Esta semana se cumplieron cuatro años de la tragedia de Tlahuelilpan, Hidalgo, ocurrida el 18 de enero de 2019, cuando se registró la expulsión descontrolada de gasolina en el kilómetro 226 del oleoducto que corre del puerto veracruzano de Tuxpan a la ciudad de Tula. Resultaron 137 hidalguenses muertos y solo 13 de los heridos trasladados a hospitales y centros de salud se lograron salvar.
Se cumple un aniversario más de sufrimiento y de dolor para las familias que perdieron amigos y familiares en esa tragedia; y la situación no ha cambiado continúa la falta de empleo, el huachicoleo y la inseguridad crecientes; y las promesas de los gobiernos continúan como eso, como promesas hechas ante los medios en las visitas que para la foto realizaron los funcionarios.
A pocos días de la tragedia, el presidente, Andrés Manuel López Obrador y el entonces gobernador, Omar Fayad, visitaron este municipio con las promesas de generar proyectos productivos que brindar empleos en la zona, de realizar un memorial por todos los esposos, hermanos e hijos perdidos, generar becas para los niños que perdieron a sus padres; promesas que a la fecha siguen sin convertirse en hechos. Así, estás familias fueron abandonadas a su suerte pues no han recibido apoyo alguno del gobierno federal, a excepción de algunas becas.
Es necesario recordar que, desafortunadamente, Tlahuelilpan, Hidalgo, se inscribe ahora como una dolorosa lección de las consecuencias del manejo irresponsable de las autoridades en cuanto al manejo de sustancias peligrosas en nuestro país y un recuerdo de las tragedias que generan la pobreza y la desigualdad en nuestro país. En estos hechos se muestra una política errónea, donde se ignoró el peligro que corría la población para priorizar la obsesión del actual gobierno por la defensa de la supuesta soberanía energética, combatiendo el huachicoleo en lugar de generar las condiciones que fortalezcan a la industria petrolero-energética nacional y brinden empleos dignos a la población.
Recordemos que estos hechos ocurrieron en el periodo de mayor combate al huachicoleo, cuando se cerraron los ductos de la mayoría de las gasolinerías y no olvidemos los hechos conocidos por la opinión pública. La fuga inició a las 13:00 hrs y la explosión ocurrió a las 19:00 horas aproximadamente, durante cerca de seis horas no se cerró la fuga, durante seis horas las autoridades no lograron garantizar la seguridad de la población ni acordonaron la zona.
Pareciera que se trató de dar una lección a los huachicoleros, de amedrentar a la población para que se alineara a la política de combate al huachicoleo, y sin embargo a la fecha está política errónea no muestra resultados.
El Valle del Mezquital, zona donde se ubica este municipio, sigue entre los primeros puestos de huachicoleo en el país, e Hidalgo es el estado donde más gasolina se roban por los diferentes ductos, por la ordeña en los diferentes productos.
Así, las víctimas de esta tragedia siguen esperando justicia en un estado donde el desempleo, el empleo informal y la pobreza laboral reinan, contribuyendo al crecimiento de la inseguridad y el huachicoleo.
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