Piedad Benicio Salgado es una mujer de 50 años, que desde hace 12 años habita con su esposo, el señor Inés de 56 años de edad en la comunidad Tetillas en el municipio de Yautepec, Morelos y que a raíz de la crisis sanitaria por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2, fue despedida de su empleo en una casa de la colonia Flores Magón en el municipio de Cuernavaca.
Hace cinco semanas, la dueña de la casa la descansó, argumentando que la podría contagiar, "me descansaron por mi diabetes que tengo, las defensas bajas y porque podría contagiar a mi patrona, ya es de la tercera edad".
No obstante, Piedad Benicio sufre todos los días la incertidumbre de no tener ingresos y por tanto no tener cómo alimentarse ella y su esposo; lo mismo pasa con su compañero, el señor Inés, que desde hace 7 años trabaja en una ruta del transporte público, pero de igual forma, a raíz de las restricciones sanitarias y la disminución de la circulación de gente, lo tuvieron que descansar, por lo que en estos días sale a trabajar de ayudante de la construcción.
La colonia Tetillas forma parte del cinturón de la pobreza en la zona conurbada de la capital del país, en la frontera con el municipio de Jiutepec y Tepoztlán; en la Zona Alta de Yautepec se respira la marginación y el hacinamiento social, no se ve la autoridad por ningún lado, son poquísimas las viviendas que cuentan con el servicio de agua potable y drenaje, la inmensa mayoría no cuenta con ningún servicio, incluso la energía eléctrica la tienen que jalar de un lugar a otro.
El municipio forma parte de los cinco más poblados según el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi) 2017, cuenta con poco menos de 86 mil habitantes, pero además, del total de comunidades (126) sólo 25 tienen acceso a los servicios de agua y drenaje.
Pero lo más lamentable es que según el Consejo Nacional para para la política de Desarrollo Social (Coneval), de un poco más de un millón 900 mil habitantes morelenses, más de la mitad no tienen ingresos fijos, pues no hay empleos que aseguren su ingreso y por lo tanto, se ven en la necesidad de salir a las calles a ganarse la vida, vendiendo mercancías, agrupándose en los servicios y los oficios, en esa situación se encuentran decenas de familias, todas vecinas de Piedad Salgado.
No obstante, la señora Salgado ha informado que desde hace 4 años forma parte de Antorcha, organización social que gestiona apoyos para la ciudadanía, y que ha convencido a Piedad a levantar la voz y exigirle al Gobierno una respuesta, "nosotros somos de Antorcha Campesina, hemos logrado beneficios para la comunidad, pero no han sido por la voluntad del Gobierno, siempre tenemos que estarlos fregando para que hagan algo por nosotros, sólo en campañas vienen acá, pero como siempre, cuando más los necesitan no se cuenta con ellos".
Con cartulinas, videos, fotografías, trapos blancos a las afueras de su hogar, construidos en su mayoría por láminas de cartón y adobe, exigen al Gobierno de Cuauhtémoc Blanco y Agustín Alonso hagan algo.
También con mensajes en redes sociales ha sido otra forma de continuar presionando a los Gobiernos, a que no los dejen en el olvido y apoyarlos en estos tiempos difíciles, pero en los rostros de los inconformes se nota la desesperación y también la indignación, ya que han pasado más de cinco semanas y el Gobierno no ha implementado ningún apoyo para estas colonias.
"La gente nos dice arguenderos, pero otros más respetan lo que hacemos porque saben que nosotros estamos unidos y exigimos que se respeten nuestros derechos, es muy triste ver cómo nuestro clamor se va por un tubo, que ni siquiera el Gobierno se digna a decir algo, simplemente guardan silencio, pero primero Dios vamos a salir de ésta y nos veremos con los políticos en campaña, ya lo verán".
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