Es el medio día y un calor seco, sofocante, como antesala del infierno, calienta todo a su alrededor, el viento, que tampoco se puede librar de este averno, emprende, reverberando, su huida hacia las alturas; los arbustos, que no pueden hacer lo mismo, se han achaparrado como si, sabedores del calor que enfrentan en los meses de mayo y junio, al reducir su tamaño se quisieran meter bajo la tierra.Solo unos cuantos mezquites y cazahuates, se atreven a alzar su tamaño y sobresalen, retadores, al calor y a todas las inclemencias del tiempo.
Tampoco los animales, a esa hora del día se mueven, los insectos se meten debajo de las hojas o en las rendijas de los troncos, las lagartijas se quedan debajo de las piedras, los mapaches, zorras y coyotes se refugian en cuevas o en cualquier lugar que les alivie ese sol inclemente y abrazador.
- No debí haber venido- dijo el tipo- es una estupidez, claro que es una estupidez.
Por en los cauces de los arroyos solo hay arena, aquí a veces, solo a veces, corre el agua, cuando del cielo se dejan caer unos cuantos chubascos.
- Es casi un suicidio- volvió a repetir.
La tierra está agrietada por la sed, y en esos montículos de cerros casi sin vegetación, se desprenden, poco a poco, pedruscos que se van transformando en fragmentos cada vez mas pequeños, hasta llegar a ser partículas de polvo que se mete por todas las rendijas o se deposita en todos los lugares.
- Ahora es tarde para arrepentirme, podrían sospechar algo y entonces sería peor- Así pensaba el hombre- más vale seguir adelante.
- El chofer del taxi ha de ser uno de ellos, platica con ellos en clave y ya avisó que voy con él.Tienen vigilantes, se esconden, pero de todas formas los he visto.Saben que voy.
- Mire amigo, usted viene por algo con nosotros, todos vienen a eso, por eso lo voy a llevar con quien debe entenderse.
Le indica el chofer del taxi y así lo hace.Por eso ahora está ahí, con el hombre que tiene que hacer el trato y con el que no puede cometer el mínimo error pues le puede costar la vida.
- ¿Así que usted quiere un trabajito de los nuestros?
- El viajero asiente con la cabeza, frente a él está un individuo de estatura mediana, piel morena, labios delgados, nariz chata, frente amplia, de ojos turbios, como de agua "enlechada" quizás para ocultar cualquier emoción humana.
- Pues si señor, a eso vine.
- Y… ¿Cómo le ha pensado usted que le gustaría que se hiciera? ¿ya lo pensó?
- Disculpe, no le entendí, dice nuestro protagonista.
El hombre de los ojos turbios, le advierte, con amenaza velada.
- Mi amigo, usted sabe a qué vino, ¿si o no?
El viajero siente un escalofrío de pies a cabeza, sabe que hay mucho en juego y tiene que demostrar decisión, seguridad.Se había ido a meter a tierra de sicarios, con hombres que para hacer su "trabajo" no tenían ni sentimientos ni moral y seguramente ni remordimientos, y ahora tenía que salir de ahí, a como diera lugar.
- Yo necesito que me ayude a quitar a alguien de en medio.En la forma no había pensado, en todo caso dígame.
- El hombre de los ojos turbios se queda pensativo, mira el suelo, reflexiona, calcula y al fin exclama.
- Mi amigo, se lo voy a decir, pero usted entiende que si algo se sabe, sobre usted vamos.Mire, aquí casi todos nos dedicamos a mandar prójimos al otro mundo, de eso vivimos, solo que para evitar la competencia entre nosotros y no pelearnos, saldríamos mal todos, nos hemos dividido los trabajitos.Por eso, como el cliente quiere que hagamos el trabajo se lo encargamos a quien lo hace o puede hacer mejor; así, usted dígame.Le damos plomo, cuerda, agua, garrote, fierro lo que guste.¿Me entendió?
- Sí, creo que si- dijo el hombre.
- Sobre eso le ponemos el precio a la chambita, ¿cómo la ve? Si le parece, dígame de quién se trata y le ponemos numero.
Puestas sí las cosas nuestro viajero no le queda otra mas que plantear.
- Se trata de Pa… López .Vive en… de … y debe ser por plomo, como dice usted.
- Si es como dice, le sale en 5 mil pesos, ¿cómo la ve?
- Trato hecho ¿a quien le pago?
- A mi y aquí.
El hombre cerró el trato.Buscó y abordó el mismo taxi que lo había llevado y salió del pueblo.En el camino de regreso el chofer del taxi solo le preguntó.
- Oiga amigo y ¿cómo llegó acá con nosotros?
- Antes de buscarlo a usted, pregunte en una tiendita.Creo que se llama "La tienda del rincón" y ahí, un señor gordito, con cara de rata me habló de ustedes.
Nuestro hombre ha regresado a su casa, ha comprobado que así como hay pueblos completos desplazados por problemas religiosos, agrarios o de otro tipo, también hay pueblos completos que se dedican a matar gente y que viven, paradójicamente, de la muerte.
Solo una cosa le llamó la atención.La nota roja del periódico local, al día siguiente decía:
Asesinan al propietario de la "Tienda del rincón".En el poblado de tal… el día de ayer 1 de dic del 201… sujetos desconocidos irrumpieron en la miscelánea conocida como la "Tienda del rincón" y sin mediar palabra, dispararon contra su propietario, el cual recibió 35 impactos de bala.Se desconocen los motivos de este nefando crimen.Los asesinos huyeron a bordo de un automóvil. La fotografía no deja lugar a dudas, el muerto es el hombre cara de rata.
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