La salud es un derecho fundamental de todos los ciudadanos, y la negligencia en esta área por parte del gobierno es inaceptable. Guerrero, un estado rico en cultura y recursos naturales, enfrenta una crisis sanitaria que está siendo desatendida por sus líderes actuales, Evelyn Salgado y Norma Otilia Hernández, ambas morenistas. La reciente epidemia de dengue es un claro ejemplo de la falta de acción efectiva y oportuna por parte de las autoridades estatales y municipales.
De acuerdo con la Secretaría de Salud (SSA), los contagios de dengue han aumentado drásticamente. En la semana epidemiológica diecisiete del año en curso, se reportaron 48 casos nuevos. A nivel nacional, hay 11 mil 569 casos confirmados y 59 mil 593 probables, siendo Guerrero uno de los estados más afectados.
Las estrategias actuales, como la chatarrización, fumigación y abatización, aunque necesarias, son insuficientes. Estas acciones deben ser parte de un plan integral y sostenido que incluya la educación y concientización.
Los municipios más impactados incluyen Acapulco, con mil 919 casos confirmados, seguido por Marquelia, Azoyú, Zumpango y la Zona de la Tierra Caliente, con un total de más de 700 contagios. Estas cifras representan un aumento alarmante, con Guerrero aportando el 34.7 % de los casos a nivel nacional.
Las autoridades de salud de Guerrero han minimizado la gravedad del problema, afirmando que sólo 71 de los casos reportados son severos. Sin embargo, esta actitud subestima la realidad y la urgencia de la situación. Atribuyen el aumento de casos al impacto del huracán “Otis” en octubre pasado, que ciertamente agravó la proliferación de mosquitos, pero no exime la responsabilidad gubernamental de tomar medidas preventivas adecuadas y sostenidas.
Las estrategias actuales, como la chatarrización, fumigación y abatización, aunque necesarias, son insuficientes.
Estas acciones deben ser parte de un plan integral y sostenido que incluya la educación y concientización de la población, así como la mejora en la infraestructura de salud y, por supuesto, la fumigación en las colonias y barrios de la ciudad, porque ahí es donde se concentra la mayor parte de la infección.
La distribución de abate y las campañas de difusión son pasos en la dirección correcta, pero deben ser más amplias y efectivas.
Evelyn Salgado y Norma Otilia, como gobernantes en Guerrero, tienen la responsabilidad de proteger la salud de sus ciudadanos. La falta de una respuesta contundente y eficiente es una muestra de indiferencia hacia un problema que afecta gravemente la calidad de vida de los guerrerenses.
La salud pública no puede ser manejada con indiferencia ni excusas. Se requiere un compromiso serio y acciones concretas para mitigar esta crisis.
Es imperativo que el Gobierno de Guerrero, bajo el liderazgo de Evelyn Salgado y Norma Otilia, asuma su responsabilidad y actúe de manera proactiva para combatir la epidemia de dengue.
Esto incluye no sólo la implementación de medidas preventivas y de control, sino también la asignación adecuada de recursos y la mejora en la coordinación con las autoridades federales y locales.
La crisis del dengue en Guerrero es una señal alarmante de la falta de atención y acción por parte de las autoridades. Los ciudadanos merecen un gobierno que priorice su salud y bienestar.
Evelyn Salgado y Norma Otilia deben tomar medidas urgentes y efectivas para abordar esta crisis sanitaria y garantizar un entorno seguro y saludable para todos los guerrerenses.
La salud pública es una prioridad que no puede ser postergada, y la acción inmediata es crucial para evitar una catástrofe mayor. Que conste.
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