En una pequeña población llamada Ojo de Agua, en Guadalupe, Zacatecas, a una distancia de más de una hora nos encontramos grandes extensiones de tierras polvorientas que se usan para sembrar en completo abandono, pues aún no hay condiciones para que los campesinos las trabajen.Allí está la tierra reseca en espera de las primeras lluvias que son la esperanza de los vecinos de la región de Casa Blanca que se dedican al cultivo de frijol y chile de temporal, pero las polvaredas que aún suceden este día dedicado a San Isidro Labrador, mueve la fe de los hombres del campo y de quien esperan su bendición a través de agua abundante para una buena cosecha.
Avanzando por esos caminos en que a ratos tienen un poco de asfalto con tremendos baches, otro pedazo de terracería, pasamos por comunidad La Luz, Casa Blanca y Lomas de Guadalupe al fin llegamos a nuestro destino, Ojo de Agua.
Allí decidimos saludar a la gente y nos encontramos con un buen hombre que por su tono de voz y fluidez para hablar nos llama la atención, nos detenemos a escucharlo, seguramente su plática será interesante.
En la casa de puerta roja Alejandro Ortiz Ambriz, señor de la tercera edad, quien después de saludarlo inicia su queja afirmando "con esta contingencia vamos a caer muy lejos, no por ser Gobierno hacen tonta a la gente no estudiada, no, no, los campesinos debemos ser inteligentes, y eso nos lo enseñan los años, con el hambre y la necesidad que está sintiendo uno todo el tiempo nos demuestran que vienen tiempos muy complicados para todos", refiere.
Don Alejandro, al lado de su esposa, continúa su plática "estos Gobiernos, con eso que están dejando en el abandono a la población más delante tendrán resultados malos, porque nosotros los pobres no vamos alcanzar a comprar la canasta básica pues todo está subiendo.Miren, aquí en Ojo de Agua mis vecinos y nosotros compramos las tortillas casi a 20 pesos, la bolsita de frijoles la compraba en 10, ahora a 20 pesos, estamos empezando, pero cuando se acabe esto, si ahorita no nos mata la enfermedad, de hambre sí nos van a matar", afirma, destacando que el precio de todos los productos de primera necesidad han subido mucho como también ocurrió con el huevo y azúcar.
"Las cosas serán más difíciles para nosotros los campesinos porque los comerciantes con sus tiendas grandes tienen que subir mucho las cosas para reponerse de lo de ahorita, todos los comercios que están cerrados qué va a pasar, y nosotros solo vamos aguantando la resolana como la hemos aguantado en años atrás cuando venían las pestes que mataban a gente y animales, qué hacíamos, el animal que moría se quemaba en el monte, salíamos a tapar el animal con nopales y le prendíamos fuego todo eso y salimos adelante casi solos, pero eso era muy triste, como ahora que anda eso de la enfermedad del coronavirus", se lamenta Don Alejandro.
"Y por eso yo pienso que vamos superando las cosas juntos, pero necesitamos de la ayuda del presidente Manuel López Obrador, del señor Gobernador, vamos hacer una denuncia porque esto no nos está gustando para nada, viene una crisis que no nos la vamos andar acabando".Así lo comentó consciente de que la situación de él y la de su esposa es complicada y la de otras personas que tienen a sus hijos viven en complicaciones más extremas, mientras las pequeñas calles del pueblo lucen vacías, sin gente.
Estas fueron las palabras de Don Alejandro Ortiz, pero es el sentimiento de abandono que comparten la mayoría de pobladores de la comunidad Ojo de Agua quienes en días pasados colgaron trapos blancos en señal de auxilio con alimentos, para lo cual pusieron en sus corrales algunos letreros indicando que esa familia pedía la caridad de la gente con menos necesidad, "se ocupa de todo, tortillas, frijoles, la maseca para unas gordas, ojalá que López Obrador nos mande algo".
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