Faltan dos horas para que comience el evento, pero en el teatro no cesa el movimiento: En el escenario se hace una revisión del mosaico cultural que se presentará; por otro lado, los organizadores hacen previsiones de cómo acomodar a la gente que dentro de poco abarrotará el foro y arreglan los últimos detalles para la inauguración del XVIII Concurso Nacional de Teatro.
En punto de las 10:00 de la mañana, colonos, campesinos, estudiantes, niños y amas de casa comienzan a inundar el teatro La Paz en San Luis Potosí, ansiosos y entusiasmados por presenciar, algunos por primera vez y otros asistiendo como el año pasado, este magno evento que reúne a los artistas antorchistas, a los artistas del pueblo.
En pocos minutos, el foro se ha desbordado de gente.En el aire se respira calidez, esperanza, pueblo, en una palabra, antorchismo; y todos están listos para recibir a su dirigente nacional, el cual arriba cobijado por el pueblo que lo vio nacer y entre consignas de "Maestro Aquiles, tú eres nuestro líder" y "Se ve, se siente, tenemos dirigente".
Ya listos para comenzar la jornada cultural, se presenta el programa, dedicado a los 100 años de la Revolución de Octubre de 1917: bailes representativos de las capas sociales de la antigua sociedad rusa desfilan por el escenario, adornado para la ocasión, en donde bailarines vestidos de cosacos, campesinos u obreros nos muestran sus mejores movimientos; y los rostros del público se iluminan al compás de canciones como Katyusha.
Sin embargo, todos esperan la cereza del pastel: el siempre iluminador, ilustrativo y educativo mensaje del ingeniero Aquiles Córdova Moran.Después de hacer un recuento de los logros y las fallas de la Revolución rusa y de su líder, Vladimir ílich Lenin, sintetiza su discurso en esta certera frase: "Las leyes económicas, sociales y políticas que inspiraron a Lenin y su partido a iniciar la Revolución rusa, son hoy más ciertas, más evidentes y más urgentemente necesarias de ser entendidas y comprendidas por los trabajadores del planeta.(...) Los principios y metas de la Revolución rusa son, hoy día, la única alternativa viable para resolver los problemas [pobreza, guerras, falta de salud, de educación, de vivienda, inseguridad, y un sinfín de etcéteras] en los que se debate el mundo".
Al terminar su discurso, los antorchistas aplauden frenéticamente, vitorean, gritan consignas y aprehenden, en el fondo de su ser, las palabras que el líder nacional les ha dirigido.
Cuando la multitud se ha calmado, la segunda parte del programa cultural comienza, y el corazón de todos se regocija al escuchar los primeros acordes de La Internacional, canción por excelencia de la resistencia obrera mundial; los cantantes no cantan solos, el público les hace un eco que se escucha en todo el auditorio, suave pero firme: "A la lucha, proletarios/ al combate final/ y se alcen los pueblos/ por la Internacional./ Y se alcen los pueblos con valor/ por la Internacional."
Así concluye la inauguración del XVIII Concurso Nacional de Teatro.Pero el banquete cultural apenas empieza, y no hay mejor forma de demostrar el trabajo del Movimiento Antorchista en el ámbito de la cultura, que dando a todo el público una muestra de cómo educa Antorcha a sus artistas, en su sensibilidad y en su arte: en ese momento ya casi la 1:00 de la tarde- se apropia del escenario la Compañía Nacional de Teatro del Movimiento Antorchista, quien presenta a los asistentes la puesta en escena Edipo Rey de Sófocles, obra que deja al público extasiado y que marcará la pauta de la calidad que exigirá el concurso.
Próximamente, les contaré la crónica de la clausura.Mientras tanto, espero que hayan disfrutado de esta descripción de colores y vida de lo que fue la inauguración del XVIII Concurso Nacional de Teatro, realizado por la organización de los pobres de Mexico: el Movimiento Antorchista.
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