde Antonio Gaspar Beltrán, quien recordó que Morena impulsó la desaparición del Fondo Nacional para Desastres (Fonden), desde donde se asignaban recursos para situaciones como esta.
En pueblos de La Montaña también se reportaron estragos por el terremoto. En Laguna Seca, Piedra Conejo y Llano Grande del municipio de Acatepec, se reportaron paredes cuarteadas y pérdida de casas de adobe; también en comunidades me´phaa del municipio de Tlacoapa, como Barranca Nopalera, Tlacotepec, Linda Vista y El Ahuehuete; en el municipio de Atlixtac, familias me´phaa y nahuas pasaron la noche en la iglesia porque sus casas quedaron agrietadas y algunas se cayeron; también se registraron daños en los municipios de Tlapa de Comonfort, Copanatoyac, Metlatónoc, Joaquín de Herrera y Malinaltepec.
Lamentablemente, el Gobierno federal eliminó el Fonden y no existe un programa inmediato para la evaluación y reparación de daños. En un primer momento, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que no hay graves daños en Guerrero y al salir a la luz la gravedad del desastre en el estado, hay un mutis total por parte de las autoridades federales, pero el silencio no puede ser respuesta a la situación que están viviendo los guerrerenses afectados por el sismo, que se puede complicar por el efecto de las fuertes lluvias que continúan registrándose en la entidad.
Los afectados están desesperados y con mucha razón, ya que sus casas se cayeron y otras están a punto de colapsarse, por lo que tienen que dormir en sus patios o en la calle, mientras buscan la ayuda que se requiere con carácter de urgente.
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