El 27 de junio del año 2018, me había ido a cubrir un evento cultural y de gala porque la población festejaba el logro de pavimentación de calles, introducción de drenaje y se iniciaba la edificación de “la torre de vigilancia” de 4 pisos; además, el ambiente era de armonía y gozo porque los días siguientes, el 28 y 29 de junio se realizaría la fiesta anual, donde en esa ocasión, se engalanaría con un banquete cultural porque participaría un ballet cultural nacional, ¡sí!, nada más y nada menos que un número importante de integrantes de los grupos culturales nacionales del Movimiento Antorchista.
Así era la convivencia y así se caracterizaba San Pedro Ocopetatillo, por ser entre todos los municipios de la zona Mazateca, un pequeño gigante que daba pasos significantes de progreso, todo gracias a que su gente, así, con sus razgos de humildad, indígena y campesina, se organizó y luchó por cambiar sus condiciones de vida y nombró a su autoridad a quien más que confiarle, le encomendaron trabajar por su pueblo y por su gente.
Ahora, 4 años despúes, un día de febrero del año en curso, el reloj marcaba 4: 30 de la madrugada y, por segunda ocasión, se me presentaba la oportunidad de regresar a aquel pequeño municipio incrustado en la zona Mazateca de Oaxaca, sin embargo, en esta ocasión, me había enterado por diversas fuentes que existía un problema, conflictos políticos, motivo por el que San Pedro Ocopetatillo y su gente, por casi 2 años, no tenía autoridad municipal que los respaldara.
Así iniciamos el recorrido, Google Maps marcaba casi 5 horas de camino partiendo de la capital Oaxaqueña, pero el tiempo se alargó, pues había olvidado las pésimas condiciones en las que se encuentra la carretera que conduce a nuestro destino. No quedaba de otra mas que aguantar el sangoloteo en la camioneta a tan solo unos metros de desviarnos de la autopista hacia Teotitlán de Flores Magón y, de este último a San Pedro Ocopetatillo, aguantar las curvas y más curvas por la hidrografía que distingue, en general, a todo Oaxaca.
No todo el camino fue malo, pues pasando por Plan de Guadalupe, San Nicolás, Los Naranjos hasta nuestro destino, el recorrido es acompañado por la densa neblina y un frío acogedor, además, de la naturaleza que resalta la virginidad de la zona.
Finalmente, al llegar a Ocopetatillo, nada era igual a mi primera visita pues en esta ocasión, el rostro del abandono y el rezago social, volvía a resaltar. Y esto, en efecto, se debía a conflictos políticos pero, la verdad es que, más que eso, por la presión de un grupo minoritario del que se dice por los mismos pobladores, ha metido la mano y desestabilizado el hombre que hoy, vemos aspira ser gobernador de Oaxaca, sí, nada más y nada menos que Salomón Jara, cuadro del Morenismo en Oaxaca.
El reloj marcaba ya, a las 11 de la mañana y, bajé de la camioneta para caminar hacia el corredor de la presidencia municipal, donde se reunía un grupo numeroso de personas, la inmensa mayoría, con razgos humildes pero enojados porque el Gobierno del Estado los ha sometido en el rezago y ahora se le suma el abandono a la atención de la nueva convocatoria de elección para elegir a su autoridad municipal.
En esa reunión, vi como muchos mujeres y hombres, adultos y jóvenes, se levantaban y alzaban la voz y, así por ejemplo, Victoriano Palacios Ballesteros, se levantó de su asiento y enérgicamente expuso, “soy ciudadano de esta comunidad de San Pedro Ocopetatillo, y si tengo la oportunidad de tocar las puertas de nuestros gobernantes del Gobierno del Estado, le exigiría que armen la convocatoria para elegir a nuestra autoridad, ¿porqué? por la sencilla razón de que nosotros somos los que sufrimos en carne propia, la falta de servicios públicos. No hay atención en salud, el camión de la basura ya no pasa, entrar a robar a las casas y no hay quien ejerza la seguridad, no podemos vivir así”, reclamó.
Posteriormente, hizo uso de la palabra, Dimas Romero González, dirigente de Antorcha en Oaxaca, quien había acudido a San Pedro Ocopetatillo a visitar a sus compañeros antorchistas, una rutina normal para los antorchistas. Y él, como el papel que juega de dirigente, no pudo hacer más que invitar a sus compañeros a cerrar filas para de manera pacífica, acudir a la ciudad de Oaxaca ante la Secretaría de General de Gobierno, exigir solución.
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